CAPÍTULO 23

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Los días que pasamos en la villa, me encanta esa paz, hecho mucho de menos a los chicos y a los abuelos, en Madrid ya ha empezado a subir la temperatura, Iván está preparando las cosas para empezar a trabajar y yo también tengo que pensar, me tendría que haber incorporado el 1 de mayo pero cuando llame, al revés me animaron a cogerme otros 15 días y solo quedan dos días para la fecha pero si Iván me pidiera que nos quedáramos no me lo pensaría, yo la que siempre quería ser independiente ahora quiero estar en mi casa cuidar de mi hijo esperar los próximos porque quiero más, ahora lo sé. Entró en el despacho mi hombre está al teléfono pero cuelga rápidamente para preguntarme si lo tengo todo listo. Me cuesta mucho hablarle y le doy muchos rodeos pero al final le preguntó, — ¿Iván como es nuestra economía ahora? —.

Me mira y levantando las cejas dice — ¿A qué te refieres?

—No nada no te preocupes. Me abraza y me sube encima de la mesa, —No dime. ¿Qué quieres saber?, ¿El dinero que tenemos en el banco? ¿Las propiedades? Venga Noé, no empecemos a ocultarnos cosas dijimos que nunca más ¿qué te preocupa?

—Es que, si tu quisieras nos quedamos aquí en Madrid y no tienes que viajar todos los días o todos los fines de semana bajar a Jerez, si no podemos mantener la villa pues compramos un pisito pero si ves que no pues nada—.

Él se ríe y abrazándome de nuevo, —no, nos entra el dinero como antes pero créeme cuando te digo que podíamos dejar de trabajar los dos y pasarían años para empezar a preocuparnos. Con las inversiones ya tenemos un flujo constante de dinero, ya te digo, no como antes pero sí para no preocuparnos—.

—Entonces qué dices ¿nos quedamos aquí en Madrid?.

— ¿Pero Noé? ¿A qué viene esto?

Le doy un beso y me intento levantar de la mesa pero él no me deja.

—Noé tú te quieres quedar aquí, o quieres regresar a Jerez.

—No lo sé, de verdad, es que aquí, siento mi hogar, en Jerez esta Montse, Dolores y los demás que son muy buenos amigos, allí también está mi trabajo, pero eso ya no me llena, antes era mi escape para aprender a vivir sin ti—.

Me mira y me mira y no sé cómo, pero estoy volando en sus brazos. —No sé si matarte o comerte a besos—.

Le doy un manotazo en los hombros —mi marido siempre tan agresivo—.

—Yo agresivo, contigo, si me has convertido en un calzonazos, pero si me lo preguntas delante de alguien lo negaré todo—.

Nos interrumpe el pequeño Yuri, le estoy dando a mi niño de comer y lo veo apoyado en la puerta de la cocina: —Y qué vas hacer vas a buscar trabajo aquí, o vas a ser una buena ama de casa—. No me gusta el tono en que lo dice pero me contengo porque por su afirmación creo que nos quedamos. Y como me gusta más pelearme con mi marido que rascarme en un grano, le digo con toda la chulería del mundo. Y qué pasa si busco trabajo, o si no busco, y si lo que quiero es ¿ser una mantenida?, hace un rato has dicho que no tendríamos problemas con el dinero. Se acerca a mí y poniéndose a mi altura me mira a los ojos y me dice con la chulería que mi ruso tiene.

—Gitana con tus ataques de ira contrólate o tendría que follarte aquí encima de la encimera no sabes cómo me pones cada vez que se te sube la raza—.

Y eso me cabrea más pero como tengo al niño en brazos no le contesto solo lo miro y terminó con el niño.

—Venga Noé suéltalo o vas a reventar, que es lo que tú quieres ya vamos a empezar a no comunicarte conmigo —.

La madre que lo parió mira que mi suegra es buena pero en cuanto suelte al niño en la cuna este se va a enterar, será idiota, idiota no ¡¡gilipollas¡¡. Acuesto al niño y cierro la puerta ya bajando las escaleras voy buscando en mi mente la artillería que le voy a decir al inepto de mi esposo y al llegar al despacho lo veo hablando por teléfono de espaldas mirando a la piscina la estampa que tengo delante es digna de anuncio, ni el marido de la Pataki ni leches, mi marido es el hombre más sexi del planeta, estoy tan embelesada mirándolo que casi me cuesta llevar el hilo de la conversación pero de pronto mi mente se despeja de la neblina del hechizo que desprende el cuerpo de mi esposo y solo tres palabras resuenan en mi cabeza, hotel-directora- y Jerez sigo acercándome sigilosamente pero él se gira al notar mi presencia.
—Dios todo se pega que susto me has dado porque entras tan despacio—.
No me salen las palabras del cuerpo mi cuerpo está a punto de estallar en auto combustión cuál será mi cara que se acerca a mí y dice —cálmate, pensaba decírtelo solo que no ha surgido, siempre lo iba dejando para otra ocasión y como no ha salido el tema pues—. Pone cara de cachorrito pero toda la furia y la indignación que siento al unir todos los cabos me hacen estallar y le suelto una bofetada que hace que se mueva hasta del sitio, no he terminado de dársela y ya me estoy arrepintiendo pero es que he sido un títere todo este tiempo, me ha manejado a su antojo. Desde el minuto cero me ha engañado el que no quiere mentiras me ha mentido desde antes de volver. La hermana de Judit fue la tapadera. Erick y el seguro hicieron toda la trama y yo la ignorante de la tonta gitana la que creyó que me dieron ese puesto en el hotel con tantos complementos y mejoras por ser una profesional y no una limosna de mi exmarido que estaba jugando a los agentes secretos infiltrados abandonando​ a su mujer y a su hijo. Caigo en la cuenta de que todo lo he dicho en voz alta cuando estoy aprisionada con la puerta y la cara de mi esposo está roja y deformada por la expresión.
—Si soy lo peor por no decirte que no quería que pasaras calamidades y te compre un hotel, que vamos hacer, los hombres malos es lo que tenemos, solo sabemos hacer sufrir a las mujeres que queremos por eso somos tan malos pero claro la princesa tuvo que sacrificarse y casarse con un ruso que solo la ha hecho una desgraciada, pobre la gitanita indefensa. Que está siempre quejándose, pues muy bien yo también te voy a decir dos verdades, el hotel es tuyo pero si no lo quieres mañana tendrás el dinero en una cuenta a nombre de tu hijo, y ¡no¡ no hace falta que trabajes, mi hijo y tú están cubiertos de por vida. Y yo voy a trabajar porque si no en estas cuatro paredes me asfixio y encima me gusta mi trabajo porque soy un hombre de acción, yo no te engañe ahora tu a mi si tú eras la profesional que quería ejercer y prosperar en su carrera no sabes lo feliz que me hiciste hace una hora cuando querías dedicarte a tu familia pero claro el !!!!GILIPOLLAS!!! Siempre te miente, siempre te oculta cosas. Pues escúchame bien estoy hasta los cojones de tus cambios de humor, de tus prontos que cada vez que nos peleamos siempre te menosprecies por ser gitana, yo sé con quién me casé y estoy muy orgulloso de ti y de mi hijo, quiero que aprenda tu cultura pues al fin y al cabo es tu legado pero parece que tú si tienes que sacar siempre el tema y ya estoy harto ¡te enteras¡
Sale del despacho y a los pocos segundos siento la gravilla de la entrada y el coche derrapando por el camino.

EL RUSO Y LA GITANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora