Parte 2

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―Entra. ―Jimin soltó su mano y la metió torpemente en el baño. ―Yo estaré aquí afuera por si me necesitas.

Mika dudaba. El chico de pelo naranja tenía un rostro angelical, pero ella no era de fiarse por las apariencias.

Satanás tenía un hermoso rostro y eso no quitaba la maldad que albergaba en su corazón.

―No te preocupes, no me moveré de este sitio, te prometo que nadie entrará. Debes confiar en mi, ¿de acuerdo?

Okay, confiaría en él. Se lo estaba pidiendo con ojitos de cachorro, como negarse.

Estando sola en el baño empezó a pensar en cómo escapar. No tenía consigo el celular, no podía gritar.

― ¿Qué hago? –las lágrimas amenazaban con correr.

Finalmente, decidió en darse un baño rápido y descansar su cabeza que empezaba a dolerle.

Se cubrió con una toalla que llegaba hasta por arriba de las rodillas. No quería que el chico la viera semi desnuda pero no podía ponerse de nuevo su ropa sucia.

Tocó la puerta del lado de adentro para llamarle la atención. Jimin captó el mensaje.

― ¿Terminaste? ―preguntó desde afuera y abrió la puerta.

― ¡No mires! ―chilló Mika y Jimin se dio la vuelta. ―No tengo ropa que ponerme.

Jimin, que estaba sudando de los nervios, pensó en darle una sudadera con capucha y unos pantalones de jogging.

―Es ropa mía. Te quedará algo grande, pero al menos es ropa limpia.

―Muchas gracias. ―la sudadera olía a jabón y a hombre. La ropa holgada la hacía sentir cómoda.

―En un rato estará la comida. Baja cuando estés lista. ―le sonrió y Mika sonrió junto a él sin darse cuenta.

Sus ojos azules tenían un delineado corrido por haber llorado. Acomodó su cabellera rubia y bajó las escaleras, las manos sudaban de los nervios. ¿Cómo iba a comer con siete delincuentes observándola? Quería pasar la cena, pero el pelinaranja la había invitado muy cordial.

― Ahí estas. ―dice Jimin. ―Siéntate a mi lado. ―la tomó de la mano y Mika se sonrojo. ¿Por qué era tan confianzudo?

De todas formas, Jimin no necesitaba invitarla dos veces. Se sentó junto a él gustosa, se sentía a salvo cerca de él.

Mika observó a cada uno de ellos detenidamente. Entonces notó que el menor la observaba sin siquiera disimular. Eso la incomodó.

― Entonces ―habló el líder antes de llevarse una cuchara con sopa a la boca― ¿Cómo va la venta?

― Excelente, Namjoon. ―respondió uno con sonrisa vivaz. ―La coca se vende mucho por estos lados.

¿Coca? ¿Hablarán de la Coca Cola?

― Eso es bueno de oír. ―el líder, Namjoon era su nombre, se dio cuenta de cómo el pelinaranja y el menor de ellos miraban a la recién llegada. ―Tómenle una foto y no sean tan obvios, muchachos.

― Por cierto ―dijo uno de los menores, ¿su nombre era Taehyung? ― ¿Por qué comemos junto a la víctima? ¿No debería estar atada a una silla en una habitación oscura y aislada? ¡Como en las películas!

Mika se estremeció, abriendo los ojos y haciéndolos más grandes de lo que eran.

― No seas tonto, Tae. ―dijo Jin ―seremos lindos con ella porque cuando su padre pague su rescate seremos ricos, así que debemos cuidarla.

― ¿Te gusta la sopa? ―le preguntó Jimin a Mika en un murmullo.

― ¿Quieres un poco de alga? ―le tendió Jungkook en un tenedor.

― Ella puede comer sola, Jungkook-ah. ―le dijo Jimin agarrando el tenedor, comiendo el alga.

― ¡Hyung! ¡Eso era para Mika!

― Ah, no sean ruidosos. Jungkook-ssi, lleva a Mika a su nueva habitación y no te muevas de allí hasta que se duerma.

Jungkook, con una sonrisa de oreja a oreja, se levantó de inmediato.

― Pero hyung, le prometí que yo lo haría.

― No es tu juguete, Jimin. Las ordenes las doy yo. Jungkook-ah, adelante.

― Buenas noches ―Mika hizo una reverencia para todos.

― Duerme bien ―le dijo Jimin en un cuchicheo pero Mika pudo oírlo y le sonrió.

― ¿Estas a gusto aquí? ¿Cómo la estás pasando?

― Soy una víctima de secuestro, ¿cómo creés que la estoy pasando?

Hablaban mientras subían al tercer piso.

― No le hagas caso a Jimin, el de pelo naranja, es un tonto.

Mika sonrió de solo pensar en él y Jungkook lo notó.

― No sé. Es el único que me cae bien de toda esta pandilla.

Jungkook la detiene tomándola de la muñeca.

― ¿Qué opinas de mí? ―levanta una ceja y ladina una sonrisa.

― Que eres un niño pequeño. ¿Qué edad tienes? –se burla Mika y se ríe.

A Jungkook no le resulto gracioso. Lo tomó como un insulto.

La posicionó sobre la pared y la inmovilizó con su cadera.

― No soy ningún niño chiquito. ―la miró de arriba abajo con una sonrisa de lado en su boca. ―¿Quieres que te demuestre el hombre que soy?

― ¿Por qué no me demuestras a mí el hombre que eres dándome tu mejor golpe?

― Hyung.

― ¡Anda! ―Jimin le ofreció su mentón. ―Golpea, como hombre.

― No me provoques, hyung.

― Mika, hazte a un lado.

― No puedo moverme. Jungkook tiene mucha fuerza. ―Jimin notó que la tenía sujeta cadera con cadera y se volvió loco.

― Sabes que soy un hombre para nada violento, Kookie. Pero en este momento quiero hacerte mierda.




Hasta acá llegó mi inspiración. Denle mucho apoyo a este fan fic. Voten y comenten, quiero ver que piensan. 

𝕋𝕣𝕒𝕡𝕡𝕖𝕕 | ♥ PJM - JJK ♥  (BTS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora