MY IDOL

18

Buenas noches.
Si, me fui por muchísimo, pero muchiiiisimo tiempo y me disculpo por ello y también me alegra decirles que terminaré la historia.

Así que ¡Disfruta!

Jimin no pudo soltar ni una palabra más de su boca.
Todo lo que Seokjin le dijo creaba más confusión a sus pensamientos, pero ahora todo cobraba un poco de sentido, de todas maneras seguía pensando que esto parecía algo sacado de un drama.

—¿En serio fue así? ¿Un monstruo? —Dijo, tratando de mirarlo a los ojos y aguantando con fuerza las ganas de llorar, porque sabrá quién cuánta gente asesinó e hizo sufrir ese hombre, además de él y su madre... Todo lo que tuvo que soportar.

—Si... ¡Pero no te preocupes! Joon y yo le dimos fin a todo—Le sonrió, no sabía si aquello podría llamarse sonrisa aún así  quería transmitirle tranquilidad y libertad.

Namjoon apoyó levemente su mano en el hombro de Seokjin, sonriéndole a ambos.—Jin tiene razón, sé que puedes sentir que todo esto no tiene sentido, parece una película. Jimin, créeme tu hermano hizo todo lo que pudo para que vivas sin que nadie te haga daño hasta que pudiera acabar con todo. Era un mundo horroroso, repulsivo, triste. Lamentablemente el dinero mueve al mundo y así es como miles y millones de vidas son sacrificadas para que estos señores malos se sientan satisfechos.
Ahora tienes que dar un paso adelante, sé que no nos conocemos mucho, pero todo va a mejorar, desde lo más profundo de mi corazón pienso que eres una persona fuerte, que lucha por lo que le gusta y se preocupa por los demás, tu madre está orgulloso de ti.—

Terminó sus palabras asintiendo suavemente y se dirigió hacía afuera a vigilar los alrededores, por si las moscas. Yoongi escuchaba todo cabizbajo, ni en sus sueños se habría imaginado que Seokjin pertenecía a ese mundo, a veces uno no podrá saber con exactitud lo que la otra persona sobrelleva día a día, siendo tan cercano.

La casa estaba en un silencio que parecía infinito, no era incómodo claro está, los tres necesitaban curar sus heridas y llenar esos agujeros con momentos felices. El más grande de la habitación suspiró, como todo había terminado, no sabía cuál sería el siguiente paso, siendo la persona fue, lastimando a otros y sin poder haber salvado a muchos más. Un nudo en su garganta comenzaba a hacer presión ¿seré aún bienvenido en la vida de Jimin? ¿La gente seguirá confiando en mi?

—J-jimin... Aún... —Sentia que estaba caminando sobre un hilo, le pesaba muchisimo el cuerpo, no sabía ni que decir y cuando menos lo esperó su hermanito se tiró sobre el dándole un fuerte abrazo. Fue como si un millón de mariposas chocaran contra el abriéndole una nueva puerta, su mundo se llenó de colores, tristeza, alegría, confusión, miedo. —¿Cuánto sufriste? ¿Por qué no me contaste nada? Y-yo... Perdón perdón por hacerte preocupar tanto y que pasarás por todo eso tan feo... —Sus lágrimas caían rápidamente por sus mejillas y sin poder aguantar más el mayor le siguió el llanto, definitivamente el abrazo que los dos necesitaban.

Al pasar unos cinco minutos de estar llorando, Jimin se dirigió al baño a lavarse la cara y refrescar la mente. Yoongi quedó solo en la sala con su anterior amor, la persona con quién creía que pasaría toda su vida.

—Seokjin... Yo también quiero pedirte una disculpa, en ese tiempo no dejé que me explicaras y me dejé llevar por mis sentimientos y no actúe como un mayor.

—No Yoongi, no pidas disculpas. Estabas en todo tu derecho odiarme y despreciarme, lo merezco. En fin, me alegro que todo esto haya acabado, mañana volverán ustedes dos a su vida de siempre.

—¿Y tu? ¿Qué harás?

—Tengo muchas cosas que solucionar todavía... Pero pronto los estaré visitando. Nos vemos temprano mañana, cuídate.

Jin fue al baño para poder despedirse de Jimin e irse con Namjoon al lugar del incendio, para confirmar que no había quedado nada.

°

—Jimin... — Yoongi habló, para llamar su atención, apoyando levemente su hombro sobre el marco de la puerta.— ¿Mañana quieres tener nuestra cita?

Jimin lo miró a los ojos y sonrió, a partir de ahora tenía que pensar en positivo y seguir bien, por el, por su madre y su ahora hermano.

—¡Claro que si!

Hey hey! Si! Te hablo a ti, quien sigue leyendo mi historia, espero que te haya gustado y que esperes con ansias el próximo ya que será especial y muy bonito.

Me despido.