No es el momento

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Ese no era el mejor momento para mencionarlo. De hecho estaba seguro de que no era el momento. Sin embargo quería gritarlo.

Kim Seokjin no había dejado de levantarse en las últimas dos horas, yendo constantemente tanto al baño como por a vasos y vasos de agua. No recordaba cuando había sido la última vez que había bebido tanta agua natural.

Y eso era notado por más de uno.

--¿Estás bien?-- le preguntó su pareja, ya preocupado por la situación.

Kim Namjoon había optado por no preguntar, confiado de que esa extraña actitud se detendría en un momento. Pero solo se agravaba.

Ambos se hallaban un tanto alejados de la multitud, para guardar respeto a los demás. Lo correcto era guardar compostura en un hospital.

El primo del menor de la pareja, había sufrido un horrible accidente y estaba al filo de la muerte. Llevaban alrededor de seis horas, esperando noticias del familiar.

--Debería de hacerte esa pregunta a ti.-- murmuró Jin, tratando de evadir el tema y dando un trago a su vaso.

Namjoon torció la boca, molesto con la respuesta.

--No hagas eso Jin-- se quejó, al tiempo que daba un vistazo a su alrededor para confirmar que nadie les prestaba atención --, llevas así desde hace horas.

El castaño agachó su cabeza, reprimiéndose mentalmente.

No es momento, se repitió.

La noticia le llegó al menor cuando trabajaba, por lo que salió a por Jin, para juntos ir al hospital junto con la familia de Namjoon.
Con el pasar del tiempo, Jin comenzó a divagar.

El primo del menor era alguien amable, bondadoso y trabajador, a quién jamás nadie le había deseado mal. Su accidente automovilístico fue un fuerte golpe para todos sus conocidos.

Le hizo pensar que la vida daba una y mil vueltas, y que tanto él como Namjoon, estaban dejando pasarla.
De pronto se dio cuenta que anhelaba dar un paso más junto a su novio, quería que tuviesen un hijo.

Pero, por supuesto, no era el momento para decirlo.

--Lo hablamos luego.-- murmuró, sin quitar la vista del suelo.

Tampoco le gustó esa respuesta a Namjoon. Estuvo a punto de volver a preguntar cuando se escucharon varios pasos, la pareja se percató de que el resto de la familia se ponía de pie con velocidad para acercarse a un doctor.

De forma inconsciente Namjoon tomó la mano de su novio y lo llevó con sus parientes.
Con total atención escucharon las palabras de la enfermera, quien tratando de no usar tantos términos médicos, para no confundirles, les explicó que las cirugía había sido un éxito.

Suspiros de satisfacción y alivio eran desprendidos por los presentes cada vez que escuchaban que el joven debería simplemente pasar una o dos semanas en el hospital para que asegurarse de que estaba fuera de peligro.

Los parientes directos se quedaron a escuchar algunos detalles sobre su recuperación, y posibles riesgos, mientras los demás podían finalmente respirar tranquilos.

Jin abrazó a Namjoon, riendo de felicidad y alivio. El menor le imitó, deseoso de ver a su primo para darle un golpe por tremendo susto.

El castaño, cegado por la repentina felicidad que se extendía en la sala de espera y por el cariñoso abrazo dado, habló.

--Nam, quiero un hijo.

El abrazo se deshizo, al tiempo que el de cabello tintado de blanco abría sus ojos sin creerse lo que acababa de escuchar. Obviamente Jin notó su sorpresa, y quiso que la tierra lo tragara por soltar aquello en ese instante.

Nervioso giró su cabeza, y de un solo trago terminó su vaso de agua.

--Jin-- empezó a decir, pero se vio cortado cuando uno de sus familiares más sentimentales llegó a abrazarle, llorando de felicidad y asegurando que desde el principio sabía que todo terminaría bien.

Intercambió un par de palabras y golpes en la espalda, distrayéndose lo suficiente como para que el mayor desapareciera de su vista, yendo a rellenar de agua su vaso vacío.

No volvieron a mencionar el tema en el resto del día. Ni siquiera cuando, al irse a su hogar, pasaron junto a los cuneros.


Cosas De Padres - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora