niebla

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"Y liderando el fracaso del mundo
cae la niebla"

Tienen los ojos rojos, cubiertos de furia contenida y un terror devastador. La mirada, en otro tiempo ingenua, se cierra ahora al ruido del mundo real, que les persigue allá donde vayan.
Igual se cierran sus labios, sellados por la impotencia, y sus piernas, cansadas de correr; cansadas de huir, o de intentarlo.

Son la obscena caricatura de una juventud gris y cansada, hastiada de voces mudas y votos inservibles.
Juventud harta de rebeliones de plástico y humo, de batallas de mentira, de perder el alma en guerras que no les corresponden.
La juventud que, con los puños y la garganta destrozados, lucha contra los gigantes de otros. Gigantes de hierro y petróleo, poderosos e invencibles a los que no pueden seguir enfrentándose con las manos desnudas.

Y es que hace tiempo que no es tan fácil.
Porque la niebla no tiene salidas de emergencia, ni puertas señalizadas.
Porque cuando la calle empapa a veces se echa de menos el hogar.

Y hoy el hogar suena a patria y duele,
ajeno y en pasado.




[borrador, quizás]

Palabras ignoradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora