Capítulo 33: La profecía se cumple

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- ¿Con qué rayos te hiciste todo esto?- me dijo Conejo mientras terminaba de desinfectar mis heridas
- ¿Golpeando piedras?- contesté como si fuera obvio
- Vaya que te sentías mal. ¿Cómo lo vas llevando?
- Bastante mal debo decir- dije con un suspiro- La extraño, si ya la había extrañado cuando, pues, creíamos que estaba del lado de los hijos de la Luna Roja, ahora la extraño mucho más, saber que ella ya no está...- un nudo se formó de nuevo en mi garganta y dejé de hablar. Le agradecí a Conejo eternamente que no me hiciera seguir, el solo asintió y también guardo silencio.
- Habrá tiempo para eso después. Vamos a entrenar, hay que ir por Ivanushka.
- ¿Entrenar?- dije yo levantando una ceja
- Si, Meme dio la idea, ¿nadie te lo había dicho? Necesitamos que estén bien entrenados ustedes dos, y sobre todo tú. Esta vez, tienes una gran responsabilidad encima, y debes de poder enfocarte más que nunca e Ivan es el mejor para ayudarte, puede convertirse en Silence y usar un poco de sus poderes, sólo como para... alentarte. Pero odio este frío- dijo mientras se frotaba los brazos- vamos a La Madriguera. Iré por Ivan, te veré allá- dicho esto golpeó el suelo con su pata y un túnel se abrió llevándome directo a La Madriguera

No bien había llegado y las estatuas se movieron hacia mi, pero me reconocieron de inmediato y sus sonrisas amables aparecieron. Ivanushka y Conejo llegaron a los pocos segundos, era asombrosa la velocidad que uno podía tener en los túneles.

- Muy bien niños- nos dijo Conejo e Ivanushka río
- Soy mucho mayor que tú.- dijo con una sonrisa, Conejo rodó los ojos y yo también.
- Está bien. Muy bien mocoso y anciano- No pude evitar reírme. Creo que era lo único gracioso que Conejo había dicho jamás, le hacía bien juntarse conmigo.- comencemos

Dios, sentí como si me hubieran pasado un trailer encima mío. Con el calentamiento estaba agotado, pero lo único que me daba incentivos era que Ivanushka aún estaba bien y yo tenía que superarlo. Empezamos el combate. Conejo me enseño algunas técnicas e Ivanushka se trasformó en Silence, al verlo sentí como si me hubieran pateado el hígado, lo enfrenté, luché contra él, al menos como cinco horas seguidas, sabía que al día siguiente no iba ni poder levantarme de la cama.

Un día, dos, luego fueron tres... Conejo no me dejaba pensar en todo el día, aprendí a luchar realmente, y no era nada torpe. La verdad Conejo y yo éramos amigos ahora, eso es lo que hacen los amigos... ¿o no? Y me había apoyado y ayudado más que nadie. Entrenaba todo el día, despertar en serio dolía, pero nada era peor que la hora de dormir, ahí no había nadie que me distrajera, ni un solo ruido y era cuando mis propias pesadillas y mi dolor me ahogaba, mis sentimientos escapaban como un rio. Pero baste de hablar de mis sentimientos; sí, estoy destruido; sí, cuando escucho su nombre se me pone un nudo en la garganta; sí, aún no puedo superar eso, pero no, no quiero hablar más de mis sentimientos.

Cuatro, cinco, seis días... Norte había hablado conmigo, y le di gusto y le dije lo que quería oír. No sé, el era como un padre para mí y creo que merecía saber que sentía sobre todo porque se interesaba en mi. Conejo e Ivanushka me seguían entrenado, pero ahora Ivanushka me molestaba, hacía cosas que me fastidiaban más y me desesperaban haciendo perder el control, eso fue lo siguiente que aprendí a controlar.

- Ven Frost- me dijo Ivanushka un día sin hacer nada- vamos afuera
- ¿Para que?- le pregunté. Debo admitir que no lo odiaba ya... al menos no tanto como antes.
- Solo ven

Lo seguí. Y fuimos a la guarida de Merida, me detuve en la entrada y solo lo observé.

- Entra, no va a pasarnos nada

Lo seguí muy a mi pesar, en esas paredes habían ocurrido cosas y el fantasma de los recuerdos aún estaba ahí. No me gustaba ya estar ahí, parecía que cada paso me dejaba caer más en una profunda tristeza.

Fuego, Hielo y oscuridad (Jarida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora