¡Atropellado! [KTH+JJK]

[Narración 8]

Stitch

Sólo por si querías saberlo

Ellos ganaron el primer puesto

Taehyung leyó los mensajes de Yoongi, inerte en su asiento. Cerró los ojos cuando la culpa que lo carcomía formó un nudo en su estómago. Miró su copa de helado, la cual ya se había derretido, y dio un vistazo a su alrededor, deprimido al ver su heladería favorita más vacía de lo usual. Los días de semana solía llenarse de estudiantes, pero los sábados no recibía visitas hasta muy tarde. El asiento frente a él también estaba vacío, provocando que sus ojos escocieran al recordar cómo tiempo atrás llevó a Jungkook ahí. Ahí había sido su primera cita y ahí habían compartido a solas por primera vez. Y luego de todo lo sucedido, después de haber roto su promesa, seguramente aquel chico ya no querría volver a saber de él.

¿Y si Jimin y Hoseok también estaban decepcionados por su ausencia? ¿Y cómo lo miraría Yoongi, cuando llegara el lunes? Peor aún, no quería imaginar la expresión de Jungkook, luego de que este incluso lo visitara y le enviara mensajes, solo para recordarle su presentación.

Suspiró con cansancio, apartando la copa para levantarse. Lo mejor sería volver a casa y hundirse en su cama; no había nada más que quisiera hacer.

Salió del local, dirigiéndose a su bicicleta para quitarle la cadena y marcharse. Sin embargo...

―¡Taehyung! ―alguien grita repentinamente tras de él y, lo próximo que sabe, es que algo impacta su espalda con fuerza y precisión.

Kim se quejó, recogiendo el objeto que había sido arrojado. Su alma por poco abandonó su cuerpo al comprobar que se trataba de una medalla y rápidamente giró, preguntándose cómo no había reconocido esa voz. Jungkook estaba ahí, con una expresión sombría y la mandíbula apretada, y sabía que nada bueno podía salir de eso.

―Jungkook... ―comenzó a decir, queriendo calmarlo.

―Dijiste que irías a verme ―escupió con rabia, sin dejarlo excusarse―. ¡Dijiste que no te lo perderías por nada en el mundo! ―reclamó, empujándolo cuando el mayor intentó acercarse―. T-Te estuve esperando. Fui lo suficientemente estúpido como para creer que irías a verme ―rió con amargura, escondiendo sus ojos tras su brazo cuando estos se llenaron de lágrimas―. No entiendo qué pasa, hyung. ¿Qué se supone que hice mal?

―No hiciste nada malo...

―Pero no quieres hablarme ―sollozó. Taehyung sintió su corazón romperse al escucharlo.

―No es porque hayas hecho al malo ―insistió. El pelinegro tomó una bocanada de aire, apartando su brazo para mirarlo, reuniendo valor.

―Te busqué, Taehyung; te busqué tanto ―le recriminó―. Te escribí todos los días. Te pregunté sin cesar qué era lo que te pasaba; en qué podía ayudarte. Te envié un mensaje para felicitarte por tu lugar en el ranking, porque sabía que habías trabajado duro. Te mandé un mensaje para hablarte de la exposición, porque sabía que querías ver tu retrato. Te hablé para saber cómo estabas, sin pedir nada más de ti. ¡Solo quería saber cómo estabas y ni siquiera eso fuiste capaz de responderme! ―soltó con rabia―. He sido... tan patético ―apartó la mirada, empuñando sus manos―. Disculpa por mendigar tu atención, no quería que mis sentimientos te resultaran una molestia

―¡Tus sentimientos no son una molestia!

―No intentes hacerme sentir mejor ahora ―bufó, volviendo a mirarlo―. La medalla... puedes quedártela; no me interesa. Realmente todo me vale una mierda ahora

Jungkook le dio la espalda, caminando con pasos toscos hacia la bicicleta tirada en el asfalto. Taehyung miró la medalla, yendo tras de él de inmediato.