Capítulo 19: Cupido se casa

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{Mérida}

Siempre odié esto. Que me controlaran, era como si mi verdadero yo sólo viviera en una pequeña parte de mi cerebro. No podía controlarme, ni saber lo que decía. Me resistía a esa magia oscura, no veía nada, no sentía nada, lo único de lo que realmente tenía consciencia era de que me estaban usando y de que debía resistir tanto como pudiera. Ojalá fuera suficiente.

{Jack}

Una luz roja invadió la habitación, al invadirla... no sé cómo explicarlo, mis fuerzas se multiplicaron, me sentía con mucha energía, como si pudiera hacerlo todo. Solo era cuestión de tiempo para que les sucediera lo mismo a los demás. Lo cual no sería bueno.

Mis pensamientos volvían a atormentarme así que decidí volverme a sentar. En unos escasos segundos después ocurrió algo que realmente me asombró. Los guardianes habían llegado.

- ¡Jack!- me dijo Norte al verme - ¿Estás bien? ¿Qué ha pasado?
- ¿Por qué no le dijiste a nadie a dónde ibas te hemos buscado mucho tiempo- me reprochó el Hada
- Lo siento- me disculpé- pero no podía esperar.

Los miré un poco más detenidamente, se veían como si hubieran dado una muy fiera pelea,

- ¿Qué les ocurrió?
- Unas sombras llegaron y trataron de destruir la guarida de Conejo. Fue muy difícil sacarlas de allí- dijo Norte.
- ¿Qué hicieron?- pregunté yo. Era cierto que sabía lo de las sombras, en parte me sentía culpable por ello.
- Tuvimos que alumbrar todo, casi incendiarlo, para que no hubiera un solo lugar donde se pudieran proyectar- contestó Conejo rascándose la oreja con su pata-es difícil enfrentar algo que no puedes tocar.
- ¿Dónde está Mérida?- preguntó Meme con sus dibujos sobre su cabeza. Eso me hizo perder la esperanza que había recobrado al ver a los guardianes
- Se va a casar con Pitch, pero la embrujaron, van a quitarles sus poderes hoy, que es Luna Roja, además de que la obligan a seguir órdenes, ella ya no sabe quiénes somos nosotros.
- Hay que encontrarla- dijo Conejo
- Pero, ¿donde la buscamos?- preguntó el Hada
- Yo no he pasado de esta celda y si pudieran sacarme....
- Oh claro- dijo el Hada y sin perder el tiempo de entre las plumas de su cabeza sacó un pasador, lo cambió y lo introdujo a la cerradura le llevó un par de intentos, pero lo logró.
- Bien, gracias Hada- dije yo- ahora vamos a buscar a Mérida

Caminamos en silencio un rato. En algún punto Conejo me alcanzó y me hablo en susurros.

- Jack, oye yo...- decía como en contra de su voluntad- lamento mucho lo que ocurrió. Es solo que...- le ponía atención, aunque realmente no lo veía a la cara, seguía molesto- tú sabes por qué, Norte ya te lo dijo. Tienes que entender, yo aún la quería, fue de la única de la que me he enamorado y sé que sabes lo que se siente enamorarse de Cupido- le ponía demasiada atención, a tal grado que realmente ya no veía a donde nos dirigíamos, solo sé que era un lugar tenebroso y oscuro con paredes de piedra. Sabía lo que se sentía, ahora Conejo me había hecho ponerme en su lugar- y ella me rechazó, rechazó el sentimiento más puro y genuino que había sentido por alguien. Pero... al verte a ti con... pues con ella, me sentía derrotado, porque creía que el problema entonces no era ella, sino yo. Y ese día... no pude contener mis sentimientos. Simplemente, lo lamento.
- ¿Aún la amas?- pregunte mientras atisbaba distraídamente por una esquina
- No, no desde ese día, ahí me di cuenta que realmente no sentía nada por ella. Además...- agregó con una extraña sonrisa- creo que he estado tanto tiempo con eso en la cabeza que debía dejarla ir para poder ver lo que tenía justo en frente- y dicho esto dirigió su gusta al Hada que veía a través de una puerta.

Me sorprendí mucho por lo que dijo, realmente no había puesto mucha atención en ellos dos cuando estaban juntos, pero era buenos amigos, y de alguna forma creo que eran buena pareja.

Fuego, Hielo y oscuridad (Jarida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora