1. (la caída de JB)

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Género: AU // contenido sexual

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–Oppa~ ¿quieres un poco de jugo de frutas?

–No, está bien... gracias...

La niña se retiró de la cocina dando pequeños saltitos hacia el patio trasero. Allí, estaban los padres de la menor asando carne y preparando demás acompañamientos para la cena entre familia. También estaban los padres de JaeBum, compartiendo unas bebidas y una charla muy amena.

¿Motivo?

El hermano de esa misma niña era YoungJae. Y se habían reunido porque, oficialmente, se habían presentado como pareja ante sus padres por mucho que ellos ya supieran que algo más que una amistad los uniera a ambos. Así que se habían reunido en la casa del menor; conversaron al respecto y decidieron cenar todos juntos. Sin embargo, lo que prometía ser un momento relajante ahora y divertido después, se tornó en algo que a JaeBum le descolocó por completo.

–Dios, YoungJae... maldición ¡Para!

Recostó su cabeza sobre la mesa de la cocina utilizando sus brazos como almohada. No quería gritar y no quería llamar la atención. Pero cómo no hacerlo teniendo a YoungJae entre sus piernas arrodillado debajo de la mesa.

–Detente...

Pero el menor tenía otros planes en mente.

Las sucias fantasías de YoungJae le condujeron a arrastrarse por debajo de los manteles y tomar en su boca el miembro de su novio. Uno de sus deseos era ese, estar al límite de ser descubierto, de que lo viese, que mirasen cómo le practicaba sexo oral a otra persona. Y que esto ocurriera en su propia casa, le calentaba mucho más.

Presionó con fuerza alrededor de la punta y volvió a introducirse la extensión hasta que sus labios tocaron la base, masajeando en el proceso los testículos. Su cabeza seguía un ritmo irregular, chupaba como enloquecido y arrastraba los dientes suavemente por la longitud arrancando ahogados gemidos de su novio. Lo había descubierto la última vez que habían intimado; a JaeBum le excitaba demasiado que YoungJae jugase rudo con su pene, incluso que amagara con morderle. Continuó su trabajo, pasando su lengua por toda la carne y deteniéndose a lamer el glande justo en la ranura.

–YoungJae... te juro que...

JaeBum se quería golpear la cabeza con el vidrio de la mesa. Ya no se encontraba en condiciones de detenerle porque estaba alcanzando el punto máximo. Los padres de YoungJae lo matarían si descubrieran que había corrompido a su hijo por los últimos tres años, cuando YoungJae tenía diecisiete; todavía siendo un maldito y sensual menor de edad.

Debió preverlo, pero no lo hizo. Ante muchas miradas, YoungJae lucía como un lindo y tierno chiquillo de sonrisa amplia y risa escandalosa. De hecho, fue eso lo que le atrajo de él. Era como el sol, radiante y lleno de vida. A medida que se fueron conociendo, no obstante, y el tiempo se encargó de unirlos como amigos, JaeBum descubrió que el niño poseía dos caras en realidad; era como el día y la noche. Y dios, no pudo evitar caer en él.

Bajó uno de sus brazos hacia sus piernas y sostuvo del cabello recién teñido de su novio, imponiéndole su propio ritmo. Iba a acabar en su boca. El se lo había buscado.

–Chicos, ya está la cena servida.

La dulce voz de la madre de YoungJae resonó a lo lejos, marcando el tiempo con sus pisadas. JaeBum gimió en las mangas de su camiseta a tiempo en que sostenía la cabeza de YoungJae pegada a su entrepierna claramente con su miembro introducido hasta el fondo. Liberó su cuerpo tiritando y con espasmos desparramos, hasta que soltó los cabellos del menor y descansó finalmente sobre el mantel gris de la cocina.

Iba a matarlo.

–Oh, niños, aquí andaban.

–¡Lo encontré! –gritó YoungJae, saltando hacia fuera de la mesa y mostrándose despeinado, con un brazo en el aire y una sonrisa brillante. Entre sus dedos, enseñaba uno de sus piercing de oreja.

–¿Qué se te perdió? –la mujer se acercó un poco más, mirando con detenimiento las manos de su hijo.

–Se me cayó esto cuando lo aflojaba, pero lo encontré. Sólo tengo que desinfectarlo, no es nada malo.

–De acuerdo –asintió–. JaeBum, ¿qué te sucede?

El mayor seguía con su cabeza recostada en la mesa ocultando su rostro. A modo de respuesta elevó una de sus manos al aire y la sacudió.

–Se le adormeció la pierna por sentarse mal. Ya sabes cómo duele cuando se te duerme una pierna –explicó YoungJae, tomando a su madre del brazo para comenzar a caminar fuera–. En cuanto se le pase vendrá.

La mujer asintió no muy convencida y regresó sus pasos, siendo seguida por su hijo. Justo antes de salir, el menor observó hacia su novio quien había elevado ligeramente su rostro, y se lamió los labios mordiendo el inferior.

JaeBum se acomodó los pantalones y ajustó el cinturón en su lugar, deseando que la cena familiar acabara enseguida. YoungJae se había portado muy mal y sin duda alguna, lo iba a joder tan fuerte esa misma noche que probablemente, al día siguiente, YoungJae no abandonaría la cama.








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Nota: qué mal te veo sunshine! (¿?)

Drabbles [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora