Flashback 2

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Debido a que Jungkook llegó tarde a su práctica, su instructor le obligó a permanecer 30 minutos más, después de la hora, para recompensar su tardanza. A pesar de que eso usualmente no habría molestado a Jeon, al tener un trabajo de literatura esperando por él, prácticamente salió volando de la sala cuando su profesor por fin lo liberó.

El famoso trabajo de literatura terminó siendo más tedioso de lo que imaginó, sobre todo porque el castaño estaba demasiado cansado física y mentalmente como para leer tantos textos de distintos autores y tener que idear un propio ensayo decente. Sin embargo, luchando contra el peso en sus párpados y el caos en su cabeza, tomó varias tazas de café para lograr terminar su parte del trabajo a altas horas de la noche, imprimirlo y guardarlo con alivio en una carpeta.

Así que, a la mañana siguiente, tras haber descansado un par de horas, supuso que nada podría ir mal. Su compañero había llegado con su parte y sólo tuvieron que unirlo todo para entregárselo a su profesora.

Lamentablemente, Jungkook ni siquiera tuvo tiempo de cantar victoria.

Esa misma tarde, su profesora de literatura atravesó la puerta del aula, diciendo que ya había terminado de corregir los informes. Y, ¿qué clase de profesor revisaba todos los informes durante toda la mañana para fastidiarles el día a sus estudiantes? Sólo ella, por supuesto. Y la fe que tenía en su trabajo, en espera de su calificación, desapareció por completo cuando al final de la entrega la mujer lo llamó a su escritorio, al igual que a su compañero. Jungkook jamás había sido mirado con tanto reproche en su vida escolar, mientras le decían que lo calificarían con la nota mínima.

¿La razón? Su compañero, entre su apuro y comodidad, había terminado por copiar un trabajo de internet, algo que estaba claramente contra las políticas de la institución. ¡Él ni siquiera se había dado tiempo de modificar algunas palabras al menos! Jungkook intentó mantener la calma mientras señalaba que su parte del trabajo sí había sido hecha completamente por él, tristemente, su profesora lo cortó tajantemente, recordándole que ese era un trabajo en equipo.

Jungkook se hundió de regreso en su asiento, completamente furioso. Su compañero, el culpable de todo, se había tomado las cosas con calma mientras se encogía de hombros, diciendo que una mala calificación más no era la gran cosa. ¡Incluso había tenido la desfachatez de señalarle que, como él era un buen estudiante, una vez no le iba a hacer daño! Así que el pelinegro estaba incluso más enfadado. La única razón por la que sus exigentes padres aceptaban que él gastara tantas horas en el club de baile, era porque a cambio tenía que responderles con un promedio sobresaliente.

Y en ese preciso momento, su promedio de literatura se había ido al desagüe.

La mala suerte lo siguió por el resto de la tarde y, aunque Hoseok y Yoongi intentaron animarlo diciendo que ya podría colgarse de actividades que le dieran créditos extras, el enojo de Jungkook se encendía cada vez que veía al idiota de su compañero caminando libre y campante, sin el más mínimo remordimiento, mientras él se culpaba a sí mismo por haberle dado su confianza.

Seriamente, ¿en qué estaba pensando? El pelinegro juró que para la próxima haría todo solo, incluso si tenía que dejar de dormir para conseguirlo.

Y cayó el fin de la jornada, llegando consigo la práctica con el club. La mente de Jungkook seguía en otro lado y luego de varios pasos torpes terminó por tropezar con sus propios pies para caer directamente al piso.

La música dejó de sonar en aquellas cuatro paredes y todas las miradas impávidas se detuvieron en él. Probablemente unos cuantos hubiesen reído de no ser porque el profesor de baile estaba lanzando fuego por la boca mientras miraba al menor como si quisiera ahorcarlo.

―Jeon, ¿me puedes decir cuál es tu problema? ―Había disparado sin más preámbulos hacia el joven, con una voz cargada de enojo. ―Primero llegas tarde a la práctica y ahora ni siquiera sabes dónde pones tus pies. Si no tienes la mente en esto, no sé qué haces aquí

―Lo siento... ―Susurró con la mirada en el piso.

―No es suficiente con disculparse, Jeon. Estás atrasando a todo un grupo debido a tu incompetencia

―¿Incompetencia? ―Murmuró para sí mismo, sintiendo sus ojos escocer. ―He dicho que lo siento ―Levantó la mirada hacia el adulto. ―¿Qué más? ¿Qué debería hacer? ¿Arrodillarme frente a mis compañeros debido a mi incompetencia? ¿Tener un mal día ya me hace incompetente? ―Respondió alterado. Hoseok y Jimin intercambiaron miradas, sin saber qué hacer. ―¡Me alegra saber que usted siempre hace las cosas bien! ―Agregó como la guinda del pastel, y sus amigos apartaron la mirada con miedo de lo que ocurriría a continuación.

―Siempre las hago bien, porque en eso consiste ser profesional ―Habló con dureza el hombre, parándose frente a él, haciéndolo sentir insignificante. ―Estás actuando demasiado emocional, arruinando el ambiente aquí. Profesionalismo es algo que estás lejos de obtener ―Escupió.

Pero sólo tengo 16 años, quiso decir Jungkook, herido. Sólo tenía 16 y se sentía triste y molesto, así que, ¿por qué el resto no lo dejaba sentirse mal? El adulto del lugar tensó su mandíbula al verlo caminar directamente hasta la puerta.

―Jeon Jungkook, vuelve aquí en este mismo instante ―Llamó con autoridad, pero eso no fue suficiente para detener al menor.

Jungkook cerró bruscamente la puerta, sin detenerse a mirar a sus compañeros o a su profesor por última vez. A medida que se aproximaba a su casa, el arrepentimiento por sus acciones creció en él, pero ni siquiera así decidió volver sobre sus pasos. Le había contestado mal a su profesor de baile y había sufrido un arrebato frente a sus compañeros, así que temía a las consecuencias y no quería saber de ellas todavía.

Jungkook siempre se había mantenido en silencio y con una postura sumisa cuando sus superiores le reprochaban, pues sabía que los adultos, a pesar de ser estrictos, estaban deseando lo mejor para él. Sin embargo, ese día la gota había derramado el vaso y todo su trabajo se había arruinado. Que usaran la palabra incompetencia ligada a él lo hacía sentir miserable.

¿Cómo esperaban que él creciera profesionalmente, mientras lo tachaban de incompetente?

Los mensajes de Taehyung le hicieron comprender que al menos había un lugar en el mundo donde alguien no esperaría algo de él a cambio, y quizás esa era la principal razón por la que había desarrollado sentimientos por el mayor.

Taehyung no estaba esperando que su nombre destacara en el cuadro de honor, ni exigía que tuviera un baile preciso, ni mucho menos que agachara la cabeza en caso de una reprimenda. Kim lo sostenía en sus brazos, lo alzaba y lo trataba como si todas esas cosas pequeñas en las que tanto se esforzaba valieran la pena. Ningún paso que él daba parecía insignificante ante ojos del mayor, y Jungkook agradecía eso.

 Ningún paso que él daba parecía insignificante ante ojos del mayor, y Jungkook agradecía eso

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Nota:
Holi, mi laptop estuvo dos horas actualizándose, pero por fin pude usarla uu. Aquí está el flashback que les prometí (8

¡Atropellado! [KTH+JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora