Dibujos

47.1K 5.8K 1.7K
                                    

Seokjin estaba conversando con su hermano, quien finalmente le visitaba luego de semanas sin verse. Los dos estaban en la cocina, escuchando de fondo la aguda risa de Bob Esponja proveniente del televisor. Acercándose la hora de la comida, los dos preparaban una gran cantidad para tres adultos y cinco niños. 

Mientras uno cortaba las verduras y el otro preparaba la carne sazonada, hablando de la boda de una prima que sería el mes entrante, un niño entró por la cocina con plumones en la mano --Tío Unyong.-- le llamó Taehyung, parándose a su lado esperando a que terminase de cortar la lechuga. El mayor dejó lo que hacía, para dirigir toda su atención al menor --¿Qué pasa Taehyung?

El niño se dejó los marcadores sobre la mesa, para luego ayudarse con su brazo sano, el izquierdo, a sentarse en las piernas del adulto. Este, para que estuviera seguro, le sostuvo de la cadera mirándole con curiosidad. Una vez sentó, volvió a tomar sus marcadores y se los ofreció a su tío》¡Dibuje algo hyung!

Unyong miró a su hermano, quien sonreía divertido. Pasada una semana del accidente, Taehyung iba a todas partes con sus plumones, pidiendo a todos que decoraran su yeso. Le encanta, y siempre que le agregaban algo nuevo iba con Seokjin y le pedía que le tomara fotos a su "arte maestra". Los primero por supuesto fueron sus padres, y luego sus hermanos, y después las familiares que viera o incluso los compañeros de trabajo de Jin. Adoraba su brazo lleno de colores y dibujos revueltos. 

--Claro peque, ¿Qué te gustaría que hiciera?-- interrogó al pequeño castaño. El menor parecía pensarlo un momento, para luego encogerse de hombros --¿Te gustaría un alienígena con su nave espacial!

--¡Sí!-- asintió emocionado, para luego apuntar a un espacio en blanco, al lado de un zorro dibujado por Jimin, que solo era unas rayas naranjas con un círculo y orejas. 

--Bien, un ovni a la orden.-- le dijo, comenzando a seleccionar los colores que necesitaba.

Pasaron los segundos, y en menos de dos minutos termina el dibujo de un platillo gris con un pequeño monito verde con los brazos extendidos y antenas >> ¡He acabado!-- le avisó, apuntando al punto donde todo el tiempo Tae estuvo observando el proceso. Le sonrió emocionado, saltando de las piernas de su tío al suelo, para ir con su padre y mostrar su yeso, apuntando el dibujo.

--¡Miraa appa! ¡Un alienígena!-- gritó. Seokjin se inclinó para verlo, y sonrió.

--Se ve genial, ¿Ya le agradeciste?

El menor se dio la vuelta, para volver con su tío y hacer una pequeña reverencia, agradecido --¡Gracias hyung! Me gusto mucho.

--Me alegra oír eso Taehyung.-- y estiró su mano para revolver apretar sus mejillas, riendo al ver la expresión del menor. En ese momento se escucharon risas infantiles, y luego el abrir de la puerta principal.

Taehyung salió corriendo de la cocina para recibir a sus hermanos, pues no les había visto en todo el día gracias a la escuela, y Jungkook estuvo con Namjoon --¡Hola!-- les saludó.

--¿Cómo estuvo tu día?-- preguntó Nam, dejando que los niños entraran para luego hacerlo él, y cerrar la puerta.

--Unyong hyung me dibujó un ovni.-- señaló, mostrando a todo el nuevo dibujo sobre el yeso.

Todos os observaron, haciendo sonidos de sorpresa --A este paso le gustarán los tatuajes-- dijo rodeando a los niños para ir a la cocina, encontrándose con la mirada seria de Jin y con Unyong riendo, comprendió que no le gusto lo que dijo --, y jamás dejaremos que se los ponga.

--No menciones si quiera esa palabra.

--Oye, yo tengo un tatuaje, no son malos.-- habló su hermano, apuntando con su dedo al hombro donde estaba.

--Deja de mencionar la palabra con "T".-- pidió, amenazándolo con pegarle en el brazo.

--Ni que fuera una mala palabra-- rodó los ojos, volviendo a mirar a Nam --, hey ¿Cómo estás?

--Bien, no me quejo.

En eso se escucharon las mochilas caer al suelo, como todos se iban corriendo al cuarto --¡Acomoden sus mochilas!-- pidió, pero seguramente no fue escuchado por las risas de todos --¡Y vengan a saludar!

Entraron al cuarto, donde los del uniforme comenzaron a cambiarse mientras Tae y Jungkook empezaban a buscar juguetes. Yoongi fue el primero en acabar, y como de costumbre, fue con Tae para ayudarle, mejor dicho, pedirle que se quedara quieto mientras él hacía todo. El peli negro se había convertido, por así decirlo, en la enfermera personal de Tae. Estaba todo el tiempo pendiente de él desde que se fracturó, aprendiendo de forma rápida por sus padres como ayudarle a bañarse y a cambiarse. Así es, Yoongi cuidaba en todo momento a su hermanito, aunque este no lo pidiese.

--Yoongi hyung-- el pequeño hizo un puchero cuando su hermano le dio en la mano el juguete que estaba tratando de tomar del baúl --, yo puedo.

--¡Niños!-- se escuchó el grito de Seokjin, y Yoongi tomó con una mano el juguete y con otra la mano de Tae, sabía que el pequeño adoraba correr y también sabía que podía caerse o chocar con algo, lastimándose.

--Hyuuuung.-- se quejó, pero el mayor no pensaba soltarlo.

Una vez cambiados, llegaron a la cocina, saludando a su padre y a su tío, quien les mostró el regalo que traía para todos, una gran bolsa de galletas caseras hechas por su madre y él. Jungkook fue quien más gritó contento, amaba esas galletas que eran de distintas formas, pero todas tan dulces y deliciosas que hacía que el pequeño babeara por ellas.

--¡Mías!-- demandó yendo hasta su tío, para pedirlas con sus manitas cerrándose y abriéndose.

--Kookie, tienes que compartir-- le recordó Namjoon, pero el niño le miró como si conociese esa palabra. Como si jamás la hubiese oído --, com-par-tir.

--Ño.-- volvió a pedir las galletas, y Seokjin las tomó para dejarlas donde ninguno las alcanzase.

El pequeño Jungkook comenzó con un berrinche en la cocina, donde sus padres y tío le miraban tratando de no reír. Dentro de nada la comida estaba lista y servida por los adultos. Yoongi le ayudó a Tae a sentarse en su silla, y una vez comenzaron a comer, el mayor casi quería llevarle la comida a la boca. Al principio Tae se quejaba, pidiéndole a Namjoon que pusiera en otra parte al peli negro, pero luego se sentó cómodo e imagino que era un rey. Su sonrisa no desaparecía ni mientras masticaba, sintiéndose de la realeza cuando Yoongi limpiaba sus mejillas y le acercaba la bebida a los labios.

Kookie siguió molesto, él también quería que le diesen de comer así y nadie parecía dispuesto a hacerlo, mientras que los adultos solo podían mirar al par de hermanos comer. A pesar de que Yoongi se llevara bien con todos, siempre consentiría a Tae en lo que pudiese. Le adoraba, y nada le hacía más feliz que verlo sano y contento.

Cosas De Padres - NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora