Drabbles [2Jae]

20. (don't)

Género: angst!AU

N/A: es más largo que un drabble. Inspirado con I don't wanna know de JJProject (como música de fondo)

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  Llevaban así por mucho tiempo. El silencio era el único protagonista en la escena que más dramática y fría no podría volverse. Como si quisiesen esconder su presencia, el velador iluminaba un poco más allá de la cama fraccionando en luz y sombras el rostro de ambos.

JaeBum estaba quieto. Las llaves sobre la mesa de vidrio eran su objetivo. Las sucesivas visitas que le hacía a YoungJae en su departamento siempre terminaban en lo mismo; en tiempo sumergidos en la nada, aguantando tantas palabras que dolían en la garganta por lo ajustadas que se guardaban. YoungJae no le decía qué pasaba y él tampoco quería arriesgar.

Las cosas no estaban bien. Los días pasaban y la fecha decisiva se acercaba. JaeBum no quería casarse, en absoluto, pero Hyemi estaba muy emocionada por el evento que nunca le pediría algo como detener la boda. El único capaz y con el poder de hacerlo era YoungJae, sólo debía pedírselo.

—Me iré a casa —le dijo finalmente tomando las llaves.
—Está bien.

No entendía por qué querer tanto a una persona podía ser difícil.

Conoció a YoungJae mientras buscaba un departamento dónde mudarse tres años atrás, cuando él y Hyemi estaban de novios y no habían planes de matrimonio. YoungJae había sido muy amable al enseñarle el piso que deseaba alquilarle, dos calles más allá de su propio departamento, y quizá fue esa excesiva amabilidad la cual hizo que se acercara a él. Al inicio como un nuevo amigo. Pero YoungJae continuaba siendo amable y carismático, y JaeBum fue encariñándose cada vez más. Sus visitas y salidas eran más frecuentes, como también las llamadas que solían hacer a altas horas de la noche, cómplices uno del otro por descansar menos horas antes de retomar un nuevo día. El primer beso llegó sin pedirlo, casi natural, en la cima de un edificio donde celebraban año nuevo. Fue casto y por demás dulce luego, tomándose la libertad de guardar esa nueva sensación hormigueando sobre sus labios. El día que JaeBum le contó que se casaría, YoungJae le felicitó, sin embargo ninguno lucía emocionado. Y todas esas risas que compartían por horas fueron reducidas -con suerte- a breves momentos durante el día si es que lograban cruzarse.

Estaba hecho ya, JaeBum iba a casarse aun si no la amaba.

—Nos vemos —se despidió parado frente a la puerta.
—JaeBum... —le llamó calmo y en un susurro.

Volteó esperando escuchar que se quedara. Sólo eso.

—¿Si?
—Nada... olvídalo.

YoungJae le ponía barrera tras barrera cada vez que intentaba acercarse, un nuevo obstáculo aparecía cuando quería hablarle sobre ellos y sobre lo que estaban haciendo a escondidas con una futura novia incierta. Pero YoungJae reacio a ello esquivaba sus encuentros excusándose vagamente con un contratiempo. Tuvo que soportar ser llamado Extraño cuando una pareja adulta y vestida elegante le visitaron mientras él estaba en casa de YoungJae y le pidieron que se identificara. No había dicho la verdad por no contradecir la palabra de YoungJae, pero luego de la abrupta interrupción éste había lucido alterado y nervioso.

Y es que cómo no hacerlo si lo que venían a decirle era que sea quien fuera la persona que se estaba involucrando con él, iba a terminar muerta. La homosexualidad era condenada en su familia.

JaeBum suspiró cansado. Entornó la puerta una vez más dubitativo pues no quería irse.

—JaeBum... —escuchó nuevamente su voz decaída llamándole. Viendo a través de la poca iluminación, los ojos de YoungJae titilaban de miedo, desesperados pidiendo por alguien que pudiese refugiarle.