Sentados en el banco de una plaza,
Te dije que te amaba y quedaste callada.
Tus manos suaves con las mías se entrelazaban,
Con una mirada dulce que en mi ser penetraba.
La brisa en nuestros rostros como caricias regaladas
De un viento testigo del amor que nos rodeaba
Tus mejillas encendidas como farol de la casa
Iluminado tu cara como el sol al alba.
Ni la muchedumbre que pasando nuestra atención captaba
Sólo éramos nosotros y sólo eso importaba
Pudiendo decirnos tantas cosas nunca mediamos palabras
Expresando con los ojos lo que la boca callaba
Nada nos dijimos, solo nuestras miradas.
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Relatos de Artistas
RandomAquí se publicarán en exclusiva todos los ejercicios de nuestros Artistas de las Palabras, por orden de envío. Cada relato ocupará una parte o capítulo, para que podáis votar, comentar o compartir. Queda prohibida la publicación externa de ellos. As...