Vidas Entrelazadas 8.

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Llegué a mi habitación sin darme cuenta y lo primero que hice fue coger ropa seca y meterme al baño para cambiarme, estaba congelada y no quería coger una pulmonía como papa me había dicho, solo me faltaría eso, tener que estar en cama tosiendo como una loca durante una semana, me niego en un no rotundo a que me pase eso.

Cogí el secador que había dentro del mueble que estaba debajo del lavabo para secarme el pelo, porque también estaba mojado y si no me lo secaba como es debido mi melena morena se rizaba y luego para peinarlo me costaba mucho. Cuando estuve lista me senté en la cama, debía procesar todo lo que había pasado. Absolutamente todo.

Alargue mi mano hacia mis pantalones mojados donde había guardado el número de Matty . El papel estaba mojado pero aún se veía el número. Me planteé sí guardarlo o no en la memoria de mi teléfono. Cogí mi móvil que estaba encima de mi almohada y me metí en contactos, tecleé el número y me quedé mirándolo pensando si debía guardarlo o no. Matty me caía bien, era un poco creído pero es que era tan guapo el maldito... Al final le di a aceptar y lancé mi móvil contra la almohada, que rodó hasta caer al suelo. Madre mía, no me puedo cargar el móvil, ¿Qué si no como voy a hablar con mis amigas de España y enterarme de las cosas?. Decidí cogerlo y con mucho cuidado lo deje encima de la mesita de noche.

Ahora estaba sentada en el suelo con las rodillas flexionadas y la cabeza sobre ellas. Estaba cómoda sentada en el suelo,  siempre me sentaba en el suelo cuando quería aislarme del mundo y pensar tranquilamente.

- ¿Ahora que va a ser de mi?.- suspiré desde lo más profundo de mi alma.

Solo tenía ganas de desaparecer, de alejarme del mundo y olvidarme de todo lo que me pasaba por la cabeza. Matty había intentado besarme en el jardín pero yo se lo había impedido, y con Louis, bueno con Louis... algo parecido había pasado.

No entiendo como puedo tener a dos chicos tan guapos detrás de mí. Yo no soy nada especial, solo soy una chica normal, no soy una modelo de Woman Secret. Ni siquiera tengo unos ojos bonitos como los de Louis, los míos son marrones, como la mayoría de personas. Yo, yo no se que voy a hacer...

Louis me ha besado, me ha gustado, ¡claro que sí! Cualquier chica querría estar en mi lugar, pero me he apartado porque tenía miedo, miedo a no ser lo suficiente buena para él y miedo a que me haga daño. ¿Qué voy a hacer?, ¿tengo que tratar a Louis como sí nada hubiese pasado?. Tengo que olvidarme de todo esto, lo único que va a conseguir es que me duela la cabeza. ¿Y que pasa con Matty? Otro que tal, ya podría dejar de ser así de guapo. Es más alto que yo y eso me pierde, me encanta que los chicos sean más altos, me da la sensación de protección y el me la daba cuando estaba a mi lado.

Es una sensación rara, tengo la sensación de que este chico, al contrario de lo que dice Louis. Creo que me puedo fiar de él. El tiempo lo dirá. Estoy perdida en un mar de sentimientos, como un barco sin rumbo en un mar donde soplan dos vientos diferentes que luchan por llevarlo al puerto peleando entre ellos. Esos dichos vientos son Matty y Louis. ¿por cual debo dejarme ir? Algo me duele en el pecho. No quiero ser esa clase de chica que juega con el corazón de los chicos. Me niego a ser esa clase de zorra. No voy a hacerlo. Por ahora voy a hacer como si nada hubiese pasado, absolutamente nada.

Me apetece salir de la habitación pero ¿a dónde voy? . Una imagen pasa por mi mente, hay un gran ventanal entre la habitación de Louis y la mía, me voy a contemplar las vistas.

Salgo de la habitación y me colocó delante, que bonito es el bosque con los árboles tan verdes y altos, el viento recorre las copas de los árboles haciendo que se mezan. Es un imagen muy tranquilizadora, muy bonita, me hace sentir en paz. De pronto mi vista topa con la habitación de Louis que tiene la puerta entre abierta, ni corta ni perezosa decido entrar.

Vidas Entrelazadas (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora