Especial Smut

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Abrí la puerta, despacio, escuchando como la respiración de Scott se aceleraba con cada centímetro más que se abría la hoja de madera que nos separaba. Mis feromonas inundaron de manera escandalosa el lugar nuevamente, provocando ese gemido gutural, que parecía un intenso gruñido en la garganta de mi novio; su olor me inundó los sentidos, cuando la puerta estuvo completamente abierta, y no pude detallar el estado físico en el que se encontraba, cuando en menos de tres segundos y con una velocidad que claramente no era humana, me sacó a jalones de la habitación, cerró la puerta con mucha fuerza, y me pegó a esta sin delicadeza alguna.

- Mitchell, no quiero arrepentirme, porque sé que lo voy a hacer - su sualmente profunda voz ahora era un susurro tan bajo y grave, que mi cuerpo se erizó completamente, y mi ano volvió a gotear una escandalosa cantidad de lubricante, avisando por el olor a Scott, lo que su voz de alfa había provocado en mi tembloroso y necesitado cuerpo.

- No lo harás - dije en un susurro estrangulado.

- ¿Cómo estás tan seguro? - su pregunta pareció una acusación, mientras acercaba su rostro a escasos milímetros del mío.

Me permití detallar su rostro, contraído por el autocontrol que se estaba ejerciendo en contra de sus instintos más bajos. Siempre había escuchado que cuando un alfa entra en celo, su mente se nubla de cualquier cosa que se llame dominio propio, logrando que pueda actuar de maneras impulsivas; "pobre del omega que esté cerca de un alfa en celo" siempre he escuchado, "ellos no conocen la negativa cuando la necesidad los consume" me decían. Pero aquí estaba, pegado a la puerta de mi habitación, con mi piel encendida por mi celo y el olor del celo de mi novio alfa, mientras éste, con la mirada oscura y llena de lujuria palpable, me apresaba en un intento de mantener el dominio sobre su celo y no hacerme daño. No hacerme nada si yo no lo quería.

Y fue cuando lo supe y entendí las palabras de mi doctor.

- Porque si yo no me arrepiento - susurré, mientras subía una de mis manos a su cabello, jalando con fuerza, provocando un gruñido de su parte, y me subí de un salto a su cuerpo, rodeando su cintura con mis piernas, y susurré en su oído, sin soltar sus rubias hebras -, tú no lo harás.

Y antes de que siquiera me detuviera a prepararme, selló mi boca con un agresivo beso, y sus grandes manos tomaron mis desnudos glúteos, ya que me había quitado la ropa interior en medio de mi desesperado celo antes de que llegara.

Sí, entendí las palabras del doctor. No es que mi cuerpo lo haya elegido por ser el único alfa que he permitido tocarme.

Mi cuerpo lo eligió porque yo me enamoré de ese estúpido alfa que ahora penetraba con sus dedos mi goteante ano.

Mi cuerpo se contrajo por la sorpresa, antes de liberar la tensión en un agudo gemido, mientras dos de sus dedos entraban sin ningún problema en mí, debido a la excesiva cantidad de lubricante que segregaba y que yo mismo me había dilatado anteriormente. Penetró con sus dedos varias veces, simulando estocadas, mientras buscaba casi con desesperación, esa pequeña bolita que era el centro de mi placer, aullando de felicidad cuando la encontró, mientras mi espalda se arqueaba, en busca de más contacto. Sin mover sus dedos, introdujo el tercero sin mucha ceremonia, mientras me volvía a besar con mucho ímpetu, sonriendo con sorna y malicia cuando gemí sin un ápice de vergüenza en el momento en que sus tres dedos comenzaron a estimular desesperadamente mi próstata, provocando que separara mis labios de los suyos, en un intento de liberar esa tensión que creaba el placer en mi cuerpo. Mi entrada volvió a gotear, debido al estímulo que ésta recibía, y la tensión en mi cuerpo poco a poco iba concentrándose en un lugar específico, provocando que mi erecto y olvidado miembro diera un respingo, avisando que pronto mi cuerpo se liberaría. Eso no pasó desapercibido para Scott, quien, contra todo pronóstico, me tomó desprevenido, y aprovechando lo dilatada y húmeda que estaba mi entrada. introdujo un cuarto dedo.

Amarte Es Igual a Recordarte [Scömìche short-fic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora