XXIV

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- ¿Solo un mes y medio? -preguntó Sam mirando la imagen de su padre-. Pero yo quería...

- Samantha, agradece que tienes esas seis semanas -dijo Harry con tono severo-. Si por mi fuera ya estaríais aquí. Castigados y amargados, pero aquí.

- Está bien -se resignó la chica-. Supongo que me dará tiempo.

- ¿Tiempo? ¿Para qué? -preguntó Harry desconfiado.

- Tranquilo, no grabare a nadie -aclaró poniendo los ojos en blanco-. Me dará tiempo a hacer mis Shipps reales, aunque técnicamente lo son, pero quiero verlos.

- Samantha...

- Adiós, papis -se despidió y cerró la puerta haciendo que está vuelva a ser del tamaño de un colgante.

James, que se había mantenido al margen después de que su papá lo regañara, miró a su hermana por primera vez, temiendo lo que haría a continuación.

- Hay que traer a Theodore, Blaise, Pansy, Neville, Luna, Ron, Hermione y a los gemelos -dijo Samantha con voz demandante-. Por los huevos que no tengo que mis Shipps serán reales. Y si ya me traes a L y a Light para obligar a Light que viole a L mejor.

James suspiro y fue a pedirle a su papá que redacte las cartas, después de todo no tendrían más oportunidad, dentro de dos días los estudiantes volverán a Hogwarts, se descubriría la muerte de Dumbledore y se desataría el pandemonium. Solo esperaba que su querida hermana no traumatice a los chicos junto con la primera fujoshi del mundo mágico, Luna Lovegood.

Tom estaba de muy mal humor, todos los que tenían sangre Black en esa casa se reunieron y se llevaron a Harry casi a rastras para "preparar su regalo". Él no quería un regalo de cumpleaños, quería a Harry. Si no hubiese prometido a Harry que no torturaría a nadie de la familia es posible que hubiesen muchísimos locos en San Mungo en ese momento.

Oyó la voz de Harry llamarle desde la habitación de al lado. ¿Le habrían dejado ya en paz? Se levantó y se dirigió a la habitación con pasos presurosos, habrió la puerta y comenzó a buscar a Harry con la vista en la habitación. Al encontrarlo abrió la boca hasta que está casi se desencaja.

Harry estaba en su cama, llevaba un vestido corto blanco y negro como las mucamas de las películas antiguas, desclazo, mirando al suelo con un gran sonrojo y sin sus gafas. Esa para Tom era la vista más jodidamente caliente imaginable.
 
{Soy muy mala con las descripciones así que simplemente imaginad a Harry así 👇👇👇}

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- Señor... ¿necesita de mis servicios? -preguntó el Potter sonrojandose más.

Tom casi se cae para atrás, este era el regalo. Un Harry vestido de sirvienta sexy como regalo de cumpleaños. Toda su sangre se concentró en esa parte de su anatomía, estaba seguro de que Harry lo sabía, pero seguía sin levantar la mirada.

Se acercó a él y comenzó a besar los labios de su sirvienta con deseo, mordiendo el labio inferior de Harry hasta que esté abrió la boca permitiéndole entrar. Mientras jugueteaba con la lengua de Harry escuchando sus gemidos se comenzó a bajar los pantalones y la ropa interior que cubría su anhelante erección.

- Necesito tus labios al rededor de mí, ya -ordenó con voz ronca al separarse del beso.

Harry le miró, con sus brillantes ojos verdes con duda, después se inclinó y beso su prepucio, para después deslizar la lengua por toda su longitud. Cada una de las lamidas de Harry hacían que el Señor Oscuro deseara estar dentro de la húmeda cavidad bucal de su niño dorado, pero sabía que era la primera vez que el Gryffindor haría esto y debía tener paciencia.

Cuando tomó el suficiente valor, Harry cogió el miembro de Tom, apretando la base con sus suaves y delicados dedos mientras introducía la punta de su lengua en el pequeño orificio saboreando el líquido pre-seminal. Cubrió sus dientes con los labios y metió lentamente el pene de Tom en su boca hasta casi el fondo de su garganta, sacándolo y metiéndolo en su boca con una lentitud agonizante para Tom. Cada movimiento de los labios de Harry sobre su miembro arrancaba gemidos de placer del Lord Oscuro.

Por mi integridad física y emocional dejaré de hacer cosas malas.

Comentad "¡Vivan las vírgenes con mente sucia!" y seguiré mañana donde lo he dejado.

¿Cómo dices? [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora