Palabras ignoradas

Héroes de lápiz en mano

Realmente nunca llegamos a encajar en este mundo. Tal vez, solo tal vez, ni siquiera estuvimos en él.
Somos nosotros; luz, color, formas... Unidos en un remolino de sensaciones lo suficientemente intenso como para no poder asimilarlo en un primer vistazo y lo suficientemente delicado como para poder hallar en él todo tipo de tonos, ángulos y sutiles matices.
Vivimos en nuestro propio planeta, en miles de universos a la vez. Una sola realidad no bastaba para expresar todo lo que sentíamos, una sola luna no puede ser musa de tantas mentiras.
Somos esos pequeños e inquietos seres que se deslizan entre las sombras, con los ojos abiertos y la sonrisa puesta, con la emoción del callado observador.
Con el paso de los años hemos aprendido a manejar este mundo a nuestro antojo, ya que es nuestra propia fe quien lo mantiene en pie, empujándolo en dirección contraria a la establecida, tan solo por simple y pura diversión.
Hemos recorrido caminos inexistentes a la luz de estrellas negras, conquistado millones de cielos. Hemos creído y creado cientos mentiras, mentiras de esas que nos convierten en quienes somos.
Vivimos a medio camino entre el infierno y el asiento trasero de un autobús, como inocentes ángeles de frágiles alas que no recuerdan qué fueron en una vida anterior jamás vivida.
Somos nosotros; poetas de ventanilla, pintores de espejo, narradores de mentiras, animales de dudosa procedencia. Somos héroes de lápiz en mano, trovadores de asfalto y caballeros de capa de papel.
Aullamos nuestros miedos a una luna de hormigón y ella nos devuelve el saludo.
Somos mucho más que un simple adjetivo, ¿quién eres tú para llamarnos locos?