[Narración 7]

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Jungkook siempre fue un chico comprensivo.

Cuando apenas tenía 5 años y llevó a casa un cachorro que había encontrado en la calle, no lloró ni tampoco hizo un berrinche por el hecho de que sus padres no le permitieron quedárselo. En su lugar, entendió las razones que estos le dieron y de la mano de su madre salió a buscar un hogar para el que por un día fue su mejor amigo.

Cuando tenía 12 años y en su escuela se llevó a cabo una premiación para condecorar a los estudiantes destacados, tampoco se quejó cuando sus padres no asistieron para verlo recibir medallas y diplomas por la larga lista de actividades donde su nombre destacaba. Por supuesto, se había sentido decepcionado, porque deseaba ver lo mucho que sus padres estaban orgullosos de él, sin embargo, comprendía que obtener permiso para salir del trabajo no era fácil y, el día de la premiación, enseñó la mejor de sus sonrisas aún cuando envidiaba a aquellos cuyos padres sí habían ido a verlos.

Cuando tenía 14 años y uno de sus compañeros lo empujó con demasiada fuerza en un partido de basquetbol, tampoco se enojó con él. Jungkook había terminado con una torcedura de tobillo y se había perdido el viaje de fin de año con el resto de la clase, pero nadie lo escuchó rechistar. El menor entendía que había sido un accidente y que él, por tanto, solo había tenido mala suerte. No era culpa de nadie.

No obstante, Jungkook ya no podía seguir siendo comprensivo. Dejándose caer en la banca de los vestidores, presionó con fuerza la medalla que portaba en sus manos. Por todo el lugar sus compañeros de club saltaban, gritaban y se abrazaban eufóricos tras el anuncio de los ganadores, pero el rostro de él no expresaba ni un atisbo de felicidad. Hoseok y Jimin, perturbados por su indiferencia, permanecieron junto a él en silencio, sin saber cómo animarlo o sacarlo de sus pensamientos. Después de todo, conocían la razón por la que el pelinegro se encontraba así: Taehyung no se había presentado.

Jungkook había sonreído al notar que Yoongi estaba entre el público, tristemente, su corazón fue aplastado con aún más rapidez al comprobar que Taehyung no estaba ahí.

El menor era un chico comprensivo, sí; lo había sido durante dos semanas enteras con Taehyung e incluso más. Sin embargo, ese hecho era la gota que había rebasado el vaso. Las lágrimas se amontonaron en sus ojos antes de que pudiera controlarlo y todos se alarmaron, dejando de celebrar, cuando lo escucharon sollozar.

―Oh, Jungkookie, no, no llores, por favor ―Hoseok se sentó junto a él, envolviéndolo en un abrazo.

―Pero él no vino, Hobi ―sollozó, sin esconder su pena―. Taehyung me odia, por eso no vino a verme

―Taehyung no te odia. ¿Quién podría odiarte? ―se distanció de él, apresurándose en secar sus lágrimas. Ni siquiera pudo forzar una sonrisa ante lo desconsolado que parecía estar su amigo.

―Me ha ignorado durante todo este tiempo, ¿qué nombre le darías a eso? ―cuestionó, frunciendo sus labios―. ¿Acaso solo estaba jugando conmigo?

―Taehyung no es ese tipo de persona ―ahora fue Jimin quien se apuró en intervenir, ansioso por la conclusión del menor―. Comprende a Tae, él solo...

―¡No! ―se negó a escuchar, soltándose del agarre de su mejor amigo para levantarse, furioso.

¿Comprender? ¿Jimin le estaba pidiendo comprensión? ¿Por qué siempre era él quien tenía que comprender? ¿Acaso el resto no podía ponerse en su lugar por una vez?

―¡No quiero comprenderlo! ¡No puedo comprenderlo, cuando ni siquiera es capaz de decirme qué mierda le pasa! ―a Jungkook ni siquiera le molestó que todos sus compañeros lo miraran boquiabiertos―. Y ustedes... ustedes tampoco me comprenden ―agregó al final, herido, mirando entre sus amigos antes de fijar su vista en el piso.

―Jungkookie, nosotros no...

―Déjenme en paz, me iré a casa solo ―acomodó el bolso sobre su hombro, ignorando el bullicio que se levantó cuando se dirigió a la salida, sin vacilar.

―Jungkook, se supone que tenemos que encontrarnos con Song ahora, si él no te ve ahí...

―Disfruten su celebración ―y, sin permitirles decir más, cerró la puerta.

Una vez afuera, el menor secó sus lágrimas con brusquedad, sintiendo como su pena era reemplazada por furia. ¿Ser comprensivo? ¿Esperar? Ya no estaba dispuesto a eso. Jungkook iba a buscar a Taehyung para exigirle respuesta, sin importar cuánto este se negara a verle. Y no volvería a renunciar; no hasta obtener lo que quería.

Nota:Holi, si se preguntan por qué estoy actualizando tan tarde, es porque el cansancio me había vencido y recién reviví KJHASJDGA

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Nota:
Holi, si se preguntan por qué estoy actualizando tan tarde, es porque el cansancio me había vencido y recién reviví KJHASJDGA. ¡La próxima parte se viene con todo! Reunión Taekook, finalmente gg. Ahora que lo pienso... ¿esto es lo que llamamos recta final? Omg (ಡ᎑ಡ).

¡Atropellado! [KTH+JJK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora