CAPITULO 10

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IVAN

Vamos a ver cómo le explico a esta mujer que él imbécil de su hermano es un bocazas que estábamos en una reunión con otros socios de la organización y es normal que hubiera mujeres pero que yo desde el mismo día que me casé no he vuelto a mirar a ninguna mujer. Primero no encontramos vuelo, con lo que tuve que llamar a mi amigo Eric para que me dejara su jet, de que le expliqué el problema accedió enseguida no sin antes hacer unas bromista que le gustaron a todos menos a mí. Después de casi cinco horas de vuelo llegamos a Barajas menos mal que en el hangar ya nos estaban esperando los chicos con los coches preparados Petry con una sonrisa dice: —Jefe enciende el móvil—, y tengo 7 llamadas de mi mujercita y un watsapp "Espero que te diviertas, tu hijo y tu mujer estamos muy bien". GILIPOLLAS
Y ahora estamos aquí sin saber cómo empezar a hablar y qué decirle, cuando deberíamos estar celebrando que mi bebé está bien y es un niño.
Le cojo la mano y vamos bien porque ella no la retira me mira a los ojos, —venga estoy esperando—.

—Es que no hay nada que explicar, solo dije que saludaran que ellos también salían y el idiota de tu hermano llamo a Sara y le dijo que las chicas estaban allí solo de compañía y no sé qué montón de cosas más yo estaba hablando con tu padre y el mío cuando Sacha fue el que me informo de todo, por lo visto Sara estaba histérica y tu hermana igual. Llame a mi madre y me dijo que tú no habías dicho nada pero las otras dos ya te iban a informar, volví a ver el video y la verdad, no era para tanto, solo chicas alrededor nuestro, pero como son ellos los que se pasaron toda la semana saliendo y entrando tendría sentimiento de culpa o yo que sé y a mí me entró pánico ¡si pánico¡.

—Pánico ¿de qué? —.

—De que creyeras que era verdad que estábamos con mujeres cuando yo lo único que quería era volver a casa, abrazarte y hacerte mía.

Me besa se ríe —Yo estaba cabreada porque no me cogías el teléfono—.

Dentro también se había calmado el ambiente estaban en el salón preparando la mesa para cenar, y la verdad estaba famélico, no había comido casi nada en todo el día, mi madre preguntaba cosas triviales yo creo que era por dar algo de conversación, pero las chicas se levantan y dicen que tienen planes y que van a arreglarse Noemí cruza su mirada conmigo y pone los ojos en blanco —Vamos no voy a dejar a esas locas solas, tu nos acompañaras—, pero esta mujer no entiende que estoy muerto y solo quiero tumbarme en mi cama y hacerla mía.

Los chicos no son invitados, parece que no creen en su inocencia (la verdad yo tampoco) pero solo han tonteado algún roce y que yo sepa nada más, mi suegro está un poco reticente pero al saber que yo las acompañaré solo pone los ojos en blanco y se ríe con mi padre.

Los chicos me dirigen miradas asesinas pero no pelean con ellas, se van antes que nosotros pero saben dónde voy a llevar a las chicas, ya no más aventuras vamos a nuestro club donde todo está controlado, y sé que aunque todos nuestros enemigos están neutralizados ya no daré nada más por sentado, ahora tengo que cuidar de mi mujer y mi niño.

Las puertas del club están custodiadas por dos guardias que no conozco pero se ve que ellos a mí sí en cuanto le doy las llaves al aparcacoches corren la cuerda roja para que pasemos dándome un asentamiento de cabeza. Fuera están esperándonos las otras dos amigas de las chicas y entramos en tromba hacia dentro

Dentro, hay mucha gente, al parecer, los viernes hay actuaciones en directo, hay barras en los dos lados y la terraza abierta donde al fondo están los reservados, Irina viene a saludarnos y me da dos besos y un abrazo que hacen tensarse a mi mujer yo me hago el tonto y hablo con ella diciéndole que quiero el mejor reservado, ella con una sonrisa y pegándose demasiado a mí me comunica que todo está ocupado y que en el mejor están los chicos que ya nos esperan. Vamos detrás de ella y Noemí tira de mi brazo y al oído pregunta — ¿Tengo algo en la cara? — —No ¿por qué dices eso? —. —Tu amiguita se pega mucho y encima me ignora—.

—Jajaja que cosas tienes—, — ¡Que pasa contigo¡ — grita Noemí —Es que te gusta... — —Bueno, no te entiendo. Noemí mírame vamos a divertirnos ¡vale¡ —.

Las chicas al entrar al reservado y encontrarse con Sacha y Kiki, dan la vuelta y se van a la pista central, mi hermano me pasa una copa, pero su cara era todo un poema, las horas sin dormir, los nervios por llegar y ahora ver como la chica que quieres está bailando bajo la atenta mirada de tanto depredador, con muchos ojos a su alrededor no debe ser fácil Kiki solo bebé, y de vez en cuando mira pero está más tranquilo ahora es Sacha el que va a estallar en cualquier instante, y la verdad Rebe lleva un vestido verde que se amolda a sus curvas con unas sandalias de tiras y un tacón de escándalo. Sara también va vestida para matar con un pantaloncito corto que parece un bikini más que un conjunto y ver las caras de estos dos me tiene entretenido miro a mi mujer y por su boca y ese hocico respingo sé que todavía sigue pensando en lo de Irina si supiera las veces que me he tirado a esa mujer le arrancaría los pelos pero yo no se lo voy a decir y lo mejor es que la corte como se ponga otra vez tontita.

Beso a mi mujer y estoy ya más caliente que la panza de una olla cuando entran Irina y tres chicas más que se acomodan en los asientos una encima de Kiki yo sigo con lo mío pero sé que esto va a acabar mal, vinimos aquí buscando tranquilidad y esto es un polvorín que va a estallar en cualquier momento, y siento una mano en mi espalda y siento a Noemí tensarse mira detrás de mí y se levanta como un ciclón y agarra a Irina del pelo, la otra empieza a defenderse y yo como puedo las separo le digo a mi mujer que si está loca que está embarazada y a la otra la cojo del brazo y le digo que se marche, que hace, que si no ve que estoy con mi mujer y la muy zorra me echa los brazos al cuello intentó separarla pero es Sacha quien se hace cargo de ella le digo la quiero fuera échala ya no es bienvenida ¡¡¡FUERA¡¡¡¡.

Noemí

Qué es esto, que pasa aquí, esa puta tocando a mi marido menos mal que nos ha separado, si no la mato, yo pidiendo a las chicas tranquilidad y soy yo la que la lía menos mal que por lo menos a tenido la decencia de echarla porque si no hoy arde Troya, Iván me pide disculpas dice que no sabe qué ha pasado cuando habla Kiki y dice que la culpa la tiene él que le dijo a las chicas del club que cuando llegáramos pusieran celosas a las chicas, con el revuelo las que estaban bailando ya están allí y escuchan todo. Sara mi pobre Sara se echa a llorar y Kiki delante de todos se pone de rodillas y le pide disculpas la verdad es muy emocionante, y yo me alegro que mi hermano deje la edad del pavo y se porte con Sara como un hombre y deje de hacer el tonto. Pero no íbamos a dar por terminada la noche hay nos tomamos algo y estamos conversando mientras está cantando un grupo que no conocía pero me gusta se llaman "Temblado" son tres componentes y la verdad lo hacen realmente bien, Rebeca se levanta y se pone a bailar y uno de los integrantes del grupo le dedica una canción, todo bien todo diversión cuando se acerca un hombre habla con Sacha y los tres van a la oficina mi amor me dice que es algo importante y que no tardarán mucho, no tardan en venir dos guardias y flanquear las esquinas del reservado, las chicas nos miramos y ponemos los ojos en blanco pedimos otra ronda de bebidas, yo zumo pero las chicas piden vodka con limón, y la actuación termina dando paso a otro grupo esté más cañero. Se acerca el grupo que cantaba antes se presentan, son Antonio, Carlos y Santiago son andaluces de Cádiz y son muy simpáticos para mi gusto demasiado y parecen un poco achispados, el que le dedicó la canción a Rebe la coge de la cintura y pretende besarla el guantazo que le da mi hermana se siente en todo el recinto pero uno de los hombres va a acercarse a echarlo cuando el idiota dice que la culpa la tiene ella que llevaba toda la noche pidiendo guerra y eso solo enfurece más al guardia que ya no solo lo invita a salir tanto que Petry que está con el teléfono en mano tiene que tranquilizarlo, a hecho su trabajo de niñera y los chicos tardan cero coma dos en estar allí, mi marido me coge de la mano y me dice —Vámonos es la última vez que salgo con vosotros—. Y yo me mofo y digo pues a partir del lunes vamos a estar durante 15 días 24 horas juntos.

EL RUSO Y LA GITANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora