Capítulo 18: Hielo u Oscuridad

299 28 4
                                    


{Jack}

Mérida tardo media hora en recobrar el conocimiento, me miró fijamente y carraspeo un poco antes de hablar

- Eres un idiota, Frost
- Si, emm, me alegra verte también Cupido- le respondí yo con sarcasmo, ella me sonrió.
- ¿No sabes lo peligroso que es para ti estar aquí?- me reprochó en un susurro
- ¿No sabes lo peligroso que es para mi corazón estar sin ti?- les respondí sin pensar, sonó un poco cursi y como siempre ella se ruborizó.
- Eres un idiota- me volvió a decir mientras negaba con la cabeza y tenía una sonrisa- pero eres mi idiota. He averiguado varías cosas, sobre la profecía. Jack, es sobre mí, y sobre sentir amor, ellos me obligarán a amar a Pitch para que los guardianes fracasen.
- Vamos- dije yo- tú eres Cupido, tu centro es el amor, lo sabes todo sobre él. ¿Que se puede hacer?- ella se quedó pensando un segundo.
- Pues, hay diferentes tipos de amor, el casi más inalcanzable es el amor puro, la secuencia va así, del más alto al más bajo, el amor puro, amor pasional, amor envidia, amor de tristeza, amor por costumbre y el desamor. Emmm, el amor a veces tiene fecha de caducidad, no puedes enamorar a un espíritu, lo cual es algo extraño teniendo en cuenta, pues, a nosotros, o no sé- dijo ella como para no incomodar, parecía que no le gustaba hablar de sus sentimientos- una duda, ¿Las brujas hicieron algo conmigo? ¿Algún maleficio?- le dije a muy resumidas cuentas lo que habían hecho y lo que habían dicho- lo que me hicieron es un hechizo antiguo. En unas horas va a levantarse la Luna Roja, no preguntes cómo lo sé, es algo que siento, seguro por eso esperan me case, cuando la Luna este en su punto los poderes de todos van a crecer, incluyendo de los espíritus como tú, es decir, lo de Hombre de la Luna, según el maleficio que las Brujas pusieron en mi hace tiempo, al casarme todo mi poder será dado a aquel que ame, o sea con quien me case, y al ser tan fuertes mis poderes esta noche ellas podrán sustraer de mi todo el poder que tengo sobre todo, incluso sobre el amor, se supone que con quien me casé puede elegir devolverme mis poderes con un pacto de sangre, como sea, entonces al tener mis poderes encerrados, por ahora, ellos pueden evitar que pasen a Pitch por medio de un trato que habían hecho, entonces pasaran directamente a Silence, si inyectaron tu sangre es para que tú no puedas hacer nada en ese momento, para que mis poderes tengan efecto también sobre ti, es decir, mi amor por ti y por todos se va a extinguir hasta que la Luna Roja se oculte.
- Entonces.... ¿Qué hay que hacer?
- No debo casarme, esos es todo lo que podemos hacer. No sé que hacer contra la magia. ¿Los guardianes saben dónde estamos?
- Es una buena pregunta- dije yo y ella me miró con reproche sabiendo cuál era la respuesta.

Se escucharon unos pasos en el pasillo y con una sonrisa horrible apareció Pitch.

- ¿Y de qué les servirá todo eso?- preguntó- saben cuántos somos, saben a cuantos se enfrentan y Cupido tú sabes bien que el amor es maleable.
- ¿Ahora qué quieres?- dijo Mérida.

Pitch no contestó, la desesposó, la levantó y le ató las manos detrás de la espalda.

- Dime que me amas, y te prometo que la muerte de Frost será rápida y sin dolor.- Mérida abrió los ojos de par en par
- Black, nadie va a morir, nadie más que tú. Y no, jamás lo diré, yo te odio con cada célula de mi cuerpo.
- No te lo diré, de nuevo. Dime que me amas.

Por toda contestación, Mérida impacto su frente en su nariz, haciendo que Pitch la soltara por un segundo, pero después la atrajo a él con firmeza. Y entonces Pitch la besó. Ella apretó los ojos y la boca como negando el beso, Pitch le puso una daga en el estomago con lo cual la amenazaba. Ella comenzó a responderle el beso con una expresión de asco. Yo estaba colérico, jamás había odiado a alguien con tanta fuerza, quería asesinar a Pitch con mis propias manos. Pitch acariciaba sus brazos y ella en respuesta se ponía rígida más rígida, la había tomado tan de sorpresa que ella no podía ni golpearlo, yo no podía soportar eso.

- ¡Déjala en paz!- le grité pegándome a los barrotes

Pitch se detuvo y volteo a verme, Mérida aprovechó el momento y se limpió el beso en su hombro.

- Si la diversión a penas empieza, Frost- me dijo con Malicia dijo mientras recorría el cuello de Mérida con su rostro como un vampiro queriendo beber sangre
- NO TE ATREVAS A PONERLE UN DEDO ENCIMA- rugí con todas las fuerzas que tenía, mis manos estaban aún más blancas de la fuerza con la que apretaba lo barrotes

Él tomó a Mérida del cabello y la arrastró hasta mi celda.

- Ella es mía- dijo Pitch- siempre lo ha sido, ya es momento de que aprendan a respetar los dos, mocosos insubordinados. Y tú- dijo refiriéndose a ella - vas a amarme por las buenas o por las malas, y los guardianes- dijo mirándome ahora a mi.- deben desaparecer trocito a trocito. Amelié- llamó él, en cuestión de segundos la bruja apareció.- Hazlo- ordenó, con lo que la bruja sonrío y comenzó a murmurar cosas mientras movía las manos de forma extraña.

Mérida comenzó a retorcerse como si se resistiera a algo, pitch la desató y ella simplemente cayó al suelo sin que nadie la ayudara, yo me hinqué. Estaba sólo a unos pasos de mi. La sujete del brazo y la jalé hacia mí, la abracé como pude.

- Mer, ¿Qué te pasa?- pregunte y en mi voz se notó el temor
- No dejes que me usen contra ustedes. Haz lo que sea necesario- me dijo con lágrimas en los ojos- te amo- me dijo en un suspiro.

Esa era la primera vez que me lo decía, sentí una alegría interna tan cálida como ella misma, no podía creerlo, me sentí, a pesar de mi terrible situación, la persona más afortunada del mundo. Por respuesta yo la besé.

- Yo también te amo. No dejaré que te lastimen.

Mérida perdió la conciencia después de retorcerse otros tres minutos en mis brazos, parecía resistirse mucho, y sé que por dentro ella peleaba. Pitch la arrancó de mis brazos y segundos después Mérida despertó. Tenía los ojos negros con rojo. Oficialmente ahora Pitch podía controlarla.

- Dime que me amas- le ordenó
- Te amo- dijo ella como si fuera un robot

Está vez Pitch la beso y ella le correspondió el beso.

- Mérida, no hagas eso- dije yo rindiéndome y sintiendo como mi corazón se rompía.
- Olvidarás todo lo relacionado con él y los guardianes- susurró Pitch y ella al parecer lo hizo.

Ambos salieron de la habitación, Amelié se acercó a mi y me dijo.

- Se acabó. Van a perder.

Lo que más me molesto sobre eso no fue el hecho de que fuéramos a perder, sino de que yo en ese momento la había perdido a ella.

Me rompí en mil pedazos, me sentía en una pesadilla de la cual no podía despertar. Iba a luchar por ella, la pregunta era ¿Ella iba a luchar por mí?

Fuego, Hielo y oscuridad (Jarida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora