Hay una leyenda del principio del siglo XX, que se hallaban varios amigos tomando unas copas en un bar frente al Cementerio del Cerro. Cuando ya estaban envalentonados con los litros de alcohol, no tuvieron otra mejor idea que comparar el coraje y la valentía que poseían. Uno de ellos, gritando a los cuatro vientos, se le ocurre un reto que nadie podría hacerlo: consistía en pasar la noche en el Cementerio sentado encima de una lápida, dejando como prueba el facón clavado allí. Uno de los paisanos, el más valiente o el más borracho, acepta el desafío y, ayudado por sus compañeros, trepa las rejas del Cementerio y cae en el interior. Los demás acuerdan a esperarlo en la madrugada en las puertas del lugar. Llega la mañana y el hombre no aparece. Preocupados por el destino de su amigo, entran a buscarlo, encontrándolo muerto sobre una lápida, con el facón clavando sobre ésta sujentando la esquina de su poncho. Intrigados sobre este extraño acontecimiento, sus amigos no dejaron de especular. Lo que no sabían era que el hombre, al sentarse, había clavado el facón junto a la tela de su abrigo. Cuando, al llegar la madrugada se quiso marchar, sintió que le tironeaban de la ropa y, creyendo que el espectro de la lápida reclamaba su cuerpo, cayó inerte en el suelo a causa de un ataque cardíaco. No se había percatado que se trataba simplemente de su poncho enganchado en el facón.
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Relatos de Artistas
RandomAquí se publicarán en exclusiva todos los ejercicios de nuestros Artistas de las Palabras, por orden de envío. Cada relato ocupará una parte o capítulo, para que podáis votar, comentar o compartir. Queda prohibida la publicación externa de ellos. As...
