Capítulo 8: Luna Roja

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{Mérida}

Escuchamos ruidos abajo, y luego la voz de Conejo. Los guardianes ya habían llegado así que no perdimos el tiempo y también bajamos. Jack bajó volando y yo a pie.

- ¿Están bien? ¿Por qué tardaron tanto?- preguntó el hada inquieta.
- Estamos bien, hada- dijo Jack calmándola.
- Trajeron esto- dijo Norte.

Sin perder el tiempo les enseñó los objetos que habíamos conseguido, excepto, claro, mi medallón. Empezaron a hablar de su último enfrentamiento con Pitch. Lo cierto es que me causaba culpa, si les hubiera dicho el plan... pero no lo hice. Me dejé caer en un sillón sin que nadie lo notara, estaban muy ocupados en su plática y en Pitch. Sus voces comenzaron a adormecerme hasta que caí rendida.

{Jack}

- Pero ahora Pitch no es el líder. No es el único- dijo Conejo
- Además, jamás hemos luchado contra Silence- apunté yo
- ¿Creen que Mérida sepa algo?, es decir, es un espíritu antiguo, tal vez vio la caída de Silence.- dijo el Hada co mucha razón
- Mer...- voltee a verla, estaba acurrucada en el sillón, estaba dormida, el arco se había resbalado de sus dedos. Utilizaba sus alas como si fueran cobijas. Se veía linda y tierna aunque no era nada tierna. Sonreí ante esta ironía.
- Seguro ha sido muy cansado para ella- dijo Meme con los símbolos
- Lo ha sido, al fin y al cabo ella no es una guardiana- dijo Norte- aún no desarrolla ciertos poderes. Jack, ¿crees que puedas subirla a su habitación?
- No tardo- dije yo y me acerqué mientras los guardianes siguieron discutiendo sobre Silence. Le pase mis brazos por debajo y la levante.

Lo cierto es que no pesaba, era como si sus huesos estuvieran huecos, como un ave, tal vez por eso volaba. La subí volando a su habitación y la puse en su cama. Ella murmuró algo y se acomodó, de nuevo su ala cobijaba.

Baje a seguir hablando con los guardianes, descubrí que estaban leyendo unos pergaminos buscando información. Si, incluso nosotros tenemos que hacer tareas. El semblante de Norte cambio y comenzó a leer en voz alta.

- Desde el origen de todo, ha habido dos espíritus supremos. El Hombre de la Luna y la Luna Roja, ambos tienen el fin de crear espíritus. La Luna Roja fue quien comenzó con esta labor, creando a tres espíritus iniciales: Pitch Black, Silence Scare y Mérida Cupido. El Hombre de la Luna continuo creando otros espíritus varios cientos de años después: Sandman, El hada de los dientes, El conejo de Pascua y Santa Clause. Las creaciones de ambas Lunas son enemigas naturales, sobretodo porque la Luna Roja parece preferir hacer espíritus que tarde o temprano pasarán al lado oscuro, como después creo a Las Ánimas o a Las Brujas. Los espíritus elegidos por Hombre de la Luna son más que los elegidos por la Luna Roja, es por ello que casi nadie conoce su existencia, estos espíritus pueden ser elegidos en cualquier época y por cualquier circunstancia, en cambio, los espíritus de La Luna Roja solo pueden ser elegidos en el mes más oscuro de todos, Octubre, cuando los espíritus malignos tienen mayor poder. Los espíritus de la Luna Roja pueden tener también contacto con los adultos, éstos también pueden verlos, por ello es que estos espíritus son más fuertes y peligrosos que cualquiera de los de Hombre de la Luna, además pueden cambiar su forma o transfigurarse momentáneamente. A diferencia de Hombre de la Luna, que elige a sus espíritus por su mayor virtud en la vida, la Luna Roja los elige con la habilidad más fría o la cual no tienen, el caso ejemplo es el de Pitch Black y Mérida Cupido; Pitch jamás le tuvo miedo a temer, pero tampoco lo disfrutaba, al no temer al miedo la Luna Roja lo volvió su centro y ahora se ha vuelto su mayor placer. Se ha convertido en aquello a lo que nunca temió; Mérida, por ejemplo, jamás amó por lo cual se ha visto condenada a que ese sea su centro en la vida inmortal.
- Nunca había escuchado nada sobre la Luna Roja- dije yo pasmado- Mérida no es mala... ¿o sí?

Todos estaban demasiado serios y preocupados como para responderme. Ella no era mala, había arriesgado su vida por mi, me había protegido, habíamos jugado, la conocía, al menos lo suficiente para saber que era una de los nuestros.

- Si es mala- continúe yo- ¿Por qué la eligió Hombre de la Luna como guardiana?
- No lo sé- dijo Conejo dejando su pergamino en el estante más cercano- pero por algo ella se ocultaba, por algo no hay nada sobre su pasado, por algo ella quiere pelear contra Silence, está ocultando demasiada información.
- ¿Que sugieres?- dije yo molesto- ¿Que hay que dejarla fuera de esto por qué te asusta?
- Ella no me asusta- Conejo se enderezó más sacando el pecho- Pero no confío en ella. Si es necesario hay que sacarla, al fin ella no quería entrar a ser guardiana. Sabía que no podía porque no está de nuestro lado.
- ¡Tú no la conoces!- básicamente le grité
- ¿Crees que no?- dijo con una sonrisa de lado, como si me hubiera ganado- tú la conoces hace dos días, yo la conocí hace diez años, ¿por qué crees que no nos hablamos?
- Si la sacas a ella, me voy yo también- dije después de pensarlo un tiempo. No había imaginado jamás que ellos dos se conocían.
- Un guardián no puede renunciar a serlo- dijo él rodando los ojos
- No, pero no pienso participar en esta guerra- dije firmemente.
- Nadie se va a ir- dijo Norte serio.- no tenemos tiempo para esto. Los dos se quedan y más vale que tú y Mérida- dijo refiriéndose a Conejo- dejen a un lado sus cosas y trabajen en equipo.
- Ella no es mala- dije defendiéndola
- Lo sé Jack- dijo el Hada- pero dijo que tarde o temprano pasaba, tal vez no lo es ahora, pero lo será en un futuro. Solo hay que tener cuidado.
- Hombre de la Luna dijo que era nuestra ultima esperanza, que la protegiéramos. Espero no se les olvide- sentencié, parecía que yo era el único de su parte.

La esfera que tenía la neblina, el que trajimos del palacio hundido empezó a las dar vueltas a tal velocidad que cayó al suelo sin romperse.

- El viento...- susurró Hada
- Hay algo mal en la guarida- dijo Conejo inquietándose.- debo ir, nos vemos allá

Conejo desapareció entre sus túneles, hacía mucho que no discutíamos. Sin esperar permiso de nadie fui a buscar a Mérida.

Fuego, Hielo y oscuridad (Jarida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora