Capítulo 25

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Pasó el tiempo. Todavía estaban juntos y felices. Pero eso no significaba que no tuvieran su parte de problemas y conflictos, como cualquier otra pareja.

La diferencia de edad fue la base para algunas situaciones bastante feas desde el principio.

Cuando Blaine mencionó en su primer año, que vivía con su novio de 29 años de edad, algunas personas comenzaron a mirarlo raro. La mayoría de ellas sólo parecían sorprendidas, pero algunas parecían casi asqueadas. Cuando alguien reconocía el nombre de Kurt, chismoseaban acerca de que Blaine estaba durmiendo con un diseñador de modas, y más de una vez escuchó rumores de que tenía un "Sugar Daddy" (1). Dolía, no porque hubiera algo de verdad en ello, sino porque había considerado a algunas de esas personas sus nuevos amigos. Aún así, al final sólo se encogió de hombros decidiéndose que tenía que elegir mejor a sus amigos.

Así que cuando el perverso artículo acerca del Amante apenas legal de Kurt Hummel salió después de haber acompañado a Kurt a uno de los eventos más grandes de la moda, inspirando acaloradas discusiones entre los chismosos, Blaine ya era un experto con esas cosas de la edad. Tranquilamente podía consolar a Kurt, alejándolo del Internet y recordándole con paciencia que él era más que legal y no sólo su amante, y en serio, ese periodista estúpido podía irse a la mierda. Al final, como la mayoría de las "noticias de última hora" de la prensa amarillista, se fue muy rápido.

. . .

Luego un día, en su segundo año, cuando Kurt se fue a Boston, Blaine se encontró una gruesa carpeta blanca en la mesita de café. La abrió por curiosidad y su corazón dio un vuelco. Era el libro de bodas de Kurt, de hace casi cuatro años. Todo planeado y hermoso, fotos y lugares, menús, listas de invitados, esquemas de colores y flores secas. Había incluso una foto de Kurt con James -un tipo alto de cabello rubio con una sonrisa pícara. Estaban juntos y parecían tan felices...

Estaba claro que Kurt había estado mirando la carpeta, recordando, tal vez lamentando lo que ya no tenía. ¿Extrañaba a ese tipo? ¿Blaine no era lo suficientemente bueno?

No lo mencionó cuando hablaron por teléfono esa noche, y terminó la llamada temprano, diciendo que estaba cansado.

Pero cuando Kurt regresó al día siguiente, sólo necesitó mirar a Blaine para saber que estaba destrozado. Otra mirada a la mesita de café, donde aún yacía la carpeta de la boda, y sus ojos brillaron con comprensión. Se sentó en el sofá al lado de Blaine y tomó su mano.

— Has estado mirando esta cosa vieja y pensando demasiado, ¿no es así? —Cuando Blaine se encogió de hombros con desaliento, Kurt suspiró y le apretó la mano.— Hey, mírame. Déjame explicarte antes de asumir cualquier cosa, ¿okay? Lo saqué de la parte de atrás del armario porque he estado buscando un boceto que había puesto ahí. Mi esmoquin. Lo había planeado a la perfección, pero nunca llegué a hacerlo porque era demasiado extravagante para el gusto de James. De alguna manera me convenció para ir con uno ya hecho... de clase, por supuesto. Pero aún así.

Entonces Blaine lo miró por primera vez, incrédulo, y Kurt se rió entre dientes.

— Sí, lo sé. Regalé esa cosa hace mucho tiempo. Debió haber hecho a algún tipo feliz. De todos modos me acordé de mi diseño cuando estaba pensando en la colección de noche en la que estamos trabajando, así que busqué a prisa los dibujos justo antes de irme. De ahí la carpeta. De hecho descubrí lo mucho que ha cambiado mi gusto en el proceso, por lo que todo esto va al bote de basura. Y todo está en el pasado, Bee. Es una relación que fue bonita mientras duró y de la que yo aprendí mucho, pero está en el pasado y no me arrepiento. Ahora estoy contigo y te amo, y estoy muy feliz, de una manera que nunca he estado con nadie, y sólo... por favor. Nunca dudes de eso.

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