Capítulo 100

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LEER NOTA AL FINAL.

Dedicado a: @JacquelineMedina @CaamiiL19 @dacm02 @ximstar0395 @Saruca2003 @_Mare_ @Vane-Romero717 @Jatziryjimenez

A la bestia de Kembly, a mi prima Samanta y, especialmente; dedicado a ti, fiel lector. Para todas las chicas del grupo de Facebook y WhatsApp. A la Mame sezy, a Kim (Mi Life), al Andy (ejem...), a mi Manito y a todos. ❤

Canción: If no one will listen (Kelly Clarkson) escúchenla mientras leen.

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Lauren.

    Podías fingir que no te importaba, hacer a un lado el problema y señalarlo como un estorbo, sin embargo, sabías que aunque lo bloquearas al fin y al cabo, ahí estaría. Fingir que no dolía era la clave para no sentirlo realmente, y funcionaba; pero ¿Por cuánto tiempo más me funcionaría? No podía fingir que al recordar sus ojos mi cuerpo no se estremecía ni mucho menos la manera en que mis labios se secaban al recordar los suyos.

Estaba cansada de esta situación estúpida que solo nos lastimaba a ambos.

    No se había disculpado, no había llamado ni enviado un solo mensaje. Necesitaba solventar mis dudas y solo él podía ayudarme con eso, necesitaba saber si aquellas fotos gritaban la cruel verdad que me a creer. Cuando me abrazaba podía sentir todo su amor, él aún no me olvidaba.

Esperaba.

Di un respingo cuando una bola de servilleta chocó contra mi rostro.

-¡Ey!- me quejé. Sus ojos negros me observaban curiosos -¿Qué?

-Te veo sentada frente a mí, pero tu mente no está aquí- murmuró y dejó escapar un pequeño suspiro -. ¿Qué sucede?

     Lo miré fijamente, sopesando la idea de contarle todo, sin embargo, no era correcto; tampoco quería arruinar nuestro agradable encuentro y convertirlo en una apestosa terapia para solucionar mis problemas amorosos. Confiaba en él, claro que sí, pero no quería incomodarlo.

-Ya, dime- insistió.

-No es nada, en serio, probablemente sea porque no he dormido bien.

-¿Probablemente?- asentí, sorbiendo un poco de chocolate y quemándome en el proceso -. Uhm, esa respuesta no me convence, Lau.

Chisté, ¿por qué era tan terco?

-Andy, ya déjalo- supliqué -. Cambiemos de tema, ¿qué tal has estado?

     Observé la mesa ocupada por dos tazas de chocolate calientes, tres tipos de pastel y una copa llena de helado con sabor a limón -este último era mío-, nos encontrábamos en Sweet Lips como habíamos acordado el día anterior. De inmediato recordé lo sucedido ayer, después de casi sufrir un colapso mental con mi paupérrimo descubrimiento acerca de mi madre drogándose cuando tenía diez años. Me reprendí un centenar de veces por comportarme tan tonta y torpe estando alrededor de Óscar; recordé también sus ojos fijos en mí cuando tuve que marcharme.

De nuevo, otra bola de servilleta me golpeó.

-Muy bien, acabo de relatarte, prácticamente, toda mi vida y no me estás prestando atención- bajé la mirada avergonzada -. Solo lo preguntaré una vez y responderás quieras o no, ¿qué demonios sucede contigo?- cuestionó, deliberadamente, lento.

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