El sonido del gong retumba en su mente, alarmada por esto se despierta en medio de la noche encontrando solo silencio.
La muchacha de tan solo doce años se tapa el rostro con sus manos— despertada por una pesadilla otra vez —comenta mientras se quita su oscuro cabello del rostro.
Al mirar la habitación puede ver que sus padres duermen plácidamente, cada uno en su propia cama. Con todo lo que ha pasado, tener camas es algo por lo cual sentirse agradecido.
A la mañana de ese día se coloca su uniforme, desayuna y parte a la escuela. Al llegar a la entrada puede ver a los mismos periodistas de ayer, esperándola para conversar sobre lo ocurrido.
Antes de que la puedan notar da un rodeo al exterior de las instalaciones. Con su celular le manda un mensaje a una de sus amigas "Todavía están aquí, ayúdame". Al llegar a la parte trasera se puede ver un agujero en una muralla, el cual está cubierto por una pesada lamina de madera. El objeto que cubre el pedazo faltante se mueve hacia un lado, dejando ver a su amiga y dos muchachos de su clase.
— Gracias —les dice la joven de cabellos negros.
— De nada, todo por la que nos salvó la vida.
Al acabar las clases sus amigas quieren ir a comer algo, en cambio ella solo quiere observar el mar.
Haciendo caso a sus deseos, se sienta en la costa, han pasado meses desde que el tsunami ocurrió, si no fuese porque ella toco el gong en medio de la noche, todos habrían muerto. Sentada frente al mar, lo observa como si fuese su responsabilidad volverlos a salvar.
Para ella esto, es una carga difícil de llevar.
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Relatos de Artistas
RandomAquí se publicarán en exclusiva todos los ejercicios de nuestros Artistas de las Palabras, por orden de envío. Cada relato ocupará una parte o capítulo, para que podáis votar, comentar o compartir. Queda prohibida la publicación externa de ellos. As...