The Wicked Girl | The Originals #2

Somebody's watching me

Nueva Orleans, NOLA o La Ciudad Creciente es conocida por su rica cultura e historias que circulan por ella o basadas en ella. Lo que le hace tan especial es que combina la música, un estilo arquitectónico particular al igual que la gastronomía y rituales tan antiguos como el vudú. Todo eso la hacen tan mítica y maravillosa como todo los que la habitan. Pero para mítica es su eje central, su corazón: el Barrio Francés. No se puede dejar de lado lugares tan emblemáticos como Bourbon Street, Jackson Square, la Catedral de St. Louis, el Mercado Francés o el Preservation Hall... como tampoco a los que ayudaron a fundarla. No importa lo que intente destruirla, Nueva Orleans siempre se alzará al igual que lo hizo en 1919 o con el huracán Katrina, porque es indestructible como su comunidad.

La comunidad, otra de las peculiaridades de la ciudad. Una comunidad sobrenatural que camina desprevenidamente al lado del ser humano que cree que son simples leyendas. Los que desconocen lo que ocurre al caer la noche cuando todas las calles se iluminan de luces de todos los colores y la gente sale a apreciar ese momento mundano para escuchar las bandas de jazz, emborracharse y disfrutar de los espectáculos. Ese instante en que el sol desaparece y la comunidad nocturna hace presencia y todas las leyendas se hacen reales, tan reales como los vampiros, las brujas y los licántropos. Así que cuando camines por sus calles observa atentamente a quien te rodea porque el que viene de frente puede ser alguna bruja o justo el que acaba de pasar a tu lado puede ser un hombre-lobo o un vampiro puede estar camuflado entre la muchedumbre persiguiéndote para que seas su presa.

Eso tenía su gracia para Lily, un vampiro acechándote en las sombras. Ni que ellos fueran los más peligrosos. También estaban las brujas que cuando se les cruzaban los cables podían llegar a ser las más peligrosas. En cuanto a los lobos sólo debías de tener cuidado cuando se transformaban, sino que se lo digan a Klaus.

Ante todo hay que decir que aquella comunidad sobrenatural era tan normal como lo era un humano, si se lo propone, pero estos traen con ellos algunas peculiaridades como lo son la sangre, la luna y la magia; esenciales para las tres razas. Pero si se deja eso de lado todos eran iguales, por ende, podrías estar tomando en este momento una taza de café con una bruja y no saberlo...

¡Espera!

Obviamente es mejor ir al grano. Nueva Orleans tenía su encanto y Lily lo sabía porque la había visto prosperar pero lo que más odiaba era como los vampiros eran los malos de la historia. ¿Cuando ha empezado a ocurrir eso? Los que creen saber la historia en realidad no la saben. Los vampiros, exactamente los Mikaelson, tuvieron que ver con ello. Fueron los que empezaron a dar ese aire de que todo allí era fabuloso y fácil, por algo se la empezó a conocer como " la ciudad donde todo es Muy Fácil". Por mucho que le cueste decirlo, ellos tomaron las riendas de un sitio que parecía no tener futuro y lentamente echaron sobre la ciudad un encanto que hechizaron a los que se encontraban al otro lado del océano. También habría que recordar que la época dorada de Nueva Orleans fue gracias a una familia de vampiros que aunque la abandonaron en su punto álgido una vampira supo tomar las riendas y con ayuda logró lo que es hoy. Por lo que los vampiros en esta historia son tanto héroes como villanos diferenciándose de las otras facciones. Nadie podría negarlo, el poder aún le pertenecía a un vampiro. Y un vampiro, un Mikealson, era la llave para salvar esta vez a la ciudad de otro Mikealson.

Cierto, Lily los necesitaba para que ella no muriera en el intento de derrotar al padre de los Originales. Había una pequeña parte de sí que aún se aferraba, por mínima que fuese, ella deseaba vivir por un tiempo más. La primera vez estuvo a punto de ser quemada viva y no quería imaginarse cual sería la causa de esta segunda vez.

Por enésima vez volvió a mirar su teléfono.

Nada.

Klaus no había respondido a sus llamadas y mensajes. La estaba ignorando o estaba demasiado ocupado para responderle... aunque ella no sabía que era lo último.