Que Dios nos ayude. Pierina_ML_183

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¡Ay los ochenta! Mis hijos se hartan de las muchas veces de que hablo de esos años como los mejores de todos los tiempos, de lo bacán que eran, pero al menos aquí en Lima y todo el Perú no fueron tan bacanes como uno creería.

En algunos tonos y entre bromas, mis amigos y yo hablamos del tema diciendo: En esos tiempos todos éramos millonarios. Porque efectivamente lo éramos, no podías comprar nada de necesidad básica sin incluir la palabra millón en su precio en intis. 

Todo empezó con las elecciones presidenciales donde por fin se iría el tal Belaunde y Sería por primera vez presidente de la república Alan García Pérez, en aquel entonces un más delgado García asumía la soberanía de todo un país.

Puede que él no sea del todo responsable, sino más bien sus asesores. Podemos vivir en inflación qué tremenda estupidez, carajo.

Los precios del mercado se dispararon cómo balas, el Perú se endeudó a exageradas sumas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y al Banco Mundial (BM) pa salir del hoyo en el que se metió.

El costo de cada producto aumentaba hasta el doble cada día ¿creen que realmente uno querría ahorrar en el banco? No señores, en masa todos sacaban hasta lo que no tenían para gastarlo en todo lo que encontraran en el mercado, este pechito se incluye. Pónganse a pensar cuantos bancos pequeños quebraron por no tener plata.

Después ya fue elegido presidente Alberto Fujimori. Pucha, lo tuvo bien tranca sacarnos de la vaina de la inflación, un país en donde ibas al mercado a mirar. Fujimori y Hurtado Miller tenían un verdadero reto.

Que Dios nos ayude dijo Miller al terminar el FujiShock en cierto comercial que dobleteaba los precios, y ¿así fue?

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