Disclaimers: Los personajes son propiedad intelectual de J.K. Rowling y son utilizados sin intención alguna de lucro.
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No contestó al décimo cuarto ¿Qué te ocurre? De Hermione, haciéndola fruncir el ceño molesta, sabía que ella no tenía la culpa de lo que casi había pasado con Ginny por la tarde, y tampoco tenía la culpa de que tuvo que dejarla sola en ese apartamento mientras dormía, por mucho que quisiera, no podía pasar más tiempo con su hermana que con su novia.
–Ronald –lo llamó frustrada –de acuerdo, comienzo a pensar que está pasando algo demasiado serio.
–No es nada Hermione –se llevó la mano al rostro molesto –es sólo que estoy cansado.
–Lo imagino –se levantó molesta de la silla y caminó hasta su oficina.
Era un bastardo por tratarla de esa manera, lo sabía, tenía que comportarse con Hermione de la forma más normal, como antes, como antes de que se diera cuenta de las lindas caderas de Ginny, de cómo se sonrojaba cada que acariciaba su mejilla, o el sonido de su risa ante un chiste de él.
Tenía que tratar a Hermione como si realmente fuera la mujer de su vida, no como si fuese su hermana menor, a la que a veces te fastidias de ver, a la que puedes contestarle groseramente y al final del día te perdonará porque eres su hermano y eso jamás se romperá, él deseaba encontrar un modo de romper con los lazos sanguíneos, que nada lo uniera a Ginny y de esa manera dedicarse a vivir ese amor de manera libre, y se burló de si mismo, de la triste realidad, de que ellos, amándose realmente, no podían estar juntos como deseaban, pero había millones y millones en el mundo que no se amaban y aun así, caminaban libremente por las calles, podían formar familias en base de hipocresía y apariencias, las mismas apariencias que los mantenían a ellos en lugares opuestos.
Incesto.
El incesto no era del todo malo cuando en él existía un verdadero sentimiento.
Se cubrió el rostro con ambas manos, y la ira lo hizo temblar hasta que tuvo que salir de alguna forma, y explotó golpeando la mesa de forma catastrófica tanto para sus puños como para la mesa.
Para las personas era tan fácil juzgar cuando no estaban en el lugar, para el resto del mundo no serían más que un par de pervertidos, unos desviados, cuando en realidad, lo único que sentían era amor, y uno de los más puros, era como si ambos hubiesen buscado enamorarse, por supuesto que no lo hicieron, incluso ahora ambos buscaban otras alternativas para coexistir, aunque se necesitaran el uno al otro para hacerlo.
No era perversión, su amor en ningún momento había sido viciado, forzado, ambos lo sentían, no es como si él la hubiese obligado a amarlo, por que nadie podía obligar a nadie a sentir algo tan profundo como el amor, el amor, por horrible que fuera, se era o no, capaz de sentir, así de simple.
– ¡Ron! –Chilló Hermione asustada –por dios ¿estás bien? –examinó sus manos.
–Lo estoy.
Mentiroso.
Estaba todo, menos bien, no podía estar bien mientras todo el amor que sentía se lo estaba comiendo vivo por dentro, cuando quería gritarle al mundo todo el amor que sentía por Ginevra Molly Weasley, cuando sentía que moriría por no tenerla a su lado.
De la misma manera que el remordimiento por dañar a Hermione lo estaba carcomiendo lentamente, no quería, realmente no quería dañarla, pero si al final de cuentas, no podía estar con Ginny, Hermione sería su bote salvavidas a la más mediocre de las situaciones. A vivir de las apariencias.
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Your Own Way
FanficUna vez le dijeron que se sufría igual si se amaba como si no lo hacía, sin embargo, de saber quién sería la persona de la cual se enamoraría, hubiese preferido sufrir sin amor, no conocer el amor no podía doler de la misma manera que dolía el amars...