Capitulo 20.

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CAPITULO 20.
(Te amo demasiado, mi hermosa niña.)

Narra Harmony.
Jos me llevó cargada a la habitación, y me tiró a la cama, luego el se acostó a mi lado.

-No quiero que esto jamás acabe, Canela. –Dije dándole un apasionado beso en sus labios, el correspondió al beso.

Al momento, nos separamos por falta de aire, y nos miramos fijamente a los ojos.
Sucede que, en algunos momentos, cuando miras fijamente a alguien del sexo opuesto a los ojos, te da nervios. O al menos, eso me sucede a mí. Pero Jos todo es distinto, nuestras miradas se conectaban, y es como si nos dijéramos miles de cosas al instante, solo con nuestros ojos.
Hubo un silencio, pero un silencio incomodo, era un silencio reconfortante, de esos en los que te das cuenta que de veras amas a una persona con toda tu alma.

-Me enamoré de una hermosa chica. –Dijo Jos cantando, yo sonreí. –Y me sigue dejando sin aliento, me enamoré al sol de la mañana, mientras las horas se escabullían.
A veces, cuando escucho tu nombre... Una sonrisa aparece en mi rostro. Y por razones que no puedo explicar, nunca está fuera de lugar.


... Por qué te amo, más de lo que crees. –Terminó de cantar, y me dio un beso en la frente.


-Yo también te amo, mi niño.

-¿Aun te parece un sueño? –Me preguntó.

-Más de lo que te imaginas.

Entonces Jos se levantó de la cama, yo solo me limite a seguirlo con la mirada.
Fue hasta una repisa, donde se encontraba un pequeño reproductor de MP3, lo encendió, y la canción "Perfect empezó a sonar."
El sabía que esa era una de mis canciones favoritas de Ed Sheeran, y que incluso soñaba con que sonara el día de mi boda.
Me dio la mano, yo la tomé.
Nuestras anatomías se encontraron, nuevamente.
Empezamos a bailar lentamente al ritmo de la música, dejándonos llevar.

"Bueno, encontré una chica hermosa y dulce. Oh, nunca pensé que tú fueses ese "alguien" esperándome, porque éramos solo unos niños cuando nos enamoramos sin saber lo que era.
Esta vez no renunciaré a ti, pero querida, solo bésame lentamente...

...Tu corazón es todo o que tengo, y en tus ojos, tú sostienes el mío.
Cariño, estoy bailando en la oscuridad contigo entre mis brazos, descalzos sobre la hierba, escuchando nuestra canción favorita.
Cuando dijiste que te veías hecha un desastre, yo susurre por debajo de mi respiración, pero tu lo oíste, querida; estás perfecta esta noche.
Bueno, encontré una mujer más fuerte que nadie a quien conozca, ella comparte mis sueños, espero algún día poder compartir su hogar.
Encontré un amor para llevar más que solo mis secretos, para llevar amor, para llevar nuestros hijos, aún somos unos niños, pero estamos enamorados, luchando contra cualquier pronóstico."


Con mi pésimo ingles, lograba entender esa parte de la canción.
La canción siguió su curso, y yo me aferraba a Jos como si no hubiese un mañana.
Anhelo detener el tiempo, anhelo que Jos jamás se vaya de mi vida.

Cuando la canción acabó, mire a Jos con lágrimas en los ojos.
Él me sonrió, y paso su dedo pulgar por mis mejillas, quitando las lágrimas que rodaban por mis cachetes.

-No llores. –Susurró tiernamente.

-Te amo. –Le dije.

-Yo te amo mucho más, mi vida.

Pasó alrededor de media hora, cuando Jos y yo decidimos salir de nuevo.
Y otras vez, esa horrible sensación en mi barriga.
La había olvidado mientras estábamos dentro, supongo que fue por Jos. O tal vez porque me siento más segura dentro de la casa que aquí afuera.

Estábamos caminando hacia la playa, y me tensé.
Me pareció ver a Bryan es una camioneta negra, pero cuando miré hacia donde se encontraba estacionada dicha camioneta, habían cerrado la puerta en donde me pareció verlo.

No quise decirle a Jos, porque me pareció que tal vez fue parte de mi imaginación.
Pero eso sí, Jos notó lo tensa que estaba.
Le sonreí para que creyese que estaba bien.

Luego, nos sentamos a la orilla de la playa, y yo coloqué mi cabeza en el espacio que hay entre sus hombros, y su clavícula.

Escuché una voz, se me hizo conocida al instante, así que giré hacia atrás.
Mi temor aumentó al 100% cuando vi a Jos con sangre entre sus manos.
El me miró, y noté el miedo en sus ojos.
Bryan le había disparado en el estómago.

-JOOOS! –Grité lo más fuerte que pude, la voz se me desgarró, y las lágrimas no tardaron en rodar por mis mejillas.

-Te amo demasiado, mi hermosa niña. –Me dijo antes de cerrar sus ojos, y caer desmayado en la tierra.

-JOS, DESPIERTA! PORFAVOR! NO ME DEJES SOLA! JOOOOS! -Dije mientras lo colocaba encima de mis piernas, y trataba de que se levantara.

Entonces mire a Bryan, y a dos tipos más, estaban al frente mío.

-¿Cómo te atreves? –Le dije a Bryan con un claro tono de ira.

Bryan solo sonrió, y me dijo: -Si no eres mía, no vas a ser de nadie más, Harmony.

Entonces vi que le hizo una señal con la cabeza a los dos hombres que estaban con él.
Se acercaron a mí, y me jalaron.
Intentaron levantarme del piso, pero yo pataleaba y me rehusaba a dejar que eso sucediese, debía estar con Jos, él iba a estar bien.
Pero, mi fuerza era mínima, comparada a los de los hombres.
Así que lograron levantarme.

-No me lo pongas tan difícil. –Dijo Bryan colocándome una venda en los ojos, y otra en la boca.

Mientras yo pataleaba, y trataba de gritar, o por lo menos de zafarme del agarre de los hombres para salir corriendo, ellos lograron meterme a la camioneta.

Rápidamente sentí que nos movíamos.
Genial, ahora me van a secuestrar. –Pensé.

*Narra Mónica*
Ya estaba lista, cuando sentí que alguien tocó la puerta.
Baje corriendo, y abrí la puerta.

Era Alan, por fin.
Ese desespero en mi barriga aumentaba conforme pasaban los segundos.

-Alan! –Le dije cuando lo vi.
-Hola, Moni. –Me dijo serio, y yo entendía mejor que nadie el porqué.
-¿Vamos? –Dije.
-Por favor.
En 45 minutos, estábamos llegando a la playa en donde Harmony me dijo que estaban.

Nos bajamos del auto, y empezamos a caminar de prisa por la playa, buscando alguna señal de vida.

En la arena, vi unas huellas, como si hubiesen quedado de un forcejeo.
Se las mostré a Alan, acto seguido... Buscamos de donde provenían las huellas.

Abrasé a Alan llorando.

-Hey, ¿Qué sucede? –Me preguntó sobando mi cabello.

Yo solo me limité a señalar al cuerpo de Jos tirado en la arena.
Alan corrió a donde estaba Jos, y yo no quería quedarme hay sola, así que también corrí con él.

Llegamos, y fue lo más horrible que vi en mi vida.
Pero Alan al parecer sabía que no tenía mucho tiempo en el cual Jos estuvo tirado allí.
Él sabía exactamente qué hacer, se quitó la chaqueta, y luego la camisa que tenía.
La rasgó, y la envolvió alrededor del torso de Jos, supongo que para evitar que botara más sangre.

Vi unas huellas de una camioneta, estaban seguidas de las huellas del forcejeo que estábamos siguiendo.
Sin embargo, empecé a gritar como loca el nombre de mi mejor amiga.

-Mónica, debemos irnos. Jos está perdiendo mucha sangre, pero aún podemos llevarlo al hospital, estamos a tiempo. –Me dijo Alan con notoria preocupación.

Yo solo asentí, con lágrimas en los ojos.

Entonces, Alan tomó a Jos en sus brazos, y yo corrí a abrir la puerta de atrás de la camioneta, donde luego Alan puso a Jos.

Yo me metí al instante atrás, con Jos, para estar pendiente de él.
Por otro lado, Alan, corrió al otro lado de la camioneta, abrió la puerta, y dirigió el auto de nuevo al sitio más cercano.
Encontramos una ciudad a 20 minutos de la playa, así que Alan trató de encontrar un hospital.
Al no encontrarlo, les preguntó a algunas personas que encontramos en el camino, al final, pudimos dar con el sitio donde se encontraba el hospital.

Alan bajó del auto, y abrió la puerta de atrás, tomó a Jos, y yo también bajé del auto.
Ambos entramos corriendo por la zona de urgencias, rápidamente un médico se acercó con un enfermero, y una camilla.

Le explicamos que le había sucedido, el medico solo nos dijo lo que ellos suelen decir en estos casos:

-"Haremos todo lo posible".

Yo solo vi cómo se llevaban a Jos al quirófano, y a Alan abrazándome mientras yo lloraba desconsoladamente.



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