We are the monsters underneath your bed
Me he dado cuenta, ¿sabes? Nunca llegaste a estar bajo mi cama, siempre viviste en mi mente, sumido en mi horrible y absoluta oscuridad. Tal vez, en un principio, ni siquiera eras un monstruo. Tal vez solo eras un crío indefenso y asustado, creado por un hombre indefenso y asustado. Un hombre horrible a pesar de todo. Un maldito demente. Un hombre que lleva mi nombre y mi ropa, pero en el que no me reconozco. Ya no. Han pasado muchas cosas desde la última vez que me miré en un espejo. Han pasado muchas cosas desde la última vez que fui yo. Ahora no soy más que una sombra. Me alimento de sufrimiento, de dolor en estado puro. Bebí hasta la última gota de tu luz. Tal vez no eres el único monstruo en todo esto.
Quería decirte... Hay tantas cosas que quería decirte. Tantas cosas que no quiero recordar. Quería decirte la verdad. Quería confesarte que tú no eras tú por culpa de un yo que no era yo. Hice miles de bocetos contando tu historia. Llené páginas y páginas dibujando con palabras incomprensibles todo lo que siempre había callado. Quería explicártelo todo y dejarte marchar. Quería que desaparecieras. Quería que fueras feliz. Quería ser libre otra vez.
Nunca se me dieron bien las despedidas, de nuevo bien lo sabes tú. Por eso cada trazo fue haciéndose un poco más débil conforme mi mano temblaba cada vez más y todas las buenas intenciones naufragaban en mi temor. Temor a la soledad. Siempre me aterrorizó la posibilidad de no existir. Pensé que tú también te asustarías. Y comprendí que no podía hacerlo. Le pedí a mi oscuridad que se tragara nuestra historia y que nunca te dejara verla. Le pedí a mi locura que me permitiera recordarte cuando ya no supiera ni mi nombre. Y todos los dioses tiranos en los que jamás creeré cumplieron mi deseo.
Te quedaste a mi lado. A cada momento que pasaba la bestia se iba abriendo paso poco a poco. Me odio por eso. Al igual que la odio a ella. Porque de todos modos siempre fuimos el mismo ser. Fuiste haciéndote pequeño en mis pensamientos. Empezaste a desaparecer. Me convertí en el monstruo bajo tu cama. Aún no entiendo como pude aterrorizar a mi propio terror. Aún no entiendo como el miedo puede temer al miedo.
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Palabras ignoradas
Short StoryEscribo para mí misma, no creo que a estas alturas nadie siga leyendo esta basura. Publico cada cinco meses (como mínimo) y no suele ser nada coherente.