Capítulo 17

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Los días siguientes trajeron cambios en la rutina de Kurt, quien no estaba del todo listo para ello, a pesar de que sabía desde hacía tiempo que estaban por venir. Este fin de semana marcaba el inicio del trabajo en el nuevo espectáculo que estaban preparando, y mientras que para Kurt significaba mayormente la elaboración del vestuario y el intercambio de ideas, todo involucraba a otras personas y significaba que tenía que pasar largas horas en el teatro todos los días.

No era la primera vez que se daba cuenta de que realmente, pero realmente odiaba el hecho de no ser un diseñador completamente independiente. Claro, él trabajaba en un horario relativamente libre, pero había un precio: en momentos como éste, antes de cada nuevo espectáculo, había semanas en las que iba a trabajar todos los días, incluyendo los fines de semana. Y esta vez, se sorprendió al darse cuenta de lo resentido que estaba con los actores y directores por ser tales espíritus libres -porque en serio, ¿les haría daño llegar a tiempo para que por fin pudiera volver a casa y no cancelar la cita para cenar con su novio por tercer día consecutivo?

¿El novio con el que sólo le quedaban diez días antes de estar separados por muchos kilómetros?

Aprovechaban cada momento libre juntos y Cooper ya ni siquiera decía nada cuando Blaine se quedaba toda la noche con Kurt. Pero era demasiado poco, nunca era suficiente, y cuando Kurt tenía que abandonar la cama caliente donde su hermoso novio estaba despatarrado, desnudo, relajado y dócil, con ese leve temblor de la liberación aún bailando debajo de su piel; cuando un beso con sabor a café terminaba demasiado pronto, porque ¿cómo iba a llegar tan tarde? se sentía como si el tiempo estuviera huyendo de él, y él no podía hacer nada para evitar que esos momentos se le escurrieran entre los dedos.

Odiaba este sentimiento.

Para el martes, Blaine comenzó a acompañar a Kurt en su camino al trabajo. Se daban un beso de despedida a una cuadra del teatro y Blaine se iba al gimnasio. En este punto, incluso esa media hora más juntos era preciosa.

. . .

El Jueves prometía ser una locura desde el primer momento.

A las ocho, Kurt fue despertado por una llamada telefónica del ansioso director citándolo en el teatro inmediatamente. Ellos sólo habían conseguido la noticia de que la actriz principal en su show había colapsado esta mañana y había sido trasladada de urgencia a una cirugía por una hemorragia interna debido a un embarazo ectópico. Tenían una suplente, por supuesto, pero la chica era nueva, no había tenido la oportunidad de actuar con ellos todavía y, por supuesto, los trajes necesitaban bastantes alteraciones para que los pudiera usar por la noche. Kurt se vio obligado a levantarse y correr a través de su rutina de la mañana, lo que significaba que los resultados estaban lejos de ser satisfactorios para sus estándares. Por supuesto, como era usual en esos días, nada salió bien. Su cabello había decidido portarse mal sin importar cuán convencido estaba Kurt con los productos, se había cortado al afeitarse y no tenía tiempo para tomar cualquier desayuno. Al menos tenía un buen café extra fuerte, gracias a Blaine que se había dirigido a la cocina al segundo que oyó que Kurt tenía que levantarse y marcharse.

Terminaron yéndose juntos de todos modos porque Blaine se negó a quedarse y dormir un poco más, y Kurt estaba secretamente feliz por eso. Quién sabe cuánto tiempo tendría que permanecer en el trabajo hoy. Tenía dos reuniones previstas para la tarde, ambas para tratar asuntos del nuevo espectáculo, y con la adición de importantes cambios de vestuario de última hora, prometía ser un día largo. No podrían verse hasta tarde esa noche, y Blaine había prometido a Cooper que iría a casa para pasar la noche.

En general, el estado de ánimo de Kurt estaba lejos de ser bueno mientras viajaban en el metro hacia su destino, aferrando fuertemente los vasos de café en sus manos, y de pie apretados como sardinas. Al menos sabía que a Blaine no le importaba que divagara.

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