CAPÍTULO 24

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Son las diez de la noche e Iván no aparece lo llamo al móvil y suena en el despacho ¿dónde estará?, la verdad he tenido tiempo de pensar en la discusión y yo me pase dos pueblos pero él no se queda atrás, somos como dos trenes de mercancías que chocan, los dos somos tan temperamentales pero el idiota me tacho a mí de que yo siempre sacaba el tema de la raza (es verdad) me siento inferior y él tiene razón, el jamás me ha querido cambiar siempre quiere que sea yo.
Las doce de la noche y nada ya estoy desesperada, cuando siento jaleo en la verja y veo por la pantalla a Sonic intentando meter el código les abro yo espero en la puerta y entre dos desconocidos y Sonic traen a mi marido que parece salir de un ring de boxeo, al entran por la puerta le da órdenes a los hombres que portan a mi esposo lo llevan a la bañera y me pide ropa. Se la llevó y me pide café. Estoy en la cocina terminando cuando entran los tres por la puerta los dos que no conozco se presentan como David y Mario compañeros de mi marido y subalternos de Sonic, les sirvo el café y Sonic me cuenta que lo llamaron de la comisaría de tres cantos que estaba detenido por liarla en un bar que tuvo que mentir y decir que estaba de servicio, que era la última vez que lo cubría y que tan solo teníamos ocho horas para adecentarlo y presentarlo mañana a las nueve delante del comisario. Sonic me da a entender que sabe que ha sido una pelea y que nos tenemos que poner manos a la obra, es verdad que sus compañeros si estaban infiltrados en peleas clandestinas.

Subo al baño y está secándose, le llevo dos ibuprofenos y un vaso de agua que él se toma de un tirón se pone la ropa lentamente y veo que le van a salir morados por todos lados incluso tiene un corte en la ceja, cojo el botiquín y voy a curársela al principio parece reacio pero al cabo de unos instantes me deja hacer mi trabajo, después con un bote de réflex le hecho en los costados y con una camiseta y unos pantalones de pijama baja y se reúne con los hombres de la sala que están hasta altas horas de la madrugada. Como no puedo dormir bajo a la cocina son las 3:00 am y me tomo una infusión tengo el cuerpo revuelto, cuando estoy metiendo el vaso en el lavavajillas entra Sonic Y David, se disculpan y yo con la mano les digo que no pasa nada, David me mira y me dice —No te conozco en persona pero por la forma de hablar de todos es como si fuéramos viejos amigos, créeme, y si quieres seguir mi consejo no sé lo que ha pasado y por lo que se ha a cabreado mi amigo dale tiempo, el me ayudo con Mario y se lo debo—.

Sonic sonríe y sentándose en una silla nos invita a sentarnos a nosotros también.

—Ya no es lo que ha pasado, es lo que va a pasar, yo sé por encima y te digo que tu esposo es un impulsivo como dice David, pero luego él sabe reaccionar y sabe que lo ha hecho mal pero tú también lo acusaste de cosas que él solo hizo por tu bien como el más viejo te digo que habléis las cosas, y ya está, ese es el secreto. David toma la palabra,

—Yo era el enlace de Iván y nos hicimos muy amigos tanto que tuve problemas con mi marido que en esa misión le tocó en el otro bando. — Lo corto, tu mujer también es agente. Y la cocina se llena de tres risas masculinas. Yo me quedo un poco abrumada Mario y mi esposo se sientan con nosotros y ahora es Mario quien habla. —No, su mujer soy yo vamos su pareja todavía no me ha pedido matrimonio. —

Me guiña un ojo y continúa. —Pero creo que cualquier día de estos vamos de boda y como Iván es el padrino supongo que no te opondrás a ser la madrina. Todos vuelven a reír y a mí se me debe de haber puesto la cara roja porque tengo un calor.

Entre risas y cafés son las siete y medía todos se despiden y veo a Iván titubear si darme un beso o no, voy hacia él y le pido perdón. Me da un casto beso en los labios pero no dice nada, salen por la puerta y no sé porque otra vez empiezo a llorar, que le pasan a mis hormonas.

La mañana pasa muy lentamente no tengo noticias de Iván pero si recibo un mensaje de mi hermana diciéndome que pronto volverán mis padres a España, y ellos ya saben que el día 15 de diciembre estarán aquí y que cree que todo un mes eso me anima.

No sé qué hacer todavía no sé si nos quedamos, si nos vamos a Jerez y la verdad me da todo igual estoy triste y mi pequeño Yuri tampoco ayuda, está nervioso, no quiere comer y cuando lo estoy limpiando me doy cuenta y ya se la razón, ¡a mi niño le han salido los dientes¡ tiene dos puntitos en la boca, en la encía de abajo, le hecho una foto y la publico por todos los grupos los primeros en contestar son mis suegros, que llaman enseguida y mi suegra como siempre es un encanto y me da remedios para mitigar el dolor, mi madre que está a su lado también (pero es que estas dos no tienen vida propia que están todo el día juntas) y eso me pone más triste la única que está sola soy yo. Vuelve a sonar el móvil, pero como tengo que cambiar al niño lo ignoro y ya se me olvida hasta casi dos horas después que echa su siesta Yuri. Cuando lo abro tengo 12 llamadas y 27 mensajes, no me di cuenta que lo tenía en silencio los mensajes son de Montse y Dolores pero las llamadas son todas de Iván. Y de hace más de una hora. Le devuelvo la llamada y no me lo coge le mando un watsapp y lo deja en visto pero no me contesta madre mía ya la hemos liado otra vez.

EL RUSO Y LA GITANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora