3. (y la espera llegó a su fin)

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Género: AU // Fluff leveeee

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Prácticamente se había pasado toda la mañana y la tarde solo, con algunos compañeros repasando por treinta minutos sobre los exámenes finales, como puntos importantes y que no debían dejar pasar por alto, y algunos habían encaminado rumbo a sus casas, otros al trabajo y otros... a encuentros o salidas con amigos. YoungJae sería uno de los últimos, de no ser porque esa persona le dijo que no había necesidad de que regresara a casa para cambiarse porque él iría a buscarle a su universidad y saldrían juntos.

YoungJae había permanecido una noche entera sin dormir, le había tocado hacer guardia y no había espacio para descansos en sus horas laborales, no por supuesto en el área de emergencias. Y peor aun, para su sueño, claro, luego de salir ojeroso y con el cansancio notorio en su rostro ya no tan joven como cuando era un adolescente, se había adentrado en las aulas de su facultad para cursar una de las tres materias que le quedaban antes de recibirse oficialmente.

Y pues no, con un alumno muerto de sueño no puedes jugar con su tiempo.

El sol le dijo adiós por el gran ventanal que daba hacia las calles bien transitadas. Él también quería decir adiós y sumergirse en un viaje que lo acercara a su cómoda cama. Pero no, JaeBum le pidió que no se fuera y que esperara por él.

¿Esperar? Esperar, quizá, quince o veinte minutos. No tres horas.

Se había paseado por toda la residencia, enseñando su característico atuendo monocromático a penas opacado por su mochila color negra. Algunos de los alumnos del primer año lo habían confundido con un profesor. Eso le alegró de cierto modo; no era viejo pero tampoco un chiquillo, con 27 años en sus espaldas se sentía en la plenitud de hacer lo que se le antojara. Excepto huir a casa.

Dios, iba a colgar a JaeBum cuando lo viese. Iba a ignorarle como un niño con berrinche y se escaparía en silencio hasta el departamento que compartían. Porque no se encontraba de humor, ni con las energías, de pedirle explicaciones del porqué de su tardanza.

Si JaeBum sabía cuánto odiaba YoungJae esperar, ¿por qué lo hacía?

-Oh genial, una mancha -YoungJae se entretuvo limpiando un buen tiempo una marca grisácea en la manga de su camisa, la cual no colaboró en absoluto quitándose de sus prendas-. No lo sé manchita, podría tranquilamente cortarte ahora mismo si tuviese una tijera cerca de mí.

Bufó molesto arrastrando sus pies fuera de la mesa del buffet, donde ya pocas personas ocupaban los asientos.

21:35 pm

Fue suficiente. Ni un mensaje, ni un llamado, ni señales de humo o palomas mensajeras. Giró en su eje y apuntó hacia el exterior, dando largas zancadas.

Estaba molesto. Y preocupado. Pero sobretodo molesto.

Llegó hasta la esquina de su universidad y escuchó la vibrante voz de su pareja llamándole a sus espaldas.

-Ya me iba.
-Lo sé, lo siento Jae, no pensé tardar tanto.
-Ya me iba -repitió.

La agitada voz del mayor alcanzó los oídos de YoungJae;había corrido. Cruzaron la calle en silencio, con las bocinas y ruidos de motores rodeándoles.

-¿Estás molesto? -pregunta estúpida.
-JaeBum, realmente sería un mentiroso de primera si te dijera que no lo estoy. Sí, estoy enfadado pero si me duermo, pasará. Así que regresemos a casa.

JaeBum no quería eso.

-¿Podemos ir a tomar alg-?
-No -le calló-, estoy cansado y te tardaste horas -se frenó esta vez, encarando a su pareja- si querías que fuésemos a algún sitio, debió ser más temprano.
-Lo siento... pero...
-Ya.

El mayor tragó más nervioso que antes. No fue su culpa demorar mas de la cuenta, la muchacha a cargo de los pedidos había mezclado los objetos y los papeles habían sido archivados de forma equivoca. Le pidieron que esperara y volviera en cinco días pero él no estaba dispuesto a seguir esperando. No más. Un año ya había sido suficiente.

-YoungJae en serio no quise hacerte esperar, es que...
-Suficient-
-¿Te quieres casar conmigo?

JaeBum extendió una peculiar cajita color verde limón ante de su novio. Dentro, un lindo anillo dorado aguardaba ser tomado por alguien, una persona: YoungJae.

-Esto... -de pronto, el cansancio que cubría sus hombros y la pesadez de sus párpados pareció desaparecer mágicamente del cuerpo del menor, acelerando su corazón en cuestión de segundos -Es...
-Fui a buscarlo, pero -se revolvió los cabellos muy, demasiado, nervioso- no estaba, o sea, sí estaba pero no al alcance. Tuvieron que buscarlo y me hicieron firmar, esperar, ver un montón de, ¡ah! YoungJae, en serio, estoy muy nervioso y te amo, y...
-Sí.
-¿Qué?
-Que sí.

Los ojos de YoungJae estaban brillosos, reflejando las luces blancas de las farolas a los lados de la vereda.

-YoungJae, ¿te quieres casar conmigo?
-Sí JaeBum, me quiero casar contigo.

El corazón les latió tan fuerte, que incluso abrazados en pleno escenario bullicioso, fueron capaces de sentir y escuchar cómo éste órgano bailaba feliz en su sitio.

Y bueno, ¿quién dijo que las proposiciones de matrimonio debían hacerse en románticos espacios florales o cenas a la luz de la Luna?

Claramente, ellos no.














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Holis(?) de mano anuncio que ninguna de las mini historias acá subidas tendrán continuación. Eso 😅

Drabbles [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora