Capítulo 26: Te extraño. Te odio

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{Jack}

Me sentía mal. Me sentí fúrico, decepcionado, dolido y traicionado. Todo lo que había creído de ella, del amor, todo estaba hecho pedazos, me había rehusado a creerle, creía que ella nos estaba protegiendo, creía que ella me amaba aún, creía que nuestro tiempo sería eterno, creía...

Pero me equivoqué, ella creía firmemente en lo que estaba haciendo, ella no me amaba, pero una parte de mi corazón si la amaba, tenía que enterrar eso en el pasado, ya no debía de tener sentimientos por ella, ella era el enemigo y la verdad, es el peor enemigo, tenía que aprender a odiarla.

Rayos, decirlo resultaba fácil, pero el pensar en ella, su sonrisa, pensar en sus labios contra los míos, su piel en contacto directo con mi piel... era demasiado, pero había hecho lo suficiente para demostrarme que ella no era lo que pensaba, que nos traicionaba a todos y no había ni que darle vueltas, pero el corazón es terco en cuestiones del amor.

No podía seguí volando, y llegar al taller de Norte no parecía una opción, estarían ansiosos de saber de mi, de preguntar,e y no estaba de humor para responder. Tal vez era mi culpa. Al inicio de todos ellos no confiaban, yo fui el único tonto que le creí y que confió en ella, y por culpa de mi deseo de cumpleaños ellos ya no pensarían mal de ella... tal vez si yo no hubiera pedido eso, ellos habrían visto esto antes que llegara lejos y nada de esto habría pasado.

Me detuve antes de llegar al polo, en un iceberg flotando, sólo me senté y pensé en toda esta tontería.

- Frost- escuché a mis espaldas. Me levanté con mi cayado en manos y apunté al pecho de Silence
- ¿Qué es lo que quieres?- rugí con una furia que yo no sabía que tenía
- Vaya, niño- dijo falsamente sorprendido- ¿Qué te ha hecho enojar? Te ves alterado. ¿Qué tal las cosas con tu novia?
- Ella no es mi novia- él sonrió con malicias- ¿Qué fue lo que le dijiste?
- Que dejara de perder el tiempo, la necesitábamos de vuelta.
- ¿La embrujaste?- pregunté agotando con esa pregunta mis opciones
- Claro que no- rió y después continuó- aparentemente ningún hechizo es lo suficientemente poderoso para embrujar a Cupido. Pero no tienen que ser enemigos, sólo háganse a un lado y seremos piadosos con ustedes.
- Ni muertos. Voy a luchar hasta ver que los seis no respiren más y borrarlos de una vez por todas de aquí.
- Wow, nunca había escuchado que un guardián quisiera matar, parece que no eres tan bueno después de todo. La venganza y el odio te consumen, eres justo lo que necesitamos nosotros.
- Jamás aceptaría eso. ¿Me oíste? ¡JAMÁS!
- Te oí.- dijo quitado de la pena y con su calma me enfurecía más, pero no atacaría, por alguna razón, quería seguir escuchando- ¿Sabes que es lo queremos? ¿Por qué peleamos? Yo era el rey del mundo. Los espíritus de la Luna Roja somos destinados para los adultos, hay excepciones, como Pitch, que al igual que ustedes se alimentan de las creencias de los niños, nosotros nos alimentamos de los adultos, pero los adultos son incrédulos a todo menos a una cosa, la destrucción. Yo era el rey, podía crear conflictos por todos lados, guerras, invasiones, batallas, enfermedades... quiero eso, el hombre no es bueno, tal vez los niños si... pero crecerán y también matarán. Quiero a los humanos muertos, la Luna Roja los quiere muertos, es por eso que nos creo, Pitch prepararía a los niños con sus temores para cuando crecieran, Cupido los enamoraría para decepcionarlos, Las brujas nos protegerían a los tres, y yo les daría el último de los impulsos para volverse tan vil como nosotros. Esa es la verdad. Y no nos detendremos, mientras haya adultos aquí seguiremos sin importar cuántos niños tengan, nosotros vamos a ganar. ¿Por qué peleas tú?
- Para proteger a los niños
- Mentira, los proteges hasta que crecen y luego los abandonan con nosotros, ¿Eso no los hace cómplices nuestros? Y hablas de matarme... ¿No eso te vuelve tan vil como nosotros? Incluso tú sucumbes ante nosotros, nuestras ideas, es una ironía y lo sabes, tan es así que llevas 5 minutos apuntando sin dispararme- tenía razón de algún modo y me había hecho dudar y reflexionar, pero yo sabía que eso era lo que quería- solo quería decirte. Cupido y Pitch hicieron el pacto de lealtad, si intentan matar a Pitch, mataran a Cupido
- Será mejor. Así matamos a dos enemigos de una vez
- Si no te hubiera visto hace un mes protegiéndola diría que ahora la odias
- La odio y no quiero saber nada de ella, así que si intentas detenerme con eso, sólo me motivas
- Vaya, eso era lo que quería oír- dicho esto se volvió una especie de líquido negro que se fue por el océano

Fuego, Hielo y oscuridad (Jarida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora