Capítulo 22

23.3K 1.9K 61
                                    

Puede que Daniel sintiera algo por Lorena pero él era mío y esperaba que ella hubiera aprendido la lección que él era prohibido para ella.

Daniel abrió la ducha y me empezó a desvestir.

- necesitas un baño - asentí, pero me sorprendí cuando me cargó y se metió conmigo en la ducha.

Su ropa estaba totalmente mojada pero no le importó, atrapó mis labios entre los suyos y me besó con frenesí.

Con mis manos luchaba por quitarle la ropa mojada, moría por sentir su piel con mi piel.

- te ayudó - se separó y empezó a sacarse la ropa mojada, cuando estuvo totalmente desnudo, volvimos a besarnos con frenesi.

Sus manos jugaban con mis senos, yo me arqueaba más hacia su cuerpo.

- no quiero esperar - le murmuraba pero Daniel hacia oídos sordos, su boca empezó a besar mis senos, mi cuerpo temblaba de deseo.

Sus manos empezaron a jugar con mi parte íntima, mis jadeos eran fuertes y moría por el alivio de Daniel.

- por favor - él me miró y sonrió.

Me ayudó para que yo pudiera rodear su cintura con mis piernas, cuando me penetró me sentí en la gloria.

Nuestros gemidos llenaban todo el cuarto de baño, cuando al fin ambos tuvimos nuestra liberación,  recosté mi cabeza en su hombro, ambos estábamos tratando de recuperar el aliento.

Me ayudó a secarme, me envolvió en la toalla cargandome a nuestro cuarto, ambos nos acostamos acurrucados en la cama.

- Luciana, ¿sigues deseando estar con Enrique?- estaba de costado apoyado en su brazo.

Me mordí el labio

- no - pasé mi mano por su mejilla -¿y tú aún quieres a Lorena en tu cama?

- no, fui sincero cuando le dije que nadie me había dado tanto placer como tú - sonreí sintiéndome toda una diosa del sexo.

- Daniel, ¿Crees que cuando pase la novedad de tenerme en tu cama me odies por que te obligaron a casarte?

Se acercó más a mi.

- no pasará... -frunció el ceño al oír que tocaban la puerta, se levantó y busco sus jeans, iba a salir sin camiseta pero lo detuve.

- ponte una camisa, no vaya a ser una de tus conquistas y no te verán medio desnudo.

Puso los ojos en blanco pero se puso la camisa, me levanté y busqué algo rápidamente, no dejaria que ninguna loca tocará a mi esposo.

Bajé las gradas de dos en dos y Daniel estaba hablando con Jorge.

- ¿Qué pasa?- mi hermano me miró con el ceño fruncido.

- Lorena sufrió un accidente - me sorprendí - salió como loca después de la pelea que tuvo contigo y se estrelló.

Me tapé la boca.

- ¿está... viva?

- si pero está herida, vine a avisarte porque han sido amigas por años.

Asentí.

- debo irme, está en el hospital del pueblo.

Solté el aire retenido.

- creo deberíamos ir Luciana.

- lo sé - me giré para ir a cambiarme.

El trayecto al hospital lo hicimos en silencio, cada uno sumido en sus propios pensamientos.

En recepción le dijeron el numero de cuarto donde estaba Lorena, ambos nos dirigimos ahí,  frente a su puerta miré a Daniel, realmente me sentía hipócrita estar ahí si ella se había estrellado por la furia que tenía por culpa de la pelea, Daniel abrió la puerta y miré a Lorena, me mordí el labio al verla con la pierna vendada, pero lo que más me afligio fue ver una mejilla de ella con vendas.

Sus ojos se pusieron oscuros de rabia.

- ¿que haces aquí?- la miré bien y me di cuenta que había estado llorando - debes sentirte feliz porque por tu culpa mi cara quedó marcada para siempre.

Enrique estaba sentado junto a ella, se levantó y se nos acercó.

- lo lamento pero tu presencia la altera,un pedazo de vidrio le abrió una herida en la mejilla y es profunda.

Solté un jadeo, Lorena era tan vanidosa y esa cicatriz iba a marcarla para siempre.

- ¡ vete Luciana! tu eres la única culpable de mi desgracia.

Solté el aire.

- calmate Lorena, mi esposa no es culpable de nada - Daniel tomó mi mano - la única culpable del accidente has sido tú por imprudente.

- eres un traidor Daniel, ibas a ir por mi pero apenas Luciana te abrió las piernas olvidaste nuestro acuerdo.

- eso es pasado, venimos para ver si necesitabas algo.

-¿necesitar? ¡Mírame! mi bello rostro esta marcado por está maldita - Lorena gritaba desesperada - es tu culpa Luciana, tú maldita culpa.

- no lo es, jamás has tenido cuidado para conducir, lamentó lo que te pasó, espero puedas reponerte pronto, vamos Daniel - tomé la mano de mi esposo, miré por última vez a Lorena me daba pena su situación pero ella nunca aceptaba que cometia errores siempre eran los demás los culpables.

- espera - me giré para encontrarme con Enrique.

- ¿si?- le preguntó Daniel.

- lamentó que mi prima te culpe, también creo que ella es la única culpable, si deseas saber como va su recuperación, este es mi número -extendió un papel doblado, me mordí el labio y lo tomé por los años que había sido amiga de Lorena, pero el papel Lo metí en el bolsillo de Daniel, no llamaría a Enrique sin estar presente Daniel.

Enrique sonrió ante mi gesto.

- es una lástima que me dilate mucho en decidir venir a este pueblo, veo que había una gran mujer.

- lo es y es mía- Daniel miró desafiante a Enrique.

- lo sé - me miró por última vez y regresó a la habitacion de Lorena.

- creo que ese tipo aún no se cree que no se mete con mujeres casadas, ya van dos veces que te hecha flores - miré a Daniel que tenía la mandíbula apretada - no lo llamaras sin estar yo contigo.

- no pensaba hacerlo Daniel.

El asintió y seguimos nuestro rumbo, no dejaba de pensar que Lorena no me dejaría en paz, ella era muy vengativa y me culpaba de su desgracia.

Si te está gustando la historia, no olvides votar.

Kgerals 💚

Ayúdame a perderla © [Completa en Litnet]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora