Ve Con Él

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Ron condujo hasta la casa de Luna y Neville, el trayecto fue largo y tenso, había preferido escuchar todos estos años las quejas de Luna. Ginny había intentado defenderse de esas acusaciones. Nunca le dejo. Peor. Nunca le creyó. Y es que Luna era una chica tierna e inocente, incapaz de mentirle de esa manera tan vil.

Entró por la puerta del callejón. Por fortuna, ninguno estaba dormido aun, Luna seguía con los ojos hinchados y rojos. Vaya hipocresía.

— ¿Volviste a pelearte con Hermione? —preguntó burlón Neville.

—Con toda mi familia, de hecho —se sentó a la mesa frente a Luna.

— ¿Con todos? Eso es nuevo en ti —le sonrió un poco la rubia — ¿puedo saber por qué?

—Por defenderte, por supuesto.

— ¿Defender a Luna de tu familia? Eso es nuevo, la adoran.

—Lo sé, pero el comentario de Ginevra...

—Ya veo, los puso de su lado —gruñó Neville poniéndose de pie para poner el plato vacío que estaba frente a Luna en el fregador.

—En realidad estaban un poco indignados con Ginevra, cuando se los comenté, pero... Todo cambió cuando Draco Malfoy, intervino.

— ¿Draco Malfoy? —frunció el ceño confundido Neville.

—Es amigo y compañero de Ginevra del trabajo —comentó.

—Me imagino que busca metérsele entre las piernas a tu hermana, por eso la defendió.

—Lo mismo creí —admitió y observó a Luna de soslayo —justificó de una manera muy interesante porque Ginevra, se comportó así.

—A eso se dedica —gruñó Neville —a justificar a quien le pague ¿no?

—Lo mismo pensé —volvió a darle la razón –hasta que la conversación salió de la grabación de su celular —murmuró haciendo que Luna se tensará –y escuchara que el comentario de mi hermana sólo fue consecuencia del instinto de preservación –Neville no dijo nada, se había quedado callado, observando a Luna y después a Ron. Al parecer. Neville tampoco imaginaba a Luna siendo capaz de provocar la furia de alguien.

—Luna –pronunció su marido.

—Harry vino a hablar conmigo –se justificó –me dijo que tenía que separar a Ron de ella, que estaba llevándolo a un nivel de miseria. No iba a permitir que...

—Son mis decisiones, Luna –contestó Ron –fui hasta el apartamento de mi hermana a reclamarle su actitud para contigo, y para tu tranquilidad, me dijo que no me quería más cerca de ella, que me largara, que no volviera a buscarla.

—Ron, sé que estás enojado, pero verás que con el tiempo...

—Con el tiempo nada, Luna –golpeó furioso la mesa y se puso de pie –no voy a perdonarte jamás que me hicieras actuar como un monstruo con ella, le dije que era incapaz de sentir empatía, dolor emocional.

—Pues no te equivocaste.

—No, por el contrario, hizo caso a tu petición de que se alejara de mí, esta vez quien me ha unido a la miseria has sido tú, Luna. Le provoqué dolor físico, para que se asemejara con tu dolor emocional, y no sólo fui capaz de herirla físicamente, sino que quebré todo dentro de ella –se acercó a ella –te deseo que seas muy feliz, Luna. Pero será la última vez que veas, creo que la mala influencia en mi vida siempre has sido tú.

—Ron –lo llamó pero no se detuvo.

Regresó al auto y condujo hasta un bar, quería ahogarse en alcohol hasta que lo idiotizara y se le olvidara el monstruo que era. Había hecho que su hermana menor le viera con otros ojos, había sido siempre él quien la besaba primero, el que la convenció de que ella lo amaba, y ahora. Había sido un estúpido idiota al dejarla así, al preferir la versión de una amiga en lugar del amor de su vida. En eso. En eso Draco le llevaba ventaja, Malfoy jamás había dudado de Ginny. Draco amaba más a Ginny de lo que él lo hacía.

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