Capítulo 29: Acepto el Fuego

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{Jack}

Quería pelear con ella, quería quitar toda la furia que le tenía y quería derrotarla. Así que di el primer golpe con mi cayado, ella lo esquivó y trató de hacer lo mismo con su arco, pero fui más rápido, lo tomé y la atraje a mi casi haciéndola caer. Recuperó el equilibrio rápido y giró liberando mi agarre, luego me barrió y caí al suelo.

- Que fácil de matar eres- dijo maliciosa, podía ver como de sus ojos comenzaban a brotar chispas. Luego la derribé y la tomé por el cuello
- Si es así, ¿Por qué no has podido hacer?- dije socarronamente

Ella de un batir de sus alas se soltó y se puso de pie, yo hice lo mismo con mi guardia lista. Ella me lanzó una flecha que se clavó en donde había estado un segundo atrás.

- Que lenta eres- le dije provocándola

Ella no hablaba, pero sabía que la estaba haciendo enojar, le lancé una bola de nieve a la cara y ella de la sorpresa se sobresaltó y aproveché ese segundo para patear su abdomen, ella cayó sobre la nieve que descongeló al momento, pero con gran maestría giró para ponerse sobre sus rodillas y disparar una ráfaga de flechas contra mi.

- ¿Qué pasa? ¿Ya no estás en forma ahora que tienes esposo?

No me daba, pero sabía que me estaba volviendo una verdadera molestia para ella. Ella también comenzó a volar y de un batir de sus alas me estrelló contra un árbol y volvimos al suelo, ella aterrizó sobre mí y me puso su arco en la garganta jalando hacia atrás.

- Solo cállate. No debo matarte aún- dijo ella liberando la presión de mi cuello, cosa que aproveche girando mientras le hacía una llave en la espalda
- Es irónico - dije yo- estoy matando al amor

{Mérida}

Sus comentarios sinceramente me hacían enojar, quería destruirlo y sentía como más ira de la normal estaba pasando por mis venas. Me provocaba demasiado y en mi nacía un instinto que hacía siglos no sentía, mis piernas comenzaban a temblar de ira.

{Jack}

Ella de un movimiento extraño se liberó de mí y dio una patada certera en mi cabeza que me aturdió solo unos segundos, lancé un rayo defendiéndome, pero no le hizo nada, luego ella me dio un puñetazo limpio en la nariz y ésta comenzó a sangrar, levanté un muro enrome de hielo mientras me limpiaba la sangre de la nariz, ella rompió el muro haciendo que el hielo explotara, sus ojos estaban rojos.

- ¿Vienes por más?
- Deberías rendirte ahora que puedes- parecía advertirme
- Pero si apenas estamos comenzando a bailar- le dije yo. No sabía de donde obtenía mis respuestas, pero me gustan

Congelé el suelo debajo de ella, pero está lo convirtió en agua que se evaporó por su cercanía. Ella sacó una bola de fuego de su mano y me la arrojó, impacto en el árbol y yo, para evitar otro incendio lo congelé, sólo salió agua que apagó el inminente desastre, pero mientras lo hacía ella aprovechó y me disparó una flecha que dio en mi brazo. Por la adrenalina, me arranqué la flecha de un jalón y la aventé al suelo.

Comencé a atacarla en ráfaga, no la dejaba descansar y eso me permitía acercarme lo suficiente, ella lanzaba bolas de fuego a los carámbanos de hielo que yo le arrojaba, los destruía, pero la mantenían ocupada. Cuando me acerqué lo suficiente la golpeé en el mentón, de arriba hacia abajo con mi cayado, ella cayó hacia atrás estrellándose contra una piedra. Su cabello estaba despidiendo humo, no se levantó de inmediato

- ¿Ya te cansaste? ¿Deberías rendirte?
- Púdrete- me dijo ella

Le tiré un montón de nieve sobre ella, ella se puso de pie y con su alas se quitó la nieve, pero en lo que lo hacía le robé su arco.

Fuego, Hielo y oscuridad (Jarida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora