Narcotraficante

Capítulo 13.

Abro mis ojos lentamente acostumbrando mis ojos a la claridad, una tenue luz se cuela por entre las cortinas dando justo en mis ojos.
Estoy consciente de que esta no es mi habitación, y lo digo porque desde la cama puedo ver un gran armario.
Cosa que no tengo.

Al moverme para sentarme, siento un gran jalón y punzada en mi hombro izquierdo.
Soltando un quejido me vuelvo a acostar.
Una venda envuelve todo mi hombro cruzando mi torso.
Tan sólo llevo mi brasier y unos shorts.
Y entonces recuerdo lo que pasó.

Alguien me disparó al salir de mi casa, después alguien gritó mi nombre y ya no recuerdo más.

Tomo una profunda respiración antes de levantarme de nuevo, muerdo mi lengua para no soltar ningún quejido.

-Mierda.- Mascullo dejando salir un puñado de aire.

La habitación es enorme, la cama es de dos plazas, inmensa.
Hay una alfombra negra cubriendo casi todo el piso, los muebles están muy bien distribuidos.
Pero...no sé dónde estoy.

Mi respiración se vuelve agitada mientras mi mente maquina un sin fin de hipótesis de donde pueda estar.
Cuando estoy a punto de poner un pie en el alfombrado la puerta se abre.

-Por favor no me hagas nada, yo no tengo nada que ver con Castiel.- Suelto inconscientemente viendo una silueta en el umbral.

-Vaya, cuanto apoyo de tu parte Lauren.- Su ronca voz retumba en toda la habitación.

De pronto siento una felicidad inmensa, pero me obligo a no sentirla más.

-¿Castiel?- Fallé. No disimulé muy bien mi emoción.

La habitación se iluminó por completo y lo pude ver.

-¿Cómo te sientes?- Pregunta sentándose cerca de mi en la cama.

Carraspeo.-Me duele un poco.- Asiente. -¿Quién me disparó? ¿Fueron ellos?

Niega sin mirarme y se lleva una mano a su nuca, frotándola.

-Es mejor que no lo sepas.- Contestó sin más.

-Quiero saber, ahora.- Exigí.

-No.

-Quiero que me lo digas ya Castiel, merezco una explicación por todo esto que tengo que pasar.- Digo dejando salir un poco de desesperación.

Me mira por unos instantes debatiéndose entre decirme o no.

«Y más vale que lo haga.»

Se pone de pie y lo veo dirigirse a la puerta, cuando estoy a punto de renegar me callo, puesto que se recarga en la pared cerca de ésta.
Mete sus manos en los bolsillos de su pantalón, cruza su pierna izquierda por encima de la derecha y suspira.

-Bien, tú ganas.- Dijo. -No fueron "ellos" los que te dispararon, de haber sido ellos no te hubieran dejado viva. Aunque la persona que te disparó tenía toda la intención de matarte.- Aclaró despreocupado.

Enarqué una ceja. -¿Quién fue Castiel?- Me impacienté.

-Mi amante, ex amante de hecho.

Mi boca se abre inconscientemente ante la sorpresa.
Su estúpida amante quiso matarme.

-¿Por qué hizo eso?- Me paré de la cama.

-Alguien le dijo que eres mi nueva amante.- Alzó los hombros como si no le importara que casi muero.

-¡Esto es tu culpa!- Lo señalo.-Todo esto Castiel, ahora no sólo tengo que preocuparme por esos hombres, ¡sino que también porque tu loca novia quiere matarme! - Grito exasperada.