Capítulo 21: Pacto de sangre

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{Mérida}

Desperté y aún mi cabeza estaba sobre el brazo de Jack, sonreí y me le quedé viendo por un rato. Su tez. Su cabello blanco. Su cuello alto. Sus labios delgados. Y sus mejillas pálidas. Todo él era perfecto. Y es que él era perfecto no sólo por como se veía o sus profundos ojos azules, sino por sus defectos, por su altanería, por su forma de apretar los dientes o fruncir el ceño, era perfecto con todo y todo. De nuevo sonreí. Después de tantos siglos, después de todo, al fin me había convertido en lo que siempre me prometí no ser.... una cursi enamorada.

Y justo ahí, sentí un calor por dentro. Abracé mi centro todo lo que pude y lo amé. Por primera vez me sentía viva, sentía que tenía un motivo y una razón para ganar todas mis guerras, incluso las interiores. Quise besarlo pero tenía que aclarar mi mente. Me levanté con mucho cuidado y salí de allí.

Mi peor enemigo quería que fuera su aliada.
Mi segundo peor enemigo era mi esposo.
De los que me había escondido eran ahora mi familia.
Jack Frost era mi mayor amor y mi único.
Mi pasado estaba descubierto.
Las que alguna vez fueron mis amigas están tratando de controlarme.

Mi vida había cambiado mucho y no sabía si eso era bueno o malo, solo sabía que estaba en el lugar correcto. Miraba las estrellas, solo pensando cuando una presencia fría se detuvo al lado de mi.

- ¿Estás bien?- me preguntó mientras me besaba el cuello
- Si, solo estaba pensando
- Te amo
- Yo aún más- dije y lo besé, sentí sus manos sujetarme por la cintura y yo me aferré a su cabello

Nos miramos a los ojos y en ellos había amor, pero también algo más: deseo. Ambos, sin decirnos nada volvimos a la habitación.

Está vez, estando dentro, nuestro beso fue más apasionado que el primero que nos dimos, está vez estábamos lejos de todos, nadie nos iba a interrumpir. Jack siguió besándome, acariciaba mi piel sin importarle mis cicatrices, comenzó a besarme el cuello, acaricié su cabellos y sus manos deambularon por mi cuerpo hasta llegar a mis piernas. Nos miramos un segundo a los ojos.

- Te amo- me dijo él, por toda contestación yo lo besé

Su piel era fría, tal vez un poco más de como la recordaba, por eso mismo era perfecto, su aroma me embriagaba y el deseo que nos teníamos nos nublaba la mente.

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Al despertar, ambos seguíamos cubiertos con una cobija, él ya estaba despierto y nuestras vistas se conectaron.

- Sé mi novia- me dijo él con toda sinceridad. El deseo se había apagado, en su mirada solo había ternura. Al hacerme esa pregunta se me encogió el estómago, nunca nadie me había preguntado eso, pero justo ahí supe que contestar y tenía mis razones claras.
- No puedo- dije bajando la vista- no ahora.
- ¿Por qué no?- claramente estaba sorprendido y se incorporó un poco por mera inercia
- Jack, estamos en guerra. Si de por sí ya eres un blanco fácil para Scare y los demás, siendo mi novio eres más vulnerable. No, no puedo hacerlo. La guerra no deja espacio para estas cosas...
- Y sin embargo- me cortó él con su encantadora sonrisa- aquí estamos los dos.
- Te amo, pero no puedo hacerlo, no ahora, ganemos esto para poder estar juntos de verdad. Además... sigo casada.

Sentí como apretó la mandíbula y me acomodé sobre su pecho. Volví a vestirme y él también, fui a lavarme la cara y ahí fue cuando todo empeoró.

Mis poderes se fueron de mi, caí al suelo y comencé a ver borroso, todo se movía a mi al rededor.

- Mérida- escuche mi nombre y Jack entró por mi.

Sus ojos eran rojos, ya estaban enrojeciendo por mis poderes, su piel no se sentía fría como siempre, sino que era más cálida.

- Tenemos que darnos prisa.

Fuego, Hielo y oscuridad (Jarida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora