CAPÍTULO 12

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El vuelo salía a las diez de la mañana pero a las seis ya estábamos todos metiendo cosas en los coches mi padre me dice que ellos estuvieron hace días en la agencia de viajes y que del montón de cosas que mi hermano y Kiki habían contratado ellos se habían desmarcado y que si yo lo había leído todo que él no pensaba que Noemí estando ya de casi seis meses estuviera para ese itinerario. Mi padre siempre muy correcto y muy formal y a mí me da miedo y todavía el dichoso viaje no ha empezado ¿que habrán contratado los locos estos? Al llegar el aeropuerto es un caos, primero facturar tantas maletas, pero que llevan estas mujeres yo solo llevo una y ellas llevaran cinco por cada una, como ya es costumbre los abueletes como les ha puesto Kiki se desmarcan de nosotros y nos dicen que hay nos quedamos con nuestras mujeres que ellos ya pasaron por ahí y ahora nos toca a nosotros. Tres cuartos de hora después vamos a la sala de espera de primera de clase Sacha y mi padre bromean y en ese instante un escalofrío recorre mi cuerpo, mi hermanito falta aquí, no le dicho a Noemí nada pero mi niño se va a llamar como él, por él y estamos tan conectados que mi mujer se toca la barriga y dice ¡uy¡ qué sensación como si el bebé se moviera y una lágrima que tenía detrás de mis ojos sale porque sé que es una señal le toco la barriga y la beso en los labios ella me mira pero niego con mi cabeza y ella comprende, y me dan un nuevo beso. Mi madre también dirige su mirada y afirma con su cabeza regalándome la mejor sonrisa que ha realizado desde hace años y mi mente vuelve al pasado cuando éramos pequeños y en las tardes frías mamá nos reunía al lado de la chimenea y nos contaba cuentos y bebíamos chocolate caliente.
El viaje se hace larguísimo las chicas a las tres horas ya estaban cansadas de avión, pues os queda otras seis horas o más, se quejan hasta por la comida por Dios si vamos en primera. Sacha y Kiki se ponen sus cascos y se echan a dormir y sé que no están durmiendo ni nada, los planificadores de este viaje ya me quieren dejar el marrón a mí y no de eso se equivocan me levanto y les quito los cascos, venga machotes contarme que es lo que habéis contratado se ríen y dicen paso a paso y si no te gustan entonces hubieras venido con nosotros es sorpresa. Pero por sus caras sé que van a ser los diez días más largos de mi vida.
El hotel es fantástico mi madre haciendo de mamá gallina instala a Rebeca y Sara en el cuarto que queda en medio del de mis padres y los padres de Iván, los guardaespaldas no sé dónde se quedarán pero por aquí no están, pedimos cena para la habitación pero cuando llaman a la puerta y creemos que es el botones entran en trompa los chicos con carritos con comida, bebidas y postres, la velada no se alarga mucho porque a las siete de la mañana tenemos que estar listos.
No quiero levantarme cuándo suena el móvil, me siento perezoso y se está también en los brazos de mi mujer, tomo una fuerte respiración y su olor inunda mis fosas nasales, enrollo un mechón de su pelo en mí mano y me quedo fascinado mirando su rostro, esa nariz recta esos labios carnosos y llenos no me puedo resistir y empiezo a besarla pero mi mujer puede caerse el hotel encima de ella y seguir durmiendo, su móvil suena y como si fuera una momia mueve la mano por la mesita. ! Apaga eso! Grita poniendo la cara de la chuki el muñeco diabólico. Lo miro y es su hermana corto y vuelve a sonar, y ahora también tocan en la puerta. Al abrir es mi hermanito diciendo que si interrumpe y que nos pongamos ropa cómoda !venga depresiva!
En el puerto hay un yate esperando por nosotros, dónde nos sirven un buen desayuno. Llegamos a una cala donde hay unas cuevas submarinas las chicas todas incluida mi mujer dicen que ellas ni locas se van a meter con esos trajes de neopreno y con las botellas de oxígeno, Sacha las llama cobardes pero ellas empiezan a tirarse en las hamacas y echarse bronceador. La excursión me gustaba muy poco, me agobia la boquilla del oxígeno pero me gusta hacemos más de mil fotos y el yate se mueve a una reserva dónde vamos a ver la barrera de coral y nadar con tiburones. Rebeca se enfada, porque es verdad parecen que ha excluido a las chicas de todo y eso que es el primer día. Pero cuál es mi sorpresa cuando vamos a meternos al agua y la loca de mi mujer es la primera que quiere meterse en el agua, nos meten a los dos en una jaula y tenemos al menos cuatro metros de agua encima de nosotros, pero la experiencia​ es muy agradable y por los gestos de Noé sé que a ella también le está gustando, después de veinticinco minutos nos suben y ella chilla y dice que es una experiencia que jamás olvidará. Mi mujer es toda una guerrera.
En la noche nos juntamos todos en la cena y a ver el espectáculo que todas las noches es distinto. Mi mamá no puede parar de reírse con Sara y Rebeca que se burlan de sus novios pues a los diez minutos de bajar tiraron de un avisador para que los subieran. Hay unos tíos que no dejan de mirar, los mayores al despedirse me comentan que no le gustan y para evitar problemas que nos vayamos a descansar pronto. El ambiente es muy relajado y no hay ningún problema. Nos despedimos y voy a inaugurar que estamos en punta Cana.
Después de una buena sesión de sexo recibo un mensaje en el móvil es Petry que dice que en la casa estuvo un policía haciendo muchas preguntas, y que quería saber dónde estábamos y que él le informo porque sería de dominio público al intentar localizarnos.
Me estiro en la cama y me olvido del problema ya lo resolveremos.
El día comienza con una excursión a un acuario dónde Noé vuelve a sumergirse esta vez con delfines y todos revolotean a su alrededor el presentador dice que son animales muy intuitivos y que reconocen a nuestro bebé.
Seguimos con una sesión de tirolinas y me niego a que mi mujer se tire, ella se enfada pero no voy a permitir que le hagan daño con ese arnés o falle el cable, Rebeca y Sacha se lanzan juntos y caen directamente al mar donde salen montando una moto acuática seguidos de Kiki y Sara, nosotros bajamos haciendo senderismo, el paisaje es maravilloso tardamos en bajar más de dos horas pero ha merecido la pena.
Mi padre me recuerda que me advirtió y que me preparé porque mañana es hacer esquí acuático.
En la noche cenamos en un barco que va dando vueltas por la bahía y a las mujeres les gusta, mi madre se ve radiante me alegra y le sonrió verla tan bien eso es lo único bueno de este viaje hacia años que no compartía tanto con mi familia y desde mi boda lo hacemos todo juntos y eso me gusta.

Los chicos hablan mucho con el capitán y cuando menos lo esperábamos se ponen de rodillas y le piden matrimonio a las chicas, Rebe empieza a gritar y a saltar después de mi hermano ponerle el pedrusco y como solo falta un mes para su cumpleaños su padre da el consentimiento. Sara en cambio no hace nada más que llorar pero el capitán le informa que cuando se pusieron en contacto con él hace un mes les informo que en aguas internacionales es legal casarse con 17 años y pasa del llanto a las risas.

Menudos cabritos lo sabían y que bien lo han ocultado.

EL RUSO Y LA GITANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora