CAPITULO 1

1.9K 55 1
                                    

Introducción

Iván Petrovich, rubio ojos azules cuerpo de infarto, lleno de tatuajes, nadie se atreve a mirarlo directamente a los ojos. Y solo unos pocos se atreven a hablar con él.

Naomi Reyes, princesa de la familia Reyes. Alta morena y cuerpo de sirena. La única en su familia y entorno que va a la universidad, ama a su familia y su raza pero detesta los negocios de su familia, su padre se está cansando de que todo el mundo siempre le estén diciendo que le está dando muchas alas.

Joaquín Reyes. Respetado empresario, echo así mismo de raza gitana. Pero todo es mentira, un escaparate para la galería, en verdad desde tiempos de su abuelo se dedican a negocios fuera al margen de la ley, pero con la apertura de las fronteras la gran crisis mundial y cada vez más políticos corruptos y policías que comprar, tienen más pérdidas que ganancias y las grandes mafias se abren nuevas rutas y nuevos negocios, ellos se están quedando muy atrás y que mejor manera que buscar nuevos aliados, los capos italianos solo negocian con su gente y los chinos igual los rusos son los que tienen dos grandes familias y una de ellas fueron los responsables de la muerte de su hermano con lo que quedan descartado la única solución son la familia Petrovich, pero estos no se fían de ellos dicen que los gitanos no son de fiar y quieren otro tipo de pacto, lo que quieren es su mayor orgullo su hija, su princesa.

—No sé qué pasa, pero no te has dado cuenta que tenemos más niñeras que de costumbre—, comenta Rebeca a su hermana Noemí.

—Hay Rebe, tu siempre igual, ignóralos haz lo que yo hago y veras como al final ellos hacen lo mismo. —

—No puedo, Noemí tú al menos te vas a la universidad y allí ellos te dejan en paz, pero yo solo tengo 17 años, quiero salir sola como la gente normal, ir al cine, ir de compras. Y luego está papa mira lleva dos semanas que casi ni lo vemos no sale del despacho solo de reunión en reunión, ni siquiera come con nosotras y si cena tiene el pobre una cara de acelga que da miedo hasta decirle que te pase el pan, está peor que cuando se murió el tío Fali. —

—Sí, la verdad, no sé qué pasara, pero anoche mama y la abuela estaban hablando en la cocina y cuando yo entre se callaron solo entendí, que si papa no accedía, lo perdería todo y tendría que tragar que ya los otros socios estaban de acuerdo. —

¡NOEMI¡ ¡NOEMI¡ Gritaba su madre desde el balcón.

—Rebe, no seas mala y no se lo pongas difícil a los guardias, no tenses la cuerda que como se rompa ya sabes cómo se las gasta papa y si está enfadado la vas a pagar tú. Y la culpa la tienes tú por dejar tus estudios y hacerte una chacha a tu edad. Mama ya voy y no grites así hija-mía que te van a oír hasta en el pueblo de al lado. —

—Hola, que pasa, con esos gritos. María Vargas tan alta y guapa como su hija nadie que no las conociera diría que son madre e hija parecía su hermana mayor. —

—Mira hija, tú ya vas a cumplir 20 años con tu edad yo ya te tenía a ti y estaba esperando a tu hermano Kiki, sabes que las gitanas nos casamos muy pronto y tú ya estás en una edad.. —

—¡Mama para¡, que me quieres decir, no abra venido nadie a pedirme, porque yo no quiero novio y menos casarme, papa me lo ha prometido, que terminaría mis estudios y luego ya veríamos como surgían las cosas. —

María estaba tan nerviosa que hasta unos adornos de su camiseta se estaba arrancando, pero con un hilo de voz le dijo — ¡hay hija todo está ya echo además creo que hasta lo conoces de un encuentro que tuvieron la semana pasada.

—¡NO, NO¡ — Noemí entro en pánico

(Una semana antes)

El timbre de la salida de clase suena y quiero tirar a los compañeros que salen quiero irme a casa, no sé por qué pero el día de hoy se hizo eterno. Al salir del edificio veo a un tipo apoyado en un mercedes negro, el tipo parece un skinhead pantalón y chaquete de cuero, pelo rubio y muy corto, la poca piel que se ve esta tatuada, las chicas que salen conmigo babean por él hasta tratan de llamar su atención, pero él ni se mueve y no sé dónde mira por que lleva unas gafas negras que ocultan sus ojos, pero cuando quiero pasar para ir hacia el chofer de mi padre que como siempre me está esperando me corta el paso y en un acento ruso muy marcado me habla, yo estoy tan nerviosa que lo esquivo y ni siquiera escucho lo que me dice cuando salgo casi corriendo me subo y le grito al chofer. No ves que me estaba molestando pero él no dice nada al revés ni arranca el coche, hasta que el ruso dice adiós con la mano.

—Pero mama porque mi padre iba a querer que yo me case con un ruso. —

—Él te lo explicara entra en el despacho están todos hay. —

No puedo entrar las piernas me fallan, esto no puede ser verdad es una pesadilla.

Cuando voy por el pasillo, Antonio me dice que deje hablar a los hombres que mi padre quería hablar primero conmigo pero que no sabía que vendrían hoy tan pronto. Y yo tengo mil preguntas que hacerle pero mi boca y mi cerebro no conectan, por favor si estoy así con mi primo como me pondré dentro en una habitación que ni siquiera se quien hay.

Intento calmarme, pero cuando entro me encuentro; mi padre y mi abuelo, y tres rusos de pie y el hombre que había en la salida de la universidad sentado mirándome con unos ojos azules casi transparentes, mueve su vaso y le da un trago:

—Espero que hoy no tengas tanta prisa. —

Yo me congelo y mi mirada no puede dejar la suya, mi abuelo es el primero en hablar.

¡Noemí este es el señor Iván Petrovich, quiere casarse contigo y nosotros como los hombres de la familia hemos accedido, sabemos que toda mujer gitana sueña con una boda gitana pero el solo quiere una boda civil y rápida, al principio nos dieron más tiempo pero ahora se tiene que hacer rápido, por lo que en 15 días serás la señora Petrovich.

Miro fijamente a mi padre que parece haber envejecido 20 años, hasta creo ver sus ojos brillantes pero el genio y la casta me salen y mirándolo fijamente, le digo sin poderme contener:

—Padre tú me lo prometiste, acabaría mis estudios, y después pensaría en matrimonio.

Me mira suplicándome con la mirada y me dice, —tienes que hacerlo. —

—No papa por favor. —

Mi abuelo da un golpe en la mesa que retumba en toda la habitación. —Ya está bien niña ya conoces a tu futuro marido ahora sal de aquí y vete a preparar tus cosas para la boda. —

Pero entremedias de todo eso oigo a los rusos hablar. Y no sabía cuánto le debía a mi primo Fali que de pequeño se empeñó en que estudiáramos ruso por que los entendí, y me sentí la mujer más desdichada del mundo, los mire y en su mismo idioma les dije a ellos, los respeto son mi gente, vosotros no sois nadie, y lo que menos me esperaba es que se echaran a reír y el rubio tan relajado dijera: —no soy nadie pero dentro de 15 días tu serás mía. —

Salí del despacho y subí a mi habitación donde me tire en la cama y empecé a llorar desconsoladamente no estuve sola ni cinco minutos cuando mi padre entro por la puerta pero yo no podía hablar con él. — Vete, no quiero verte, porque me vendes como si fuera mercancía no volveré a hablarte jamás. —

Al sentir la puerta cerrarse mi corazón se hizo pedazos ¿por qué? , porque me hacía esto, un par de días después me entere.

EL RUSO Y LA GITANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora