Capítulo 28: Soledad

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{Mérida}

Mi casa se sentía tan vacía que incluso el eco de mis pasos resonaba por toda la casa. Me dirigí a mi habitación sin pensar en nada más; no estaba donde odiaba estar, pero tampoco estaba donde quería estar.

Después de esto todo acabaría, no tendría que seguir ocultándome de Scare y su bola de lacayos, pero eso me habría las puertas a nuevas preguntas. ¿Me dolerá morir de verdad? ¿A donde iré cuando muera? ¿Existe algo más? Ya era un espíritu, pero eso no significaba que era un fantasma, ¿Qué pasaría con los enamorados?

Recordé cuando estaba viva. Mi vida era feliz, había tenido momentos malos, como cuando convertí a mi mamá en oso... mi mamá... como la extrañaba. Había pasado tanto tiempo y no había un solo día en el que no pensara en ella, en el que no diera todo solo por hablar con ella un minuto más. Estar sola te hacía pensar.

También comencé a pensar en cómo morí. Un incendio provocado por enemigos, tenía que sacar de allí a mis hermanos... Tenia un amigo, el cual quería mucho, digamos que era como el chico que te gusta, pero sólo eso, no sientes mariposas cuando lo ves o como tus mejillas se incendian, nada de eso, creo que de no ser por mi familia diría que nunca amé a nadie. También a él lo salvé. Lo encontré rodeado en el comedor, desde arriba disparé a los enemigos y fui con él, él me besó yo lo tomé de la mano y tratamos de salir de allí. Cargó a mis hermanos y yo les cubría la retaguardia, ellos lograron salir, pero yo no.

Ciertamente, no ha sido de la muerte más significativa que he escuchado, pero la Luna Roja no entiende de eso o mejor dicho, no le importa. Obtuve el fuego porque fue mi causa de muere, obtuve el Amor porque a pesar de que no lo sentía, me sacrifique por el amor de alguien más. La vida estando viva tampoco había sido nada fácil, pero al menos tenía la certeza de que algún día moriría y lo hubiera aceptado con gusto, ahora ni siquiera tengo esa certeza, sé que estoy muerta, pero voy a volver a morir ¿Eso es volver a morir? No lo sabía. Y si eran mis últimos días quería ver a Jack, tal vez pudiera lograrlo y así saber qué pasará después. No es difícil meterte en los sueños de alguien más, así le había susurrado que me dejara ir, además, en los sueños uno es la forma más pura de su ser, no puedes controlar tus emociones, no puedes obligarte a sentir nada por nadie, ni siquiera puedes controlarte.

Pero no lo haría hoy, él debía descansar, había tenido un día largo y no iba a echarlo a perder todo. ¿Cómo es que me había enamorado de él? No lo sabía, y es que en el amor no se elige, bueno, de hecho si, elijo yo por los demás; eso significaba que... ¿Yo había elegido enamorarme de Frost? Tal vez ambos habíamos nacido para estar juntos, pero ahora no era el momento.

Por primera vez desde que meme fuera por mi, estaba completamente sola, sin nadie buscándome, sin nadie acechando por mi en este preciso momento, era como tener 4 días libres. Tomé un baño muy largo y caliente, la lava me hacía pensar incluso más de lo que ya pensaba.

Jack entendería, estaba segura de eso, porque algo me decía que aunque me odiara y quisiera matarme no era lo que más deseaba, no era lo que su corazón le decía, pero él era el chico, literalmente, más frío del mundo, y podía controlar bastante bien lo que sentía e incluso engañarse a sí mismo.

{Jack}

No podía dormir. Y la verdad ni siquiera trataba. ¿Cómo habría sido todo si nunca hubiera sido guardián? Pitch habría ganado la última vez, ¿Esta vez  ganaría? No tenía idea. Merida era una traidora y eso había roto mi corazón y con ello todo rastro de bondad en mí, ¿Pero y si no lo fuera? No la estaba defendiendo y ya no buscaba razones para creer en ella y dejar de odiarla, pero esa pregunta apareció en mi mente como si alguien la hubiera deslizado allí.

¿Y si no se hubiera hecho mala? Probablemente la tendría ahora en mis brazos, probablemente nos estaríamos riendo de alguna tontería, probablemente estaría acariciando su cabello, probablemente me diría cuanto me ama y me besaría, probablemente yo le prometería que íbamos a estar juntos para siempre. Pero eso solo eran suposiciones, ella en estos momentos debía de estar... revolcándose con Pitch. La simple idea me dio asco sacudí la cabeza tratando de olvidar si quiera que pensé en ella.

Desde hace cinco años, por primera vez estaba solo. Estar solo no siempre es no tener nadie a tu lado, sino que puede ser no tener a nadie DE tu lado, y en eso estaba solo. Ellos no entenderían por más que les explicara lo que sentía y tenían razón al decirme que tenía que olvidarla rápido, pero si era honesto conmigo yo sabía que si la veía morir yo no sería el mismo. Sabía que iba a llorar y que me iba a arrepentir, pero mis sentimientos no importaban. Hoy por hoy, esta noche yo la odiaba.

Y es que siempre es confuso hablar de tus sentimientos.

Sin ella, ahora estaba solo, pero dicen por allí que es mejor estar solo que mal acompañado, y ella realmente era mala, la ferocidad nata de sus ojos, la rudeza de sus labios, toda ella estaba diseñada para matar, herir, incluso sus poderes lo eran. Diablos, como la odiaba. ¿Cómo me había dejado engañar por ella? Confundí dulzura con oportunismo, amor con un juego. Y luego ella... y  Pitch... era realmente asqueroso. Más odio me daba eso que cualquier cosa, creo que odiaba más la idea de ambos juntos que del odio que le tenía a cada uno. Ojalá todo nos saliera bien, ojalá y pudiéramos matar a ese par.

{Mérida}

Pasó todo el día y yo no hacía nada por primera vez, solo podía pensar y pensar y pensar... era como entrar en un estado extraño de meditación. Odio no hacer nada, pero una parte de mi sentía que se lo merecía, merecía un descanso. Al día siguiente, fui a flechar enamorados. Desde que comenzó esto no había flechado a nadie, sentí que sería la última vez que lo haría, así que fleché a los amores lejanos, a los que se amaban como a nada más, a los que por orgullo querían estar separados, a los que de verdad necesitaban ser amados, fleché incluso a pequeños, para que cuando fueran grandes y se encontraran siendo turistas en un país extranjero se reconocieran en cuanto se vieran. Merecían amar. Era un auto tributo, si ellos amaban no importaba si yo moría, ellos le enseñarían a amar a sus hijos.

Ese día fue agotador, las alas me dolían, pero la menos había hecho lo mejor que podía.

¿Con quien hubiera terminado yo?

Jack y yo nos llevábamos varios siglos de diferencia, por lo tanto él no era para mí, ¿o si? No lo sabía, pero no quería pensar ya en eso, el caso es que por más que me esforzaba en olvidarlo más fuerte resonaba su nombre en mi mente. Ya era hora debía de ir a caer un gran escándalo. Y creo que sabía la forma de hacerlo.

Viaje hasta el lago donde Jack había revivido, él estaría allí y en efecto así fue, estaba recargado en un árbol, pensando, cuando mi cálida presencia lo alertó, se puso de pie y me lanzó un rayo sin miramientos, los bloqueé y sonreí.

- ¿Qué quieres?- me dijo secamente
- Venia por aquí, cuando te vi
- ¿Planeas incendiar otro bosque?
- Tal vez- dije con una sonrisa y saqué su flecha de mi carcaj- Tiraste esto
- Ya no lo quiero.- me cortó- Ya no quiere ni siquiera verte
- Vamos, Frost, fue divertido mientras duró
- ¿Divertido? ¿Eso fue para ti?- me dijo con expresión decepcionada
- ¿Que no ese era tu centro? Por qué te importa tanto, no vas a decirme que me extrañas ¿O sí?
- JAMÁS- gritó y apretó más fuerte su cayado, por instinto tensé mi arco
- Tu odio me resulta...-dije con una sonrisa burlona- casi cómica. ¿Cómo les va a los guardianes?
- Mejor que a ustedes, vamos un paso adelante y vamos a ganar esto
- Ja, lo dudo realmente. Te prometo que lo que ocurrirá mañana será épico
- No, no harás nada. Vas a morir- me dijo absolutamente frío
- Veremos quien mata primero, Frost. ¿Estás solo?- pregunté
- No, los guardianes están cerca
- Mientes- le dije yo negando con la cabeza
- ¿Y tú?- preguntó
- Siempre estoy sola. ¿Sabes? Se puede decir que trabajo por mis propios fines, no creerás que quiero que Silence domine el mundo, yo quiero hacerlo, pero aún lo necesito.
- Me das asco y te odio. ¿Cómo acabaste en esto?
- Oh, querido, yo siempre fui esto
- No te dejaré ganar, vas a morir.
- Podemos decidir eso aquí y ahora- respondí yo poniéndome en guardia
- No fue un placer conocerte- me dijo tensándose
- Igualmente querido.

Fuego, Hielo y oscuridad (Jarida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora