Al día siguiente después de haber discutido con Sherlock, Mycroft se pasó la mano.- (nuevamente) por su cabellera roja, se miró al espejo del baño de hombres y respiro profundo. Hoy eran las semifinales de futbol, muchos estaban entusiasmados ni que decir sobre Gerrard todo el mundo lo adoraba como a un dios, entonces si Gerrard era un dios ¿él era el diablo? No. Sherlock era el verdadero demonio detrás de esto, su pequeño demonio personal "el infierno es el mismo para todos lo único que cambia son los demonios y ¡Valla que demonio le había tocado!"
Y es que, maldición ¡Sherlock no entendía que era por su propio bien! ¿Qué acaso en su pequeña cabeza no entendía que para encontrar la paz se tenían que hacer sacrificios? Una vez que Mycroft se graduara, que consiguiera trabajo en algún puesto en la política, podría tener dinero suficiente para observarlo, podría pagar para que lo cuidaran, que lo protegieran... pero ¡No! -"Hola soy el imbécil de Sherlock Holmes y solo pienso en el ahora, no en el mañana"- pensó Mycroft fingiendo con su propia voz a su pequeño hermano menor tratando de no gritar por la ira que sentía, tenía que pensar en frio, tratar de relajarse, él era Mycroft Holmes el puto hombre más listo que conocía, ya encontraría una solución.
Para aumentar su mala suerte la escuela estaba tan contenta y tan insoportable. -(más que de costumbre) que poco les faltaba a los estudiantes para sacar arcoíris por la boca y unicornios por el trasero. Todos los alumnos incluyendo a los profesores estaban a rebosar de felicidad por las nuevas de que el equipo de futbol después de siete años llegaría invicto a las finales y quizás podría ser hasta campeón nacional, tanta era la dicha que habían cancelado las clases porque hoy competían con una secundaria de gobierno, es decir con los pobres de barrio que, con trabajo se habían logrado integrar a la liga, para los pobres de los barrios bajos sería un honor perder en el campo de una escuela tras prestigiada como a la que asistía Mycroft. El pequeño chico obeso se miró nuevamente al espejo hastiado de todo, de haberlo sabido se hubiera quedado en la casa comiendo ese pastelillo de chocolate que le había traído su madre como una oferta de "paz" después de haberlo llevado al hospital sin hacer más preguntas sobre cómo se había hecho esa herida, acción que por cierto Mycroft agradeció con creces en silencio.
- ¡Mi Pigcroft¡-
Lo sorprendió Steven, dándole un ligero golpe en el brazo, parecía de muy buen humor ya que sonreía de oreja a oreja "¡Es MYCROFT Maldita sea!"- pensó malhumorado el mayor de los Holmes mientras que por instinto retrocedió un par de pasos, lo fulmino con la mirada y opto por lo que sería mejor de momento, ignorarlo.
- ¿A dónde va mi puerquito?-
Pregunto el rubio interponiéndose en la puerta del baño para que no saliera, sus ojos dilatados no anunciaban nada bueno acerca de su extraña conducta, además aquel ligero temblor en el labio inferior seguramente eran más malas noticias, ya que como era de suponerse seguramente, no... probablemente con casi nulas posibilidades de equivocarse el capitán del equipo de futbol estaba bajo los efectos de alguna droga.
- Déjame pasar Gerrard, llevo prisa.-
- ¿Qué es más importante que yo en este instante?-
- La pregunta correcta será ¿Qué no es más importante que tú? Gerrard, debo irme.-
- Deja de llamarme Gerrard, tienes tanto de conocerme y no sabes cómo me llamo, anda di mi nombre cerdito y seré bueno contigo, bueno no te prometo nada pero será divertido.-
Musito de manera ronca su compañero de clases, parecía que le costaba respirar o le causaba algún deleite estar tan cerca suyo, cosa que le causo algo parecido al malestar estomacal y una repugnancia colosal al pecoso que lo miraba intrigado con esa gélida mirada azul celeste. Mycroft miro directamente el rostro de su compañero con ardid, si bien no le fallaba su observación, Steven estaba coqueteándole o queriéndole ligar -(Gerrard era homosexual porque bueno la porno que veía de su hermano era gay y Mycroft lo sabía) pero... no de seguro se equivocaba, si era eso, estaba equivocado si Steven gay de closet estaba queriendo tener sexo con... seguramente no, eso era tan... pero ahí estaban las claras señales; por una vez se odio por saber lo que pasaría, y por primera vez en su vida deseo con toda el alma no tener razón.
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Hielo
RandomLo más frió en el alma de un hombre Puede llegar a ser su propio corazón. (MYSTRADE. Sherlock Holmes BBC)