Miré la pantalla de mi móvil pero mi mente estaba pérdida en tantos pensamientos.
Hasta donde habíamos llegado con Luciana, por una extraña razón me sentía renuente a ayudarla a perder su virginidad, todo lo hacía por el imbécil del primo de Lorena.
Me pasé la mano por el cabello, levanté el rostro y seguí leyendo el mensaje que me había enviado Lorena.
Daniel, vi una foto tuya en tu red social, vaya como has cambiado, te veo más hombre,estas guapísimo, creo que esta vez puede que se te haga al fin, tener algo conmigo, puedes venir a dejar a Luciana a la ciudad y quedarte conmigo.
Suspiré y tiré el móvil a la cama, esa era la gran oportunidad que siempre había deseado pero me sentía entre la espada y la pared, Luciana y yo habíamos roto la barrera de nuestra amistad, me encantaba ser yo quien la hizo sentir por primera vez el placer, con ella yo era su maestro.
Tomé el móvil y volví a leer el mensaje de Lorena, recordé las palabras que salieron de los labios de Luciana, " sólo éramos dos amigos ayudándose", así que sabía que a ella no le iba a importar lo que yo hiciera con mi vida, para Luciana sólo existía un hombre y era el tal Enrique.
Empecé a textear el mensaje que le enviaría a Lorena.
- " lo espero con ansias" le di enviar, me pasé la mano por el pelo, la angustia que me embargó me afligio mucho, deberia estar feliz porque al fin iba a tener la oportunidad que siempre quise con Lorena pero sentía que estaba traicionando a Luciana.
Traicionandola a ella,eran sentimientos ridículos los que me estaban embargado, cuando yo sabía perfectamente que ella sólo me estaba usando para aprender y asi tener la experiencia que deseaba encontrar en una mujer ese imbécil.
Faltaban ya solo dos días para el sábado y liberar a Luciana de su carga, sabía que una vez lo hiciera, ella estaría disponible para Enrique, aunque si para ella no iba a significar nada, yo podía hacer lo mismo.
Luciana
Me quedé pensando en lo que me dijo Lorena, quizás tenía razón y al permitir que Daniel me tocará romperiamos nuestra amistad y lo que menos yo quería era perder a mi amigo, aunque Daniel era tan diferente a como nosotras creíamos que era y existía la posibilidad de que él no le tomará importancia a la situación y nuestra amistad quedará intacta, quizás Lorena se equivocaba y Daniel no se iba a volver un dolor de cabeza en mi vida.
Seguí leyendo mi novela de misterio, sólo que no pasaba de la primera hoja desde hace una hora, suspiré y cerré la novela, no tenía caso, no podía concentrarme.
Me pasé una mano por el cabello, tomé las llaves de mi moto.
Conduje un poco rápido hacia la casa de Daniel, miré las luces encendidas, ya estaba en casa.
Saqué mi llave y entré, arrugue la nariz al sentir olor a quemado, me dirigi a la cocina y evite reír al ver a Daniel tirar la cena quemada en el fregadero.
- eres el peor cocinero - me miró molesto.
- sólo fui a la sala en el transcurso de un minuto y se quemo.
Sonreí y busqué huevos en el refrigerador, sin decirle nada empecé a preparar la cena.
- ¿tus hermanos? - me encogí de hombros.
- hoy se quedaban igual en el otro pueblo, tienen que apresurarse pintando porque se acerca el baile.
Lo miré asentir.
- prepara la mesa Daniel, no esperaras que todo lo haga yo - sin decir nada se dirigió a la mesa.
Me mordí el labio, estaba en su casa por que lo extrañaba, a veces pasábamos hasta dos días sin vernos pero no habíamos traspasado ninguna barrera, ahora era diferente.
Serví la cena y él me ayudó, nos sentamos en silencio a comer, lo veía de reojo, sus brazos fuertes, miraba sus manos, sus largos dedos.
- Daniel - el levantó la mirada - cuando pasé lo que tiene pasar -enarcó una ceja - ¿dejarás de hablarme?
Dejó de comer y se recostó en la silla.
- ¿por qué tengo que dejar de hablarte? - me miraba directo a los ojos.
- no lo sé - no sabia si decirle lo que me había dicho Lorena, no quería que él se sintiera mal - olvídalo - él asintió y comenzó a comer nuevamente - ¿vas a salir esta noche?- esperaba que dijera que no, porque no le aceptaría que se acostara con otras días antes de hacerlo conmigo.
- no - sonreí ante su respuesta.
- me alegra porque hoy dormiré aquí - el suspiró.
Frunci el ceño al ver que él le dedicaba mucha atención a su móvil, me daba cuenta que se estaba texteando con alguien y no tenia que ser genio para saber que era con alguna mujer.
Me levanté molesta, cogi mi bolso y salí del comedor.
- Luciana, ¿que pasa?¿ a donde vas?
me solté de su agarré
- no interrumpire tu gran charla, debe ser bien interesante para que me dejes hablando sola -él se pasó una mano por el cabello.
- lo siento, fui mal educado por estar texteando en la mesa y ante ti - me encogí de hombros, pero la furia volvió al ver que la pantalla de su móvil se volvió a encender.
- creo, buscaré otro candidato para el sábado, no quiero dañar ninguna linda relación que tengas.
Lo vi ponerse furioso y me sentí satisfecha, lo vi apagar el móvil.
- eres una niña caprichosa Luciana, además no irás por ahí pidiéndole a cualquiera que te desflore.
- no es ser caprichosa, es lo menos que espero de ti, respeto, no puedes estar dedicándole tu tiempo a tu móvil y yo ahí sola.
- lo siento Luciana - se me acercó - ve a dormir, no volverá a pasar.
Lo miré pensativa, no iba a darle el gusto a quien quiera que fuera que se estaba texteando con Daniel.
- bien, dormiré en tu cama, no tiene caso estar en camas separadas después de todo lo que hemos pasado.
Me miró sorprendido y yo sonreí porque no le iba a permitir que él se estuviera texteando con la buscona mientras yo estuviera ahí.
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Kgerals 💛
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Ayúdame a perderla © [Completa en Litnet]
RomanceCuando tú mejor amiga te pide ayuda, tu respuesta inmediata es si. Lo que nunca esperó Daniel es el tipo de ayuda que le estaba pidiendo Luciana, ya había dicho que si, ya no podía echarse para atrás debía ayudarla a perderla.....pero su virginidad...