Pumped up kicks

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Para ti, que nunca lo leerás:

Lo siento, lo siento muchísimo. Yo no quería que esto terminara así, ¿sabes? Ya no podía más, necesitaba gritar, necesitaba correr. Necesitaba sentir que no estoy acabado. Pero estaría mintiéndome a mí mismo. Y tú sabes más que nadie cuánto odio las mentiras.

No lo pensé realmente, solo lo hice. Parecía la opción lógica. En aquel momento resultó obvio. Tenía un arma. Tenía víctimas. Tenía sed de venganza. Simplemente debía hacerlo. O al menos eso decían ellos. Cada uno de mis monstruos gritaba en mi cabeza. Me gritaban que lo hiciera. Yo solo quería que se callaran, mamá. Yo solo quería ser libre. Tienes que creerme, te juro que no tenía otra opción.

Siendo sincero, no me arrepiento. Ni aunque tuviera millones de oportunidades volvería para enmendar lo que hice aquella mañana. Lo merecían, todos y cada uno de ellos. Con sus sonrisas arrogantes, con sus miradas de desprecio, con sus zapatillas caras. Les odiaba, joder, cuánto les odiaba. Pedían a gritos cada disparo, cada patada, cada lágrima. Merecían conocer el miedo, el jodido miedo. Realmente creo que la única que no debía sufrir aquel horror eras tú. No merecías aquella llamada, el llanto, la visita de la maldita policía. No merecías encontrar mi cadáver sobre el suelo del baño, ni ahogarte entre mi sangre y tu llanto.

¿Puedo confesarte algo? Fue fácil. Fue ridículamente fácil, tanto que resulta absurdo. Tan solo encontré la caja en el armario de papá. Y dentro estaba ella. La pistola. La misma que él había utilizado para escapar de las garras de nuestra vida de mierda. Entonces exploté. De repente todos los años valieron por el doble. Todas las heridas; las que me causaba él, las que ellos me provocaban, las que tú sufrías en silencio... De repente todas se abrieron de golpe y comenzaron a sangrar. Y perdí la cabeza. Todo chocó en mi mente. Colapsé, me vine abajo. Lo que ninguno de ellos sabía es que un animal herido es el más peligroso.

Lo siento, créeme que lo siento. Pero también creo que es mejor así. Algún día lo comprenderás. Algún día podrás ver que por fin soy libre y dejarás de atomentarte con el eterno "¿qué hubiera pasado si...?". Tú no habrías podido ayudarme, nadie habría podido. Y nunca me lo habría perdonado si hubieras acabado como ellos.

Adiós mamá. Estaré bien, te lo prometo. Solo espero que algún día puedas mirar al cielo, sonreír y decir lo mismo.

Te quiero, no lo olvides,
tu Robbie






Palabras ignoradasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora