Capitulo veintisiete: "Mi Beso Perfecto"
- ¡Nick para!- le dije preocupada, él se estacionó frente a una plaza bien iluminada, me bajé desesperada y traté de calmarme, pero era imposible, saqué mi celular y llamé a Faith… no me contestaba, Mick… tampoco, tal vez seguía corriendo para llegar al auto, no me quise preocupar tanto por ellos, no tuvieron la suerte de los autos, seguramente habrán bloqueado la entrada con otros autos de policía, haciendo que estos no pasen; las motos seguro pasaban por los costados tranquilamente, pero tal vez los habían agarrado, o algo… llamé a Víctor, él sabía que tenía que contestarme o lo mataría, un tono, dos tonos, tres tonos
- ¿Rox?- volví a respirar- ¿Dónde estás?
- Estoy bien- dije en un suspiro
- Menos mal ¿Con quién estás?- dijo rápidamente
- Con Nick, en una plaza- dije rápidamente él suspiró- ¿Y Heart?- pregunté en un susurro
- No creo… no creo que quiera hablar con alguien- suspiro- ella está algo shockeada por lo que le iban a hacer- hice una mueca- también estaba muy preocupada por ti, ya que te fuiste sola, pero le dije que podrías arreglártelas para conseguir transporte- reí, era verdad, hubo una ocasión donde no encontraba a Víctor cuando vino la policía y me subí a la primera moto vacía que vi
- ¿Dónde están?- indagué
- Estamos sentados afuera de un quiosco…-silencio -bueno, si “estar sentados” lo ves como que ella está acurrucada contra mi pecho, estoy seguro que intenta provocarme, no sabes no calentita que está- escuché una corta carcajada de la susodicha, Víctor si que sabía como consolar- aunque estuvo diciendo que te lo agradece- comentó en un murmuro, sonreí a medias
- Dile que no se haga problema- dije en un suspiro, vi a Nick que me hizo una seña de que si estaba todo bien y yo asentí- ¿sabes algo de los otros?
- Los vi saliendo corriendo de allí cuando esquivé a una par de policías- solté aire aliviada
- Gracias, los llamaré, nos vemos en la casa de Heart más tarde- corté sin esperar respuesta, vi como Nick bajaba de la moto y se ponía a mi lado mientras escuchaba el tercer timbre del celular de Byron
- ¿Roxy, estás bien? Dime que no estás en la cárcel- carcajeé, ese era el paranoico de mi amigo
- Estoy perfecta- escuché como soltaba aire- ¿ustedes?
- Estamos bien, nos alejamos un par de calles y ya casi llegamos al auto- sonreí- ¿Dónde estás?- preguntó como si nada
- Con Nick en una plaza- dije simple- ¿nos vemos en unas horas en la casa de Heart?- dije más como una afirmación
- ¿Horas? Pero si nosotros vamos…- lo interrumpí
- Bueno By, nos vemos- corté la llamada
- ¿Horas?- dijo Nick a mis espaldas haciendo que voltee
- Si quieres llévame a casa- él me sonrió mientras negaba
- ¿Qué haremos?- hice una mueca- ¿Quieres emborracharte conmigo?- hice la misma mueca, confiaba en Nick pero no estaba bien- ¿Y si nos quedamos hablando hasta que te invite a desayunar?- sonreí y él me tendió su mano, la agarré y empezamos a caminar por la cuadra en silencio.
Media hora después Nick sostenía mi mano para que haga equilibrio mientras caminaba sobre un cordón de una pared baja que separa los juegos de los chicos, nos subimos a las hamacas entre risas y la poca gente que salía de sus casas para irse a trabajar nos miraban, algunos con ternura y la mayoría como si estuviéramos locos, eso les pasa por ser hombres viejos y mujeres menopáusicas. Nos besamos unas dos veces, pero ¿adivinen? No sentí nada, era como si besara mi brazo, nada de nada, ni nervios, NADA, la vida es injusta, muy injusta… me ponía a una persona buena, que me conoce, que me quiere, que es lindo, pero no, mi mente la compara con un chico de ojos entre azul y celeste que me volvía loca. Entre los segundos incómodos después del beso me quedaba pensando en que los besos con Ethan eran totalmente distinto a lo que sentía al besar a Nick, no me quejo, el chico malo besa genial pero con él era distinto, pero quería seguir intentando, para ver que resultaba, me paré frente a él después de mi reflexión y le tendí mi mano, empezamos a caminar a un bar de por ahí les exigimos que si no nos preparaban Hot Cakes íbamos a empezar a gritar y todos los empleados medio dormidos se despertarían de mal humor, una chica nos los dio de mala gana y se olvidó de cobrarnos, menos mal que éramos buenas personas y le pagamos igual. Íbamos de camino a su moto después de desayunar con los dedos entrelazados