CAPÍTULO 26

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Meses después
Por fin todo vuelve a la normalidad mi casa llena de gente toda la familia está de vuelta y tengo dos sobrinas bellísimas mi niño ya da sus primeros pasos Y yo soy la perfecta ama de casa que jure nunca sería pero me encanta, las abuelas se nos han modernizado y entre clases de baile y de zumba están ocupadas todo el día. Iván es un encanto me trata como una reina no voy a decir que todo es vino y rosas pero sabiendo el genio que me gasto no nos va nada mal. Sara vuelve a tener problemas con su familia no les gustamos ahora que todo es legal y tienen un trabajo decente mi hermano es un paria, ahora los gitanos no lo quieren por su trabajo y en el trabajo es un detective gitano con lo que el recelo de sus compañeros también está latente. Iván y Sacha siguen trabajando de encubierto sé que se siguen cuidando las espaldas en la distancia y que ellos necesitan acción pero cada vez que sale por la puerta creo morir, su última misión le lleva mucho al gimnasio con lo que su cuerpo está más rudo y tonificado que nunca desde luego podría dedicarse a la lucha y ser el número uno y con lo terco que es estoy segura que ganaría siempre no le gusta perder ni al parchís con lo que no lleva muy bien es el tenerse que dejar ganar por la misión.
Hoy es el cumpleaños de mi niño cumple un añito y miedo me da ver los regalos que le han comprado en especial los abuelos que están locos con él.

Los primeros en llegar son los abuelos y mi hermana con su pequeña en brazos yo casi no puedo andar me quedan dos meses pero creo que no voy a llegar pienso que sería mejor saltarme que rodearme, estoy redonda y muy cansada, los pies me están matando y todavía hace calor para ser diciembre con lo que mis pies tienen el tamaño de botas de esquí. Kiki y Sara tardan y cuando llegan los veo nerviosos cruzan miradas con mis padres que no me gustan son casi las diez de la noche cuando entra Sacha por la puerta hablándole muy despacio a su padre pero mi suegra suelta un chillido que corta en toda la estancia sé que es sobre Iván lo noto en sus caras tengo la sensación de que me ocultan algo y esto me lo confirma. No voy a perder la compostura tengo que ser fuerte por mis hijos. No sé cómo se han movido tan rápido o si soy yo que he perdido la noción del tiempo pero al levantar la vista todos están a mí alrededor demostrando su apoyo. Quiero hablar y de mi garganta no sale ningún sonido quiero hablar y solo puedo dar bocanadas de aire sin ningún sentido. Intento calmarme y parece que lo consigo. Es Kiki quien mirándome a los ojos dice que lleva cuatro horas desaparecido. Que después del mediodía tenía una reunión con la cúpula de la organización e iban a tratar de cerrar la pelea que concluiría con la investigación. Sigo sin poder hablar y sus compañeros empiezan a llegar, en mi estado comienzo a pensar cosas que si las digiera dirían que estoy loca pero no lo estoy, aquí está mi familia y amigos y sé que Iván está bien lo sé, lo siento.
Han pasado cuatro días y nada, tengo revisión y el medico manda ingresarme dice que en mi estado el parto puede aparecer en cualquier momento de echo tengo el cuello del útero borrado y todo parece indicar que es inminente todo a mi alrededor parece una película la gente me habla y yo estoy en una nube me llevan a monitores y dice que ya estoy en trabajo de parto pero no siento nada, estoy rota, otra vez voy a tener un hijo y su padre no va a estar presente, algo pasa en la habitación veo movimiento mi suegra sale llorando, mi madre me aprieta la mano llorando también pero yo sigo sin poder hablar, parece que he perdido ese sentido, la puerta se abre y entra el hombre de mis sueños tiene toda la cara amoratada un brazo enyesado pero sus ojos fijos en mí .

Se acerca lentamente, de mis ojos salen las cataratas del Niágara y por primera vez en días de mi garganta salen unos sollozos bajos, roncos casi imperceptibles. El me besa me toca la cara como si fuera una muñeca de porcelana, lento y con mimo se acerca y me besa los labios no un beso apasionado sino un beso con dulzura y yo creo que voy a morir junta su frente con la mía —Hay morenita parece que no quieres que vea nacer a mis hijos—. La sala se despeja no se en que momento pero estamos solos, mi niño tiene prisa también, tiene ganas de darle la bienvenida a su padre y en menos de diez minutos llega al mundo el pequeño de la familia parece que con 2.240 gr tenía muchas ganas y prisas por ver el mundo y en cuanto lo tuve delante vi que hasta la ciencia se equivoca y en vez de una niña tenía un mini Iván delante.

En la habitación todos amigos y familia nos daban la enhorabuena por el pequeño y querían despegar a Iván de mi lado pero él no se alejaba, ni un metro, tanto me resulto extraño que nadie abordara el tema de los sucedido con mi esposo pero en cuanto nos quedemos solos y mis pequeños, sin los dos estaban con nosotros para eso pagábamos un pastón por la habitación dijo Iván a su madre cuando quiso llevarse al pequeño Yuri con ellos. No hizo falta preguntar Iván me dijo que me lo contaría todo.

El día que tenían la reunión en comisaria hubo un follón por lo visto hubo una redada sin saberlo su unidad e Iván tuvo que ir por unos asuntos de logística, al parecer en la redada había gente que lo reconoció con lo que cuando fue a la reunión le tendieron una emboscada de la cual se libró por los pelos y se tuvo que esconder en una alcantarilla de la cual no pudo salir hasta que estuvo la zona despejada no pudo ponerse en contacto con nadie porque todavía tenía compañeros infiltrados y no sabía cuánto sabían la cúpula de ellos.

Cuándo se puso en contacto con su enlace lo curarony vino corriendo por nosotros.

EL RUSO Y LA GITANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora