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Jimin y Yoongi se encontraban dentro de la casa, completamente solos con un enorme silencio que se apoderaba del lugar.

El ahora pelirosa (Taehyung lo obligó para que se pintara el pelo de ese color porque decía y no paraba de repetir que se vería tierno, y vaya que se ve así)

La casa era un completo desastre, las ventanas estaban todas cerradas a excepción de la que estaba cerca de la entrada-la cual Jimin podía observar que pasaba a su alrededor-, cajas de ramen tiradas por el pasillo, camisetas y pantalones en el sillón, un poco de dinero sobre la mesa, la cocina y el baño eran las habitacionesmás más sucias, su habitación ni hablemos, resumiendo todo era un completo desastre.
Seokjin estaba acostumbrado a este desorden común del menor cuando entraba en depresión pero ahora no esta su Hyung, ahora esta Yoongi.

-¿Por que esto esta así desordenado?.- El mayor comenzó a hablar, porque el pelirosa-pasado ya 15 minutos de estar los dos en su casa.- no abrió la boca.

-Eso no importa Hyu-

-Te ayudare a limpiar este horrible lugar.- Interrumpió el más alto de los dos dejando su mochila en el perchero del pasillo. Jimin acepto con un leve movimiento de cabeza dejándole paso a la casa. Se quito los zapatos en la entrada y camino hacia la sala haciendo una mueca de asco al observarla. El menor ayudó a abrir las ventanas dejando que la luz entrara para poder ver mejor y comenzar a limpiar.

Ya terminando la sala dejándola en un perfecto estado, Jimin se sorprendió ¿Como Yoongi podía ordenar así de rápido y bien? El lamentablemente jamás pudo hacer algo solo, siempre estaba su madre o Seokjin. Los cuales no estuvieron con ellos por un largo tiempo. Después estaba Taehyung, pero el estaba en la escuela, estudiaba, rendía exámenes y cuando tenia tiempo libre pasaba a ver si el menor estaba en buen estado.

Siguieron así por la cocina, el baño, el pasillo y todas las demás habitaciones dejándolas totalmente limpias y en orden.

Los dos se sentaron en el sillón descansando las piernas de tanto estar parados, limpiaron casi todo el día y ya estaba oscureciendo.

-Hyung, es tarde supongo que debe irse.-Murmuró el menor sobando su nuca, no le gustaba mucho quedarse a solas con su Hyung no sólo por el hecho de que guste de el, sino que últimamente no tiene un buen autoestima.
Yoongi se levanto sin ganas, sobando su nuca y mirando a Jimin con un poco de atención.
Por un momento el olvido porque había venido.

-¿Volveras a la compañía? Últimamente tuvimos una maquilladora y es una mierda.- Admitió como si fuera lo más normal y sin notarlo estaba haciendo una mueca.

Por otro lado Jimin no estaba muy seguro, en estos momentos todo le salía mal, su madre esta empeorando, va más seguido al hospital, tiene que pagar la casa pero ese dinero no lo tiene, su padre por fin le habló y dice que no ayudara con nada de medicamentos, a pesar de que sea su obligación, no podemos olvidar de que aveces sale a tomar para despejarse, bueno no le gusta el alcohol, pero un poco de ardor en su garganta y noches largas lo hacia por lo menos olvidar los problemas que tenia.
Otras razones es que su tía quería enviarlo otra vez a la clínica de depresión. Obvio él no quería, no quería volver a lidear con un asco de personas que lo hacían sentir mal y lo despreciaban, no quería aguantar todos esos estúpidos estudios que no llegaban a nada,no quería tomar todas aquéllas pastillas, no quería volver a ir, así de fácil.

-Ire, mañana iré.-Logro decir un poco apagado y Yoongi no evito sentirse preocupado y mal, aunque como maricón y tímido que era, no pudo ni siquiera abrazarlo.
Ya se encontraban los dos en la puerta por despedirse y al hacerlo Yoongi no se quedó atrás y por inercia-No lo iba a admitir que fue por su cuenta-. Llevó su mano derecha al cabello de Jimin revolviéndolo y desorsenandolo un poco. Algo que el pelirosa no podía creer es que le haya sonreído ¿Lo hizo enserio?
Algo que no se esperaban los dos es que una lluvia inesperada empezara cuando Yoongi ya se estaba despidiendo. Inmediatamente El menor le dio permiso para que el pelinegro entrara a su casa porque sino se mojaría.
Había pasado media hora y la lluvia no daba señales de parar así que finalmente el más bajo de los dos se animó a dar una propuesta de que se quedara a dormir.

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