IV

10.7K 966 173
                                    

Ya habían pasado varias horas y James seguía sin ganarle ni un partido a Harry cuando Samantha salió de la casa.

- Es hora de cenar -dijo, sonriendo por lo que pasaría.

James al ver el brillo en los ojos de Samantha sonrió mientras bajaba y se colocaba a su lado. Harry hizo un puchero pero no bajo, cruzando los brazos.

- ¿Por qué no jugamos un rato más? -pidió sin deshacer el puchero.

- Papá, -regaño Samantha- no puedes estar jugando todo el día. Baja antes de que llame a padre.

Harry le miró con aire traicionado, bajo y entró a la casa detrás de sus hijos. Iba mirando el suelo, cruzado de brazos y su labio inferior sobresaliendo. Samantha y James no aguantaban las ganas de reír por lo que tenían preparado y la cara de niño malcriado que puso su padre. Al entrar en el comedor Harry abrió los ojos sin creerse lo que veía. Frente a sus ojos estaba Tom al lado de Remus y Sirius. Corrió hacia ellos abrazándoles con fuerza.

Tom le miraba con una imperceptible sonrisa, salvo para Samantha que miraba con lupa cada una de sus reacciones cuando miraba a Harry. Aunque Tom lo negaba, ella sabía que antes de ellos aparecer el-niño-que-vivió siempre le había llamado la atención. Tal vez era por la obsesión que había tenido con él por años... O porque Nagini le había escuchado susurrar Harry mientras dormía. James, por el contrario, miraba a Remus fijándose en lo parecido que era a Lynx*, su mejor amigo y enamorado de su hermana.

- ¿Cómo estáis aquí? -preguntó Harry con voz emocionada.

- Nos llegó una carta de una cabrita "preocupada" que decías que te habías ido con unos desconocidos que seguramente practican magia oscura porque desaparecieron de Hogwarts -contestó Remus mientras seguía abrazando a su cachorro y tratando de peinar el pelo de Harry- y que lo sentía pero no pudo pararlos.

- ¡Ese viejo mentiroso! -exclamó la única chica de la habitación- ¡No hizo nada por detenernos! ¡Nos entregó a papá en bandeja de plata!

- Él ya... -comenzó Sirius hasta que analizo las palabras de la chica, abrió los ojos a más no poder mientras volvía a mirar a la chica- ¡¿CÓMO QUE "PAPÁ"?! Es imposible, pareces de catorce o quince años y Harry tiene quince. Eso es imposible, ¿Verdad, Rem? -estaba histérico.

- Sirius, te...

- Imposible, imposible, imposible -repetía una y otra vez.

- Creo que le ha dado un ataque de pánico -aviso James.

- Sirius -llamó Remus, pero fue ignorado-. ¡Sirius! -repitió-. ¡SIRIUS! -el nombrado seguía repitiendo lo mismo. Suspiro poniendo los ojos en blanco-. Sirius, no te parece que Severus está muy bueno.

- ¡No mires a Quejicus! -gritó reaccionando y enrojeciendo-. Remus, ya lo hablamos. Tú. Solo. Me. Miras. A. Mi. -recalcó cada palabra y lo abrazo receloso antes de darse cuenta de que Snape no estaba en la habitación.

- Creo que te debemos una explicación.

***

Pasaron dos horas intentando explicar la situación. Remus lo entendió en apenas quince minutos, estable receloso de que su cachorro esté con el Lord, era su vida, podía hacer lo que quiera y le apoyaría. Pero explicarle todo a Sirius fue peor que los castigos de Snape, no conseguía entender como los Riddle habían viajado en el tiempo y Voldemort y Harry se casarían. Harry cansado termino dándole un golpe en la nuca y se negó a seguir.

Remus tuvo que continuar, pero para él fue más sencillo. Le regalaba pequeños besos y caricias a Sirius para que aceptara y entendiera lo que pasaba. Durante ese tiempo, Harry se dio cuenta de por qué eran pareja; se complementaban el uno al otro... y que su padrino era más pegajoso que la miel.

- Harry -suspiró el Black- eres igual a mi sin ser mi hijo. Estas más majara que el sombrerero.

- ¿Quién? -cuestionó Harry.

- Déjalo -dejó el tema haciendo un movimiento de muñeca.

Harry le miro confundido y abrió la boca para preguntar pero Samantha con su voz de ángel, el ángel que no es, dijo que los elfos habían puesto la cena en la mesa y deberían cenar. Durante la cena, Harry se distrajo oyendo como su padrino y su tío comenzaron a salir. Ese tema saco muchos sonrojos de Remus y las risas burlonas de Sirius.

Resulta que un día mientras merodeaban por el castillo, Filch casi los pilla y para que no los atrapen a todos se separaron quedando Wormtail con James y Remus con Sirius. Al llegar al séptimo piso no sabían que hacer porque Filch estaba delante de la entrada de la sala común así que pasaron tres veces por el mismo sitio pensando en escapar y apareció la Sala de los Menesteres. Allí pasaron horas pues no había relojes y no tenían sus varitas para conjurar un tempus, pero no les importó. A Remus siempre le había gustado Sirius, pero él nunca se fijaría en su persona. Remus conoció muchas más cosas de su secreto amor, cosas que ni James sabía y Sirius conoció un poco más a su cerrado amigo. Durante semanas fueron a ese lugar, sin decirle a los otros sobre la sala, y hablaban durante horas sin aburrirse por estar en la compañía del otro. Remus sabía, en ese entonces, que debía parar de estar tan cerca de Sirius pues sólo empeoraba su enamoramiento y empezó a alejarse poco a poco de su pulgoso amigo. Padfoot se dio cuenta esas semanas que no sólo quería ser amigo de Remus, sentía algo que no sentía ni con su hermano no sanguíneo. Cuando se enteró de que Remus se estaba alejando de él (Una semana después de que comencé, añadió Moony) le dijo lo que sentía, cuando eso pasó Remus casi saltaba de alegría.

-... y así empezamos -termino Remus-. No creo que debas saber lo demás.

- ¡Merlín! -exclamó- ¡No!

- ¡Que tierno! -suspiro Samantha - Desde ahora soy 100%... -pensó un momento- ¿Sirmus? ¿Rerius? No... ¿Moonfoot? ¿Padny? ¿Blupin? ¿Lack? -penso en voz alta-. ¡Que difícil es poner nombres a los Ships! (N/A: ¿Me podéis ayudar?)

- No tanto -intervino su hermano-. Depende de los nombres, por ejemplo, con los nombres de nuestros padres es fácil. O Tomarry o Harrymort. Y con dementor y Umbridge, Dembridge -hablo como si estuviera hablando sobre el descubrimiento del siglo con voz de Nerd.

- Eres tan, o más, idiota que Sirius -dijo Samantha riendo.

- ¡Oye! -reclamó Sirius mientras Remus intentaba no reír.

- ¿Estoy hablando de ti?

- ¿Qué...?

- Samantha, no hables -siseo James pareciéndose aún más a Tom. Este sonrió orgulloso mientras Harry se preguntaba desde cuando los azules ojos brillaban tanto.

Samantha se sintió feliz. Sus dos padres se gustaban solo necesitaban un pequeño empujoncito.

Que tardará en llegar ;-P

¿Cómo dices? [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora