Capítulo 76.

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Su sonrisa de pronto desapareció de sus labios y una mueca incómoda la sustituyó. Es como si hubiera dicho algo que no quería escuchar pero ¿Qué dije? solo pedí que llamara a los mastodontes.
Fruncí el ceño ante su reacción.

—¿Qué? ¿Dije algo malo?– Cuestioné. Se apresuró a negar con la cabeza.

—No, no. Es solo que...verás, ellos están...están...– Alcé ambas cejas, ¿Por qué está tan nervioso?—¡Están resolviendo un pedido mío! sí, eso.

¿Resolviendo qué? Por un momento pensé que me estaba mintiendo pero ¿Por qué habría de hacerlo? además, no hay nada en lo que Castiel pueda implicar a los mastodontes, corrijo: MIS mastodontes. Esos chicos me fueron asignados solo y completamente a mi, jamás le permitiría ponerlos en riesgo. Já, como si fuera capaz de hacerlo. Confío en él.
La actitud de Castiel en este momento, verdaderamente le quita un poco de seriedad a su carácter, puesto que siempre ha sido un hombre al que jamás se le ha visto nervioso.

—¿Y por qué ellos? se supone que son míos.

Su semblante ahora se ha vuelto serio, y sus ojos han adquirido un brillo de molestia.

—¿Pero qué mierdas? ¿Tuyos?– Cuestiona. Ruedo los ojos.

—Me refiero a que están a mi disposición, Castiel. Tienes miles de hombres a tu merced ¿Y los escoges a ellos?

—Te puedo asignar a otros.

—No quiero a otros, los quiero a ellos. Son unos grandes chicos y que los impliques en tus "negocios" me hace sentir mal, es como si yo fuera su madre y me preocupan, así que devuélveme a mis mastodontes, Johnson.– Exijo.

Se rasca la nuca y vuelve a hacer otra mueca en sus labios.

—Es que...– Empieza.—Lauren, ellos no volverán por un largo tiempo, los he infiltrado en The Hell.

(...)

Una cabellera rubia, piel pálida y ojos verdes. Ha pasado mucho desde que lo vi por primera y última vez, pero estoy segura de que es él. Viste una camisa blanca que resalta más el color de su cabello, jeans negros y tenis Nike, lo cual me recuerda la vez que las usó en la fiesta de Callen y Virgii.
Sí, pues claro que es Christop.

Sus manos se mueven veloces entre los percheros con ropa, mis ojos siguen sus movimientos uno a uno. Me da curiosidad, parece tener una actitud muy reservada y sus ojos...sus ojos encierran un misterio que deja una gran intriga en mi. Mi celular vibra en el bolsillo trasero de mi pantalón, mi cuerpo se estremece cada vez que mi celular me notifica un mensaje, y empeora cuando leo las amenazas o frases que me dejan confundida hasta las tripas. Lo saco con manos temblorosas y frías, ¿Frías?, sí, frías. Estas situaciones me ponen muy mal, mis ojos se ven obligados a apartarse del rubio y leer el mensaje, mierda.

De: Castiel.

Para: Lauren.

"¿Quieres que vaya por ti?"

05:40 p.m.

Siento como si el alma me hubiera regresado al cuerpo, suspiro, afortunadamente es él, aunque no me alegro tanto. Estoy muy molesta con él, ni siquiera pensaba decírmerlo y eso es un hecho, Marlon y Charles –los mastodontes– se han convertido en algo importante para mi, no es el hecho de que sean o hayan sido mis guardaespaldas. Sino que, cuando Castiel me humillaba y rechazaba, eran ellos quienes se percataban de mi ánimo y me hacían sonreír. Además, si le pasa algo a Charles ¿Qué será de su hermana? y si le pasa algo a Marlon ¿Qué será de su novia embarazada?.
No podría soportar que ellos murieran o salieran heridos sin yo haber podido evitarlo.

NarcotraficanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora